Tan solo un sueño.

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-¡Evan, vete a tu habitación por favor!- Oigo que me grita mamá cuando bajo las escaleras que dan a la sala principal.-Evan, por favor.- me dice otra vez pero no le hago caso.

-! No!- Le grito bajando a su lado y regalándole un fuerte abrazo secándole una lagrima con el pulgar
.

-! Karen, sé que estas ahí abre la puerta!- Escucho gritar con una voz rasposa detrás de la puerta de la sala.
siento como a mi mama se le acelera el pulso.- Evan, eres lo más importante que tengo en la vida, daría todo por ti, incluso si tendría que dar mi vida.- Yo confundido le doy un beso en la mejilla, sé que a estas horas de la noche puede estas más sentimental de lo normal, por eso puede que no la entienda algunas veces.-Toma.- se pone de pie y se lleva las manos en la nuca, veo como sus hermosas ondas rubias caen en sus hombros con tanta delicadeza que me produce una sensación de tranquilidad, pero sus manos juntas me sacan de mi trance y me entrega un collar dorado, no distingo muy bien lo que es, pero al parecer es una nota musical y una foto de cuando tenía unos meses de vida.- Quiero que conserves esto, te pertenece siempre ha sido así, odio que las circunstancias hayan sido estas.- Dice entre sollozos, veo como sus ojos demuestran miedo, y cansancio.


-! Karen abre la puta puerta!- Grita el hombre dado puñetazos contra la frágil madera, oigo que mi mamá suelta un pequeño grito y me da un abrazo más fuerte del que jamás alguien me ha dado.
-Ve mi amor quédate aquí y no hagas ruido- me dice con dulzura cuando me deja detrás del mueble viejo que sostiene a la tele, siempre fue mi lugar secreto, nunca me encontraban cuando jugaba a las escondida cuando venían mis primos y nunca me encontraban, siento que me llega un rayo del foco de la cocina por un pequeño agujero en la madera y me dispongo a ver.
Oigo que la puerta se abre de un golpe, y entra un hombre con un aspecto gordo horrible, unas botas con barro ensucian la alfombra que mi mamá tanto cuida, y una camiseta demasiado grande para su grasoso cuerpo.


-Creíste que podrías escapar ¿eh?.- Le dice a mi mamá agarrándola del cabello, del cabello que tanto me gusta y la azota al sillón que está al frente de la televisión.

-No te gusta esto zorra.- siento como le pega cachetadas, y cierro los ojos.

-Llévate lo que quieras, pero no me hagas daño.- dice mi mamá con la voz cortada.

-No, ¿acaso eres ingenua? tu esposo nos debe dinero, no sabes todo lo que lo hemos buscado pero por alguna razón no aparece por ningún lado, pero miren, tenemos a su estúpida mujer.- chilla con los la mandíbula apretada agarrándola del pelo.

Abro los ojos y veo que el hombre saca una pistola lentamente de su asqueroso y peludo trasero, quiero ir y pegarle un puñetazo pero mi mamá me dijo que me quedara aquí, sé que ella va a arreglar todo esto, el hombre le apunta la cabeza con el arma. Veo como mi mamá se cubre la boca con las manos por un momento y cierra los ojos, siento un disparos, el sonido más horrible que jamás he escuchado en mi pequeña vida.


El hombre asqueroso sale corriendo de mi casa y veo que mi mama tiene la cabeza hacia abajo.

Tambaleando salgo del pequeño escondite y me dirijo hacia el sillón donde está mi mama.

-¿Mamá estas bien? ¿Mama porque no respondes? ¡¿Mama?¡ - Siento como las lágrimas me inundan mis pálidas mejillas y entonces despierto.





-! Evan¡ mi amor, escuche los gritos desde mi habitación, vine lo más rápido que pude, ¿Te encuentras bien?- Abro mis ojos llenos de lágrimas, y unas cuantas se me escapan, veo a mi abuela con un rostro de preocupación, me siento culpable por hacerla levantar a estas horas de las noche, no dudo que sean las 4 de la madrugada, así que solo me delimito a decir que sí.

-¿Estás seguro?, tus gritos eran demasiado fuertes.- dice sacándome un mechón de cabello de la frente.- Si soñaste con tu abuelo.-Empieza- déjame decirte que está en un mejor lugar desde que se fue.- dice con voz delicada y tranquila.- Él siempre quiso lo mejor para ti y lo sabes, ningún aspecto de su vida fue en vano.

-Estoy bien abuela, ve a dormir.- Me da un beso en la mejilla y me abre las cortinas, y se devuelve hacia su habitación.
Me duermo otra vez mirando las estrellas, pensando que si existe el cielo, mi mama está allí arriba esperándome.


Abro los ojos y ciento que los calurosos rayos de sol en mis pies y veo que son las 7:20, le he ganado al despertador, Wuuuuuuuuuuau. Me siento en mi cama y me quedo pensando cómo sería de mi vida y de mi abuela si mi mamá aun estuviera aquí. Me pongo de pie y me miro en el espejo de mi puerta, y veo mis tatuajes, una llave de #Fa está enmarcada sobre mi antebrazo derecho y una frase en mi costilla que dice Lullaby. Soy alto, pero no un gigante y tampoco tengo mal físico, estuve en natación hasta los 16 años, su esencia aún sigue en mis pectorales. Me pongo una camiseta de un grupo de música que escuchaba años atrás, y me dirijo hacia la cocina a buscar algo para alimentar al mostró que tengo en mi estómago..

Siento un olor esquicito, por instinto sigo el olor hasta la cocina, veo que mi abuela preparo panqueques, que buena forma de empezar el día. Camino hacia el salón donde está mi abuela, y le doy un pequeño beso en la frente.

-¿Que estás haciendo? .- Le pregunto al ver los desúrdanos trozos de lana color crema que caen desde su antigua máquina de coser.

-Una mantita para que no te de frio en invierno.- Dice ella con una sonrisa tan hermosa como los primeros rayos de sol de la mañana.- Ah y por cierto te llego una carta hace un par de días, está arriba de tu piano.-

-Una carta ¿Para mí?- , desde cuando alguien me manda algo, de seguro va a ser un día lleno de sorpresas. Lo sostengo un mis manos, es un papel amarillento que tiene una nota; Para Evan Scott, Universidad de Ohio, me quedo pensando por unos momentos que seria y decido abrirla, Dice.

Señor: Evan Scott

Por su inscribe participación y destreza en el recital de piano en el condado Toledo, se le hace esta invitación para tocar en el festival anual de bellas artes, en la prestigiosa Universidad de Ohio, por favor presentarse el miércoles 10 de mayo a las 8:30 en el frontis de la universidad.

-! POR LA SANTA MIERDA!, !!ABUELA!!.-

-! POR EL AMOR DE DIOS QUE PASA!-

-!MIRA LEE!-le entrego la carta.

-!OH MIERDA!.- dice dándome un abrazo.- He ido a ver ese festival de artes, desde que tengo vida siempre los pianistas honrados que son invitados son gente adulta y vieja, serias el más joven hasta ahora, con tan solo 18 años.- me da otro abrazo.- Nunca dude que llegarías lejos.- dice con unas lágrimas en los ojos

-¿Qué... que hora es?-

-Las 7:46 para ser exactos.- me muestra el reloj de plata de su delicada muñeca.

-Mierda abuela, tengo que estas ahí en menos de 1 hora.- Me dirijo corriendo a mi habitación. Me pongo unos jeans negros ajustados rajados en las rodillas, una camiseta blanca que hace resaltar mis bíceps, mis botines color crema y por último el collar de oro de mi madre. Tomo mi mochila y las llaves de mi auto, no es muy adaptado a esta época que digamos, pero mientras tenga ruedas y funcione, todo bien. Bajo por las escaleras de dos en dos y me dirijo hacia el garaje.

-! ADIOS ABUELA!- Le grito desde la ventanilla del auto

-!VE A CONQUISTAR EL MUNDO, HIJO!- Me dice desde la cocina y no puedo evitar una leve sonrisa.

El trayecto hacia la universidad era corto, puse mi playlist de spotify, solo era yo, mi piano, y las millones de preguntas que se me venían en la cabeza, estaba muy ansioso.

Al llegar a la universidad, lo deje estacionado delante de un porche blanco, mucho detalle para mi gusto, me dirijo hacia la escaleras frontales de la universidad, no veo a nadie más que alumnos , así que me siento y me dispongo a esperar, miro mi muñeca las 8:40.

-Debe haber sido una broma de mal gusto.- digo perdiendo un poco las esperanzas.

-Señor Scott perdone la tardanza.- siento a dos personas a mis espaldas y me pongo de pie y entonces la vi.

LA SEGUNDA MELODIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora