Capítulo II
Sus ojos me intimidan aun más al tenerlos tan cerca. Tengo que admitir que son hermosos, pero... Su mirada es intimidante.
Él me baja al suelo y me siento un poco mareada. Sin hablar del frío que estoy sintiendo. Lindo resfriado me voy a agarrar.
-¿Estas bien?-me pregunta seco, su tono me hace temblar aun más.
-Si, gracias...-vacilo para que me diga su nombre pero no lo hace.
-Es mejor que entremos.
Asiento mientrás tiriteo. Él me mira levantando una ceja y me da su campera, esta empapada y pesada. Pero adentro esta super caliente. Se lo agradezco con una sonrisa, el me mira serio, se da vuelta y comienza a caminar hacía la entrada.
Yo le sigo el paso lentamente, estoy empezando a marearme aun más. Y mis dudas me invaden.
-¿Qué hacías ahí?- le pregunte extrañada mientrás empezamos a subir la escalera.
-Estaba caminando- lo miro aun más confuza, ¿quién camina en la lluvia y de noche?-. La lluvia me realaja. Vi una cosa moverse en el techo y me pare a ver que era, luego caiste tú.
-Oh- murmuro.
Me siento torpe, ni siquiera sé como se me ocurrió subir al techo. Hubiera aguantado el hambre.
-¿Y tú que hacías ahí?-me pregunta y para al llegar al pasillo.
-Nada... Arreglando unas goteras...- respondo mirando a mis pies sientiendome más que torpe.
-¿Dónde es tu habitación?
-Ah, si. Allá en la puna- señalo y comienzo a caminar.
El chico me sigue hasta la puerta, antes de abrir lo vuelvo a mirar.
-¿Cómo te llamas?
-Dante.
-Muchas gracias Dante- le digo con una sonrisa-¿Quieres pasas a cecarte?
Él niega-. Estoy bien.
-¿Seguro?- vuelvo a insistir y él asiente.
Abro la puerta-. De nuevo gracias- le digo antes de entrar.
-¿De quién demonios es esa camperota?-dice Amber apenas entro, ¿nunca un "estas bien, amiga"?
-Es de...-me cayó al darme cuenta que la sigo teniendo puesta.
Abro la puerta pero Dante ya no esta, ¿ya se fue? ¿Tan rápido? Camino hacia las escaleras y nada. Ya no hay rastros del chico raro.
-Entra Kiara, te vas a resfriar- oh ahora se preocupa por mi.
Asiento y entro.
-¿Me vas a responder?
-¿Qué?-pregunto perdida pensando en Dante.
-¿De quién es esa campera? Por cierto, esta linda- dice examinandola-. Sacariamos unos buenos pesos.
-¡Amber!-la regaño y se encoje de hombros-. Se la voy a devolver... Y es del chico que vimos en la cafeteria.
Los ojos de Amber se habren como plato al igual que su boca-. ¡Oh por Dios! ¿Cómo?¿Qué? ¿Por qué?¿Cuándo demonios?-comienza a tartamudear llevandose las manos a la cabeza-. No entiendo nada.
-Me resvale en el techo y él apareció de la nada y me agarró.
-¡¿Y lo cuentas tan tranquila?!-pregunta histérica-. Mira si te pasaba algo, ¿y qué demonios hacía el ahí?