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Era una noche agradable, una noche perfecta para salir por las calles y sentir una brisa cálida; una noche que no era para estar dentro de casa. Por desgracia, Tadashi Hamada estaba dentro de su laboratorio privado haciendo unos ajustes a su proyecto de robótica.

La última vez que lo probó, terminó cortando la electricidad de todo un piso de uno de los tantos edificios del San Fransokyo Institute of Technology.

Repasando las piezas, los modelos, los ensayos previos y demás, ayudaban a Tadashi a que no se le escapara nada. Aunque, viéndolo de otra forma, algunas veces se le iban otras cosas de las manos, por ejemplo el hecho de que casi no había salido con sus amigos aunque sea a tomarse un café.

Tomando nota en su escritorio y haciendo cálculos mentales, no se percató de que una persona había entrado a su laboratorio.

-¿Tadashi?- preguntó esa voz que siempre sonaba eufórica pero que ahora estaba ligeramente triste.

-H-hola- giró su silla y se encontró con una de sus mejores amigas: Honey Lemon.

-¿Interrumpo mucho?- dijo mientras se iba acercando para tomar asiento en unos de los bancos que había de sobra.

-No, claro que no- sonrió- de hecho, ya iba de salida.

Honey Lemon era una joven muy delgada, de cabello rubio y ojos esmeralda; tenía un coeficiente intelectual bastante alto, por eso era la mejor en la clase de Química. En cambio Tadashi, era un poco más bajito que ella, su cabello era color azabache y sus ojos eran cafés; se podía considerar que era, por ahora, el mejor en su generación. Claro está que el 'por ahora' pueda cambiar de puesto a otro estudiante, todo podía pasar.

-Oh, entonces avisaré a los chicos que nos esperen en el café de tu tía- Honey sacó el teléfono y tecleó en el para después guardarlo en su bolso.

Tadashi recogió todas sus cosas y los dos salieron del edificio, acompañados de una charla relajada hasta el estacionamiento, donde Honey tenía su auto. Él tenía su propia motoneta, pero hoy Wasabi, otro de sus mejores amigos, se había ofrecido para llevarlo hasta la universidad.

El transcurso en el coche fue agradable, la radio encendida y sin silencios incómodos. Cuando llegaron al café de la tía de Tadashi (Tía Cass, como usualmente le llamaban), los chicos ya habían apartado una mesa.

Se dirigieron directo a ellos y saludaron a todos con un "Hey". Se sentaron en la mesa y esperaron a que Tía Cass llegara a tomarles la orden. Poco a poco, los chicos se fueron yendo, hasta dejar a Tadashi para que le ayudase a su tía a cerrar el café.

-Entonces ¿cómo va ese dichoso proyecto?- preguntó Tía Cass mientras limpiaba una mesa, acomodando el servilletero y el mantel.

-De hecho, parece que pronto lo haré funcionar- apenas terminó de decir eso cuando su tía ya lo estaba abrazando.

-Estoy muy orgullosa de ti. Anda, sube para ver a Hiro- le dio un beso en la mejilla y siguió dejando limpio para el día siguiente.

Hiro Hamada era el hermano menor de Tadashi. Un niño prodigio que se había graduado del instituto a los trece años. Por ahora, estaba en un bloqueo, no estaba seguro de seguir estudiando. Hiro no era muy diferente a su hermano físicamente, ambos de cabellos azabaches y delgados, pero había ciertas cosas que distinguían a Hiro, como su separación en los dientes frontales superiores y su revoltoso cabello. 

Sin embargo, había una sola cosa que los hacía exactamente iguales, y era que habían perdido a sus padres cuando Hiro tenía solo tres años. El pequeño tenía vagos recuerdos de ellos, pero Tadashi tenía el recuerdo de su madre curándole las heridas de la bicicleta y el de su padre ayudándolo a armar un pequeño robot que habían comprado bastante fresco.

Tadashi subió las escaleras que dirigían a su cuarto, parándose a mitad del camino para saludar a Mochi, un gato gordo y de manchas anaranjadas, para después tomarlo en sus brazos y seguir su camino a la habitación.

-Hey, Hiro- saludó y se dirigió a su parte del cuarto, la cual estaba dividida con una puerta de madera corrediza. Dejó a Mochi en su cama y tomó su pijama para cambiarse.

-¡Qué hay!- contestó Hiro, el cual estaba en su escritorio reparando quién-sabe-qué.

-¿Has salido de tu cueva aunque sea un minuto?- preguntó Tadashi, ya cambiado y leyendo una revista de robótica.

-A comer solamente, ¿por qué?

-No, por nada- Tadashi solo sonrió y negó con la cabeza. "Hiro debería de aplicar todos sus conocimientos yendo a la universidad", pensó.

Siguió leyendo y tomando notas hasta que las luces del piso de abajo se apagaron, al parecer Tía Cass ya se había ido a dormir. Se levantó de su cama y se dirigió a apagar la luz, no había escuchado a Hiro desde hace un buen rato, ya que estaba recostado contra el escritorio tirando baba sobre el teclado del computador.

Tadashi lo despertó y le indicó que se fuera a la cama. Después de eso, apagó la luz y se dirigió a su "habitación", dando fin a un grandioso día.

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¡Hola! ¿Cómo están? ¡Espero que les haya gustado este pequeño capítulo de mi OTP favorito! 

Si les gusto, dénle a la estrellita que se encuentra en la parte de arriba, si están en una computadora, o en la parte inferior izquierda, si están en un móvil. 

Si ven algún error, solo coméntenlo y trataré de enmendarlo lo más pronto posible. 

¡Sus comentarios también me ayudan a subir una parte nueva, así que estaré muy agradecida aunque solo coloquen un 'hola'! 

Esta historia es antes de que Tadashi terminara a Baymax, se podría decir que es algo así como una precuela. Esta historia, cuando mucho, tendrá quince capítulos. Después, subiré "With love, TH", así que estén atentos. 

¡Nos vemos! 


With love, HL. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora