El roce del cuero sobre la piel sensible y caliente de mi pecho logró que un gemido ahogado se escapara de entre la bola que estaba en mi boca. Podía sentir la caída de un hilillo de saliva que se escapo por la comisura de mis labios mientras intentaba controlar los temblores que la ansiedad y añoranza provocaban en mi cuerpo.
'Inhala, exhala...', pensé, 'lento, controla tu cuerpo, no puedes correrte antes de su orden. Has que se sienta orgulloso.' Tenía que respirar profundo para poder mantener la calma y complacer a mi Amo, podía sentir como mi cuerpo se preparaba para el orgasmo: mi pene estaba duró y líquido preseminal escurría por el tronco desde la cabeza rojiza, mis testículos habían subido y apegado a mi cuerpo, el sudor bajaba en pequeñas gotas por mi pecho y espalda magullada; pero no podía llegar al orgasmo. Aún no.
- Quieres correrte, ¿verdad, Dulzura? -no respondí. No se me había dado permiso para hablar.- No te has corrido, has sabido aguantar y has respondido tan hermosamente. Tu espalda esta roja por el beso del cuero. Las cuerdas han marcado tus brazos y muñecas. Estas complaciendome, Dulzura. -sentí el roce suave de su mano sobre el seguro de la mordaza en mi nuca, el 'click' de la cerradura que la ajustaba quedó libre y me vi obligado a tragar rápido antes de que la saliva que se había juntado cayera. Una caricia suave en los cabellos y un ligero apretón después como una felicitación a mi conducta- Respóndeme, Dulzura.
Alce mi rostro y me imagine que estaba delante de mi. Ahora lamentaba el haber accedido a vendarme. Hubiera sido el mejor pago, incluso mejor que lograr el orgasmo, ver el brillo de orgullo en sus ojos por cumplir sus órdenes.
- Sí, Amo. -trague saliva nuevamente y de pronto sentí los labios secos y la garganta áspera-. Deseo correrme.
Escuche el sonido de sus pies desnudos mientras caminaba junto a mi hasta quedar a mi espalda. Las colas del látigo recorrieron mis labios, la línea de mi mandíbula, bajaron por mi cuello -por sobre mi collar- y luego por mi espalda hasta el nacimiento de mis nalgas. Cada músculo y nervio ansioso y deseoso por lo que sabía iba a venir. La anticipación en mis entrañas, girando y girando, una combinación de lujuria, amor y entrega.
Sentí su respiración en mi oído mientras sus manos bajaban por mis hombros, mi pecho, mi abdomen. Una se detuvo allí y subió de vuelta, sobando mi pezón en círculos lentos con la palma de su mano antes de apretar suavemente y tirar de el con los dedos; al mismo tiempo que la otra se envolvía en torno a mi pene y daba uno, dos, tres movimientos firmes desde la base hasta la cabeza.
El gemido necesitado que salió de mis labios fue un incentivo para que mi Amo moviera su mano con lentitud. La tortura era totalmente placentera.
Deje caer mi espalda contra sus muslos al tiempo que habría más las piernas y mi respiración se hacia trabajosa, baja y jadeante. El contacto con mi Amo como un bálsamo tranquilizador. Podía sentir la dureza y el calor de su erección contra la nuca, un estremecimiento me cruzó como una descarga cuando el deseo de tenerla en la boca y poder chupársela me llenó.
Sentía la espalda escocer por los latigazos que había recibido, el sudor haciéndolas arder al caer sobre ellas; los brazos entumecidos por tenerlos amarados a la espalda y las piernas adormecidas por permanecer arrodillado.
- Córrete.
Un gemido bajo al tiempo que hechaba la cabeza hacia atrás, fue la señal de mi orgasmo. Apreté los puños con fuerza al tiempo que sentía como cada músculo de mi cuerpo se contraía en la cúspide del placer, sentí el semen salir disparado desde mi pene mientras la mano de mi Amo seguía recorriéndolo con firmeza. La orden en su voz había sido el estímulo que necesitaba.
Cabalgue un orgasmo arrasador. Sentí mi cuerpo temblar en espasmos cada vez más espaciados mientras intentaba respirar con necesidad, el aire se me hacia insuficiente, sentía mi rostro arder al igual que el resto de mi cuerpo. Mi pecho subiendo y bajando con mis jadeos.
- Muy bien hecho, Dulzura -un beso suave en mi sien mientras sentía como me quitaban las amarras de los brazos y masajeaba suavemente para que volviera la circulación. La sensación de hormigueo fue placentero.- ¿Te encuentras bien?
- Sí, Amo. -gire mi rostro hacia el suyo, hasta que sus labios reposaron en mi frente.
- La sesión a terminado Dulzura, puedes tratarme por mi nombre ahora. -quitó la venda de mis ojos y pestañe suevamente. Su rostro apacible, sus ojos me miraban con orgullo y amor.- Lo has hecho muy bien, Naiko.
Apoye mi rostro en su hombro y sonreí contra su cuello, tranquilo y feliz.
- Gracias Edgar.
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Yo sólo quería escribir y sacarme la idea de la cabeza ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Gracias a TotchiPhobisch por aguantarme las primeras versiones de la historia, la histeria, las rabias, las charlas cochinas en caminatas eternas y dejar de ver tu serie para leer la versión final primera ¡Tienes la primicia, Negra! Eres grande, sabelo.Si has leído todo, gracias por ello. Esperó que te haya gustado.
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Wicked Game [GOTH - Edgar/Naiko]
FanfictionEscrito para el reto de Fanfickers. Día 7: OS basado en uno de los cinco sentidos. - Quieres correrte, ¿verdad, Dulzura? -no respondí. No se me había dado permiso para hablar.