I don't want to be alone - one shot Mariali (adaptado)

I don't want to be alone

Les recomiendo leer la historia escuchando la música (toquen el parlante al lado de la frase)

Narra Mariano

Me arrodillé frente a la cama, verla así me dolía.

Las lágrimas corrían por mi rostro, quemándolo. Me sentía con mucha impotencia. Era mi vida y quería estar junto a ella siempre.

Estábamos los dos encerrados en aquella habitación donde habíamos compartido mucho, donde habíamos sido felices.

Toqué su delicada piel ahora pálida y gélida. Besé sus fríos labios. Mis lágrimas se mezclaron con su rostro. La había perdido.

Limpié mis lágrimas y sonreí al ver una foto de nosotros juntos.

Flashback

-Por Dios Lali, tenemos que hacernos la foto. Esta va a ser nuestra primera foto juntos en nuestra casa.

Se tapó la cara con ambas manos.

-No quiero, estoy horrible.

Tomé las manos de Mariana y las aparté de su cara.

-No sos horrible, sos completamente hermosa. Tan hermosa como una rosa blanca que nació entre rosas rojas. Sos muy especial.

Lali sonrió y se acomodó en mi pecho para la foto.

-Mirá la foto. Es perfecta, nuestra primera foto es perfecta.– sonreí

-Por ser la primera, va a ir en nuestra pequeña habitación, en la mesita de luz. Para recordarnos siempre la vez que decidimos vivir juntos.

Fin del flashback

Las lágrimas me volvían a correr, mis ojos rojos e hinchados derramaban dolor, mi corazón latía cada vez más lento. Era consciente de que ella no volvería a despertar jamás, sabía que nunca más me iba a sonreír.

Estaba acostado en nuestra cama, aún al estar como estaba, seguía luciendo hermosa, seguía siendo totalmente bella.

-Si tan solo te hubiera convencido -tomé la mano de Lali- vos seguirías viva. Tan solo hubiera podido decirte las veces necesarias cuanto te amo y que lo sos todo para mí.

Flashback

-¿Te dije que te amo? -Mariana sonrió y me dio un beso

–Mil y una veces.

Posé mis manos en la cintura de ella.

–Mil y una veces no son suficientes.

Acarició mis labios con la yema de sus dedos.

–No me importa las veces que me lo digas, porque ya lo sé. Sé que me amás de la misma manera que yo a vos.

-Nuestro amor es infinito como el mar, o como cada estrella del hermoso cielo nocturno.

–Estaremos juntos hasta que sea el momento.

Acaricié delicadamente su rostro.

–Ese momento no va a llegar jamás. Vamos a estar juntos para siempre.

-Nada es para siempre... Además, los dos sabemos que cualquier día nos vamos a ir a la cama y yo no voy a volver a despertar.

La miré débilmente y la abracé como si fuera la última vez que lo haría.

–Podríamos cambiar todo esto si tan solo te dignases a hacerte el tratamiento.

-Ya lo hemos hablando muchas veces. El tratamiento solamente me va a hacer pasar malos ratos. Y al final, me voy a morir igual.