"Quiero que me amen por lo que soy"

110 7 1
                                    

Para I.S
Mi mejor amigo y más fiel lector desde que teníamos 13 años...

Han pasado cerca de 2 años desde que Adam se fue, pero tranquilos, no me dejó ni nada por el estilo. Se fue a estudiar aviación, y esos 2 años han sido los más largos de mi vida...

-¡Hey! Soph, ¿estás soñando despierta otra vez?- Esa voz no podía ser otra que la de mi mejor amiga Annette, Ann de cariño. Mierda, me había quedado dormida en clase. Seguramente la profesora estuvo preguntando sobre la tarea y yo mirando al infinito.... Por suerte nos sentamos en la parte de atrás del aula, no porque fuéramos las populares o algo así, nos sentamos atrás porque así podemos hablar sin que la profesora se moleste porque interrumpimos su clase.

-Sophie, es la segunda vez que te salvo, no puedes seguir durmiéndote en clase, ¿Qué ocurre contigo?

-Tranquila Ann, prometo tratar de dormir más esta noche-

-Eso espero Sophia, porqué desde que Adam se fue no haces otra cosa más que ver sus fotos juntos, leer conversaciones de facebook antiguas... Tienes todos los síntomas de una deprimida... ¿No crees que estás exagerando un poco?

-¿Exagerando en que sentido Ann?

-Pues.... Adam no te cortó ¿sabes?, además siguen hablando casi todos los días.

-Si, lo sé, pero lo extraño... Mucho.

-Entiendo que lo extrañes Sophie, pero no es bueno para ti que sólo te encierres en tu mundo, y no digas que es mentira porque tu sabes bien que ya no sales con nadie que no seas tú.

-Ann, no es lo mismo estar con él todos los días, abrazándonos mientras estamos acostados en su sofá viendo TV, a estar sólo viéndonos por la webcam una vez al mes. Entiendo la parte de que esta ocupado todo el día, y que casi no tiene tiempo, pero yo también quiero un poco de su atención aunque sea sólo por 5 minutos... Con eso sería más que feliz.

Sin darme cuenta, Annette y yo habíamos llegado a la cafetería, mientras ella se adelantaba para pedir nuestra comida, era mi trabajo buscar una mesa. Sé lo que estás pensando, es una típica historia cliché sobre dos adolescentes que no pueden estar juntos y al final resulta que son el uno para el otro... Pues no, mi historia no es como en esos libros dónde la protagonista se la pasa llorando por un hombre que es novio de su hermana o de su mejor amiga, eso sólo existe en la ficción, los autores usan mucho esas historias porque son, literalmente, las más sencillas de escribir y de leer, no hacen identificarnos con la damisela en peligro en espera de su príncipe azul que a de venir a rescatarla. Mi historia es mucho más simple.

Conocí a Adam Miller cuando él tenía 18 años y yo 17, cuando el cursaba el último grado de preparatoria y yo segundo, hasta entonces no lo había notado en la escuela pero poco tiempo después comenzamos a salir, nuestra relación era como cualquier otra, con sus altos y bajos pero nos amábamos y es lo único que importa. Nos divertíamos juntos, salíamos al cine, y nos cantábamos cosas lindas al oído, lo que cualquier otra pareja normal hace. Todo lo que hemos pasado estos dos años y medio lo tengo que contar bien y quizá un poco más delante.

Amor a distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora