49° En la sombra

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CAPITULO 2
COMIENZA LA CAÍDA ENTRE
PORROS TRIPIS

Francisco era un crió, ya había cometido su primer atraco, después de ese empezaron a venir muchos mas, a lo largo de su vida. Cuando el tenia algún problema se encerraba en un seat 850 de su hermano Ángel, a escuchar musica.
Una noche encontró en el cenicero del coche de su hermano unos porros, cogió unos cuantos y se los guardo. A la mañana siguiente se va a buscar a un amigo apodado "piraña".
-Mira que le cogí a mi hermano del coche primo-. Le decía Francisco.
-Tienen buena pinta-. Le respondió el piraña.
-¿Vamos al parque con estos y nos lo fumamos?-. Le preguntaba Francisco.
Su amigo asintió, se arreglo y salio con el dirección al parque donde estaban los demás. Una ve allí, empezaron a fumarselo, era el primer colocon que cogía Francisco. Les entró el bajón, una sensación extraña la cual su cuerpo no respondía como debía. Luego ese sudor frío que recorría parte de su cuerpo, la sensación de ahogo. Aunque en ese instante lo pasaba verdaderamente muy mal, no lo dejo a pesar de pasarlo mal.
Todos los fines de semana salia con los amigos, compraban porros y cervezas y se ponían morados. Eso se hizo un habito. Ahora ya no eran los fines de semana, sino, todos los días de la semana, en los que se fumaban porros y se emborrachaban a diestro y siniestro. No paraba en su casa, su madre lo pasaba súper mal, es normal era su madre y no quería que cogiera la mala vida. Su madre, se ponía una silla en el pasillo y allí estaba esperándolo hasta que llegaba a casa. Teniendo que cuidar de sus hermanos pequeños la pobre, tenía que soportar todas las malezas que hacia su hijo Francisco.
A pesar de haber cometido tantos robos, aun no había sido denunciado a la policía. Tuvo mucha suerte hasta que, un día, un hermano mayor que el,amigos de el y Francisco. Fueron una tarde de verano a una sucursal de la casa Citröen donde tenia unos muros muy altos, donde los amigos de su hermano saltaron, pero el no podía hacerlo.
-Ahí en la puerta hay una abertura, paso por abajo-. Les decía Francisco.
Francisco como era el mas delgaducho y bajito se metió por esa abertura. Lo que pasa, es que Francisco no contaba con que hubiese personal de seguridad, para entrar en las oficinas hicieron un agujero, entraron uno a uno y allí les estaba esperando el segurata. El hermano de Francisco y sus amigos salieron corriendo de allí, para que no le cogieran y los denunciaran. Francisco no pudo escapar, el de seguridad lo cogió y lo tumbo para retenerlo, el hermano de Francisco al verlo, fue hasta allí y se quedó con el.
Los demás los traía la Guardia civil que los pillaron por el camino, el hombre los había llamado. Les llevaron al cuartel de la guardia civil, había un hombre haciendo guardia en la puerta, muy grande, con un extenso bigote y un cetme en la mano, pero, esto a Francisco no le impresiono en absoluto. Lo que mas le impresionó, fue ver a su madre otra vez, sacándole las castañas del fuego. El por ser menor y como nunca lo habían pillado, se fue a casa, pero, su hermano se fue al reformatorio. Fue mas por llevarlo a el que por el propio robo. Francisco tuvo que ir al tribunal de menores, donde su madre se hizo responsable de el. Y se fue libre con la amenaza de que si volvían a cogerlo iba directamente al reformatorio.
La vida de Francisco seguía, fiestas, drogas y alcohol era lo que mas consumía. Un día, va al barrio de al lado, donde habían abierto un bar llamado "LA BELLA", el se estaba tomando allí una cerveza.
-Bella, ponme quinientas pesetas de chocolate, para mi y para mi hermano-. Le decía su amigo pichi que acababa de entrar en el bar.
Le daba un buen trozo de chocolate a su amigo, era el mas grande que había visto.
-Ponme a mi también chocolate como si fuera yo el pichi-. Le decía Francisco a bella.
Esta se lo puso y desde ese momento empezó a fraguarse una genial y estupenda amistad. Desde entonces, pasaban casi todos los días ahí metidos. Fumando y bebiendo. La bella en su bar pasaba todo tipo de drogas, a esas alturas Francisco llevaba muchas escapadas de su casa. Por todas las palizas que recibía por parte de su padre, se llego a hacer inmune de todo lo que llevaba, ya no le dolían, y su padre no se imaginaba que cuanto mas le pegaba mas lo hacia.
No se le ocurría pensar a Francisco, que todo lo que hacia su padre, era porque le quería y quería que fuera por el buen camino. Francisco era un vago, pasaba la mayor parte del tiempo fuera de casa, sus padres le cerraban la puerta para que el no entrase y le tocaba dormir fuera en el coche de su hermano Ángel, que estaba aparcado al lado de la puerta.
Cuando hacia frío, subía por la fachada de su casa y en la casita del perro había un baúl con ropa vieja y allí se acurrucaba.
A esas alturas tenía la guardia civil su casa como despacho, estaban mas tiempo en la casa de Francisco que en el cuartel. Que vergüenza les hacia pasar a los padres de Francisco, unos trabajadores que lo único que querían era sacar a sus nueve hijos hacia delante. Por un camino recto y honorable. Pero con Francisco no lo conseguían, robos por doquier, no paraba. Asaltos a los chalets, dinero fácil y el disfrutaba de ello.
Con el dinero de los robos, iban el y sus amigos a la "bella". Conoció los tripis, unos pequeños cartones, cortaban trocitos y se los metían en la boca, con solo un trocito no paraban de reírse, en esa época empezó a entrar fuerte este tipo de droga. Pero les pegaba tal subidon, que estaban en la gloria. Lo que fue una lacra para los chicos de por aquel entonces. En aquella época se estilaba la heroína, pues ya había gente en el barrio que se pinchaban. Pues como Francisco tenía siempre dinero invitaba a gente a heroína. El mientras con sus amigos seguían con los porros, los tripis y la cerveza. Eran todos los días.

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