Capítulo 1: Deberes de princesa

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Ariadna

Despierto por la mañana en la cómoda cama de mi habitación. Aparto las cortinas para observar por mi ventana el hermoso día que ilumina hoy al reino de Grossia. Bajo al salón, y veo que en un extremo de mi larguísima mesa hay un cuenco con cereales y una cuchara junto a el, así que voy hasta aquel extremo, me siento y empiezo a desayunar. Tras terminar de desayunar, me visto con mi camiseta y pantalones azules, un pañuelo azul en el cuello, mi larga y elegante capa azul y mi bastón de maga con un cristal azulado en un extremo. Salgo fuera y empiezo a pasear por las calles. Los grossianos de las calles me observan, asombrados, me siento poderosa. Un habitante tauren se detiene frente a mi y me observa detenidamente. Me siento nerviosa, y estoy a punto de atacar, pero de repente, saca de detrás suyo una barra de pan.
-Tenga, princesa, la he hecho especialmente para usted, espero que la encuentre deliciosa.-dice el tauren, y se marcha.
Sigo paseando y me encuentro con unos gnomos que me piden autógrafos. Se los firmo y me marcho, parecen contentos, me siento bien. De pronto, de detrás mio, sale Raeyn, mi amiga de la infancia. Es una joven maga inexperta a la que le gusta pedirme consejo.
-Hola, princesa. ¿Como estáis?-me pregunta ella, bromista.
-Ya basta, estoy bien.-le digo, y me río. 
En ese momento, veo que un orco corre hacia nosotras cargando un enorme saco.
-Eso parece sospechoso.-pienso yo, y doy un paso adelante.
El orco se detiene a unos cuantos metros de mí. De repente, llega una elfa de la noche.
-Deténganlo, es un ladrón.-dice la elfa.
-Me sorprende que aun quede escoria como tu. Es mejor que te rindas.-dice Raeyn, y lanza una descarga de escarcha.
El orco se protege con el saco, que se rompe y deja caer unos cuantos objetos, como panes y objetos de valor, como copas.  Doy un paso al frente, llena de coraje. El orco parece ponerse nervioso y echa a correr en mi dirección. Yo me preparo, y en el momento adecuado, le golpeo en el estómago con el bastón, lo cual lo hace retroceder. El intenta atacarme de un puñetazo, pero me aparto y le golpeo de nuevo con el bastón en la espalda, lo cual lo hace caer al suelo y poso uno de mis pies sobre el para evitar que escape. El orco rueda hacia un lado y se libera, acto seguido echa a correr, pero acto seguido, lanzo un hechizo que congela sus pies y no puede moverse.
-Es inútil escapar, rindete.-le digo.
De pronto, llegan un par de guardias draenei, y tras liberar al orco ladrón, se lo llevan a las mazmorras del castillo. La mujer recupera sus cosas, nos da las gracias y se va.
-Lo has hecho muy bien.-le digo a Raeyn, que parece contenta.
Vuelvo a mi castillo para descansar.
Mientras, lejos de allí, en la región de Vallefresno, se encontraba un tauren observando a escondidas a unos sospechosos orcos con togas negras que recogían frutas y bayas.
-¿Que tramarán?-Piensa el tauren.

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⏰ Última actualización: Feb 01, 2016 ⏰

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