Washington D.C
Mansión Rose Garden - 13 de setiembre de 1920 - 9:00 pm
Los ecos de los tacones y pisadas retumbaban por toda la casa, todo el personal iba y venía con diferentes mandados: - tráeme más toallas - -necesitan más agua_ - Unas mantas por favor_
Era sorprendente la algarabía y el regocijo que todos compartían, era una noche especial sin duda alguna (una noche en que la palabra esperanza adquiría un significado más complejo y difícil de entender). De pronto un llanto detuvo el movimiento de todos, era como si la mansión hubiese dejado de respirar y con ella todos sus integrantes. era un llanto lleno de vitalidad y energía. -Otro varón- se escuchaba decir algunos. Alguien gritó desde los pisos superiores: -Es una niña, una preciosa niña- todos se alegraron, intercambiaron besos, abrazos, conociendo al señor William's la mansión estaría de fiesta toda la semana -Bailes, banquetes, regalos- estaba en la mente de todos.
William's Barrington Carlyle heredero y dueño de la empresa Bancaria Internacional Company y socio mayoritario del alto mundo de las finanzas lo hace ser uno de los hombres más ricos de norteamerica, él, su hermana y su prima Danna De Vals Barrington (concertista e interprete musical) son los únicos herederos que quedan vivos incluyendo a sus hijos del imperio bancario Barrington Company.
Ya era conocido el deseo del señor William's porque fuera una niña y es que después de dos varones era comprensible que así lo deseara, todos lo entendían, todos... menos ella, oculta en la oscuridad de sus habitaciones viendo la cabecita rubia de sus dos pequeños y sin poder conciliar el sueño pensaba cómo su matrimonio se iba destruyendo, desde la llegada de aquella mujer las cosas se habían puesto más insoportables, ya de por sí se había ganado el desprecio de todo el personal y el rechazo instantáneo de aquella mujercita a la que llamaban señora Greidy (la ama de llaves de la mansión), no sabía qué había hecho para ganarse semejante antipatía y cuando ya estaba logrando el respeto de los empleados llega esta otra mujer quitándole la única oportunidad que tenía de ser la señora de la casa; - te presento a mi prima- le había dicho, no necesitó más de tres días para darse cuenta que los sentimientos que albergaba William's hacia su "prima" no eran del todo inocentes, ni mucho menos de hermano a hermana, lo había visto en sus ojos, en la forma en que la miraba, en sus gestos, en cómo la complacía personalmente en todos sus antojos; cómo no pudo darse cuenta antes, cuando él le hablaba de ella con tanta ternura, nostalgia, cómo pudo ser tan ciega. Ella, Christina Middleton, una renombrada actriz, lo dejó todo por él y ahora se había visto reducida a la nada, desplazada totalmente por la prima de su esposo, incluso los empleados volvían a mostrar su antipatía, ella se lo tenía ganado por casarse con un hombre que no la amaba, fue absurdo pensar que con el nacimiento de sus hijos la comenzaría amar; ahora que ella había dado a luz sus días en Rose Garden estaban contados (no pudo evitar tocarse el aro de matrimonio, prueba irrefutable de la promesa que se hicieron), lágrimas de impotencia recorrieron sus mejillas, a diferencia de él, ella sí lo amaba y haría todo lo que estuviera en sus manos por luchar por el padre de sus hijos y por el único hombre al que sería capaz de amar.
Mientras tanto en la habitación del ala derecha de la mansión una mujer no sabía contener su alegría al tener en brazos a su bebé, lágrimas de sus ojos brotaban al observar su carita pequeña y perfecta, al recordar lo cerca que estuvo de perderla en aquel accidente que casi les cuesta la vida a ambas, tenerla sana en sus brazos era la bendición más grande que podía tener; sin duda alguna se parecía a los Barrington, pero solo ella sabía que aquellos ojos tan azules como el océano eran herencia de la familia de su padre... Andrew, aquel nombre vino hacia ella como un tornado de recuerdos, el dolor y la angustia volvieron a su corazón, todavía recordaba sus duras palabras: "Vete de esta casa, ya hiciste lo suficiente, llévate lo que te pertenece y nunca, escuchas, nunca vuelvas a regresar", no solo la sacó de su casa sino de su corazón, ella solo fue un peón en toda esa historia y claro los peones nunca sobreviven pero ella lo hizo, por sí misma y por su hija. Sus cavilaciones fueron interrumpidas por William's su amado primo, qué hubiese sido de ella sin su apoyo y respaldo, él ingresó a la habitación con dos ramos de rosas y una resplandeciente sonrisa en los labios:
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La maldición de los Melford
Mystery / ThrillerDos familias rivales unidas por una maldición y 2 historias apunto de cruzarse: Ariza una bella joven, su único pecado, ser hija del hombre equivocado; un día despertó sin que le quedara nada... otra vez: ni amigos, ni casa, ni padre, ni apellido, t...