Amor Prohibido

Ésta es la historia de Paula. Una chica de dieciséis años,guapa,inteligente, popular,simpática y de familia adinerada. Pero tiene un problema a el cual no sabe como afrontar, está enamorada de su uhermano. Sabe que es un amor prohibido, ¿pero acaso se puede elegir a quién amar?

Las historias como esta no acaban bien...

Paula se dirige a la habitación de su hermano, es sábado,sus padres no están y no sabe que hacer. Al llegar a la habitación de su hermano, llama a la puerta, pero al no obtener respuesta decide entrar.

Una vez dentro,se encuentra a su hermano durmiendo. Se acerca hasta su cama con cuidado de no hacer ruido. Al llegar se sienta en la cama y se queda observandole. La poca luz que entra a través de las cortinas da directamente en el pelo de Mario,de un castaño oscuro, casi rojizo.

Narra Paula.

Durmiendo parece un ángel...sus mechones de pelo revueltos le tapan los ojos y eso lo hace ver adorable...

Decido despertar a mi hermano y quitar estos pensamientos de la cabeza.

-Mario,despierta.

-Mmm...¿paula? -Dice mientras se va despertando.

-Son las doce de la mañana, ¿no crees que has dormido suficiente?

Él sólo se rie y se levanta de la cama para dirigirse a su cuarto de baño.

-¿Me esperas abajo?

-Sí, ¡pero no tardes!

Cuando Mario baja por las escaleras ya está vestido y peinado. Va a la cocina,y cuando sale,se dirige hacia mi mientras se va comiendo una manzana.

-¿Nos vamos? -Me pregunta.

-¿A dónde?

-Sorpresa.

-¡Dimelo porfa!

-No,si te lo cuento ya no sería una sorpresa.

-Joooo. -Exclamo como una niña pequeña.

Nos montamos en su coche y después de diez minutos,llegamos al centro comercial. La verdad es que nos pilla lejos,y nuestra casa está en un barrio alejada de la ciudad,donde solo viven las personas con más dinero.

-¿Centro comercial? -Pregunto extrañada.

-Sí, han inaugurado una cosa por Navidad.

-¿Qué cosa?

-Ya lo verás.

Entramos al centro comercial y me tapa los ojos con un pañuelo.

Seguramente nos estarán mirando todas las personas, pero ni a Mario ni a mi nos importa.

-Voy a tropezar. -Le digo preocupada,ya que soy un poco torpe.

-Tranquila. -Mario me coge la mano y eso hace que experimente una sensación extraña pero agradable.- ¿Confias es mi?

-Si...

-Pues entonces sólo deja que yo te guie.

Sin saber hacia donde voy,dejo que Mario me guie. Después de andar un pequeño rato,nos paramos,y Mario me quita el pañuelo.

¡Una pista de patinaje sobre hielo!

-¿Te gusta?

-¡Sí!¡Siempre he querido patinar sobre hielo!

Mi hermano me mira con sus ojos azules como el mar y me sonríe, provocando un ligero cosquilleo en mi estómago.

-Pero no sé patinar sobre hielo...