Capítulo 3

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"El misterio del amor es más profundo que el misterio de la muerte

-Oscar Wilde"


-Isabella: mierda Zack, ¡que me gusta! Que te amo y no puedo seguir ocultándolo- los miré automáticamente soltando a Alejandro

-Zack: ¿Qué?- dijo confundido soltando sus manos también

-Melissa: ¿Disculpa?- la miré no entendiendo su participación en la conversación

-Cassie: cállate ¿Quieres?- me miró mal

-Zack: bella, yo no sabía

-Cassie: no, por supuesto que no- me levanté caminando hacia ellos- mierda, tanta paja te ha dejado imbécil ¿O qué?- la pareja me miró extraño- eres el único que no te habías dado cuenta, vienes y traes al adefesio de circo- señalando a Melissa- y luego dices que nos vamos en una semana y tú crees- sacudí mi cabeza- tú realmente crees que a la pobre chica- coloqué una mano en el hombro de Isabella- no le va a dar un ataque de pánico- abrí mis ojos y sacudí mi cabeza siendo obvia- por supuesto que sí. Yo pensé que eras inteligente... y- cerré mis ojos calmándome porque estaba gritando- Zack, hermano- me miró inocente- mierda, que bruto eres- dándole un golpe en la cabeza

-Zack: auch!- se masajeó la zona afectada

-Cassie: te mereces eso y más- respiré profundo- yo sé que tú también la amas así que bésala ya o te depilo la ceja cuando duermas- lo miré seriamente. Éste abrió sus ojos y la miró, la tomó por las mejillas y la acercó besándola por fin- cristo- exclamé volviendo a mi puesto

-Alejandro: Cassie- dijo calmadamente y lo miré- ¿Podemos ir algún lugar sin distracciones para poder hablar?- lo miré y luego respiré profundamente, no podía seguir evitándolo y mucho menos si ya nos íbamos

-Cassie: vale- me levanté- sígueme- le ofrecí mi mano y éste la tomó

-Zack: hey!- soltó a Isabella- ¿A dónde van?- pasamos frente a él entrando a la casa

-Cassie: tú cállate y arregla tu desastre- miré al pito humano y el maldijo por lo bajo- ignóralo- lo jalé escaleras arriba y entramos a mi cuarto- ok- suspiré y me senté en la cama

-Alejandro: Bien- se metió las manos en los bolsillos- Cassie, mira

-Cassie: lo interrumpí- siéntate- palmee la cama a mi lado

-Alejandro: vale- se sentó y nos acomodamos para estar de frente

-Cassie: escúpelo- montando una pierna en la cama doblándola

-Alejandro: suspiró- mira, sabes que siempre he estado para ti- asentí- incluso cuando pasó lo de- levanté mi mano deteniéndolo

-Cassie: no lo digas- cerré mis ojos

-Alejandro: ok- tomó mis manos- Cassie ya lo sabes pero igual, tú me gustas- suavicé mi mirada inquisitiva a una dulce y comprensiva- lamento haber esperado tanto para decírtelo ya que, ya sabes- se rio nervioso- ya te vas pero, cuando quise decírtelo hace unos años pues me enteré de que estabas con él y quise decirte que era una mala idea, que te haría daño pero- suspiré- no pude, te vi tan feliz y había pasado mucho tiempo de eso, vi como mejorabas a su lado. Yo, simplemente no pude, no pude robarte esa felicidad por egoísmo

-Cassie: está bien, no hubiera sido egoísmo, es que- busqué las palabras- a veces deseamos tanto sentirnos amados que no nos importa que no sea en la misma cantidad que ofrecemos nosotros- miré al vacío recordando- pero luego de todo me di cuenta de que no hay un para siempre de a ratos, ni un amor eterno fraccionado. Que deberíamos esperar mucho más- me sonrió y su mirada se llenó de brillo

-Alejandro: ¿Estás mejor no? Me refiero a, totalmente- asentí- sé que perdí mucho tiempo y no pensaba decirte todo esto, pero al ver a Isabella confesar sentí que debía hacerlo- acarició mi cabello- sentí que al menos te merecías saberlo

No pude más y lo besé, lo besé como si quisiera sentirme amada luego de tanto tiempo. Al principio se sorprendió pero al cabo de unos segundos me siguió. Fue el beso más hermoso que había sentido, era como estar en el momento apropiado, con la persona apropiada y el la cantidad apropiada, no era rápido, no necesitábamos consumirnos en segundos, al contrario. Era como si tuviéramos un infinito sólo para nosotros y de cierto modo era así. Me recosté y él siguió acariciando mi cabello con dulzura, jamás en mi vida me habían acariciado de esa manera... "Él" siempre lo hacía muy rápido, como si no tuviera tiempo.

Alejandro me acariciaba como si fuera frágil, de cristal y sólo con él podía admitir que lo era, que debajo de mis expresiones rudas y comportamiento solitario, era sólo una chica que quería sentirse amada, a quien lastimaron demasiado y estaba rota, tanto que no podía encontrar todos su pedazos. Pero intentaría amar a éste chico con cada uno de ellos, porque había sido suya desde el día en que me salvó, había prometido entregarme a él en cuerpo, porque mi alma ya le pertenecía. Pero de pronto la realidad me golpeó, yo me iría y aunque lo odiara con el alma él se quedaría, así que hice lo que siempre había hecho luego de "él", me alejé, coloqué una barrera en mi corazón de piedra para protegerlo y así no salir lastimada

-Cassie: Alejandro- lo empujé y me levanté colocándome del otro lado de la habitación dejando en claro que quería que se alejara

-Alejandro: ¿Cassie?- se levantó caminando hacia mí- ¿Qué pasa?- levanté mi mano impidiendo que me abrasara

-Cassie: aléjate- miré a otro lado evitando su mirada

-Alejandro: ¿Por qué? ¿Qué hice? ¿Dije algo malo?

-Cassie: no, sólo... Es mejor que te vayas

-Alejandro: hey no- me abrasó, en contra de mi voluntad pero lo hizo a la fuerza- ¿Qué pasa? Cuéntame

-Cassie: nada- mi voz se quebró y fue inevitable mi llanto

-Alejandro: hey, no- lo abracé más fuerte y éste me llevó a la cama- mi amor, tranquila. Aquí estoy, no voy a ningún lado- "pero yo sí" pensé, siempre había estado para recoger mis pedazos cada vez que algo pasaba y esta vez lo rompería yo


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Isabella en multimedia

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