Un abrazo

32 2 0
                                    


R

Como en todos sus días, William se dirigía a casa por el camino más largo que conocía, pues así tardaba un poco más en llegar a su solitario hogar. No le gustaba para nada la soledad y si que extrañaba la compañía de su familia, "Falta menos" se repetía cada vez que tenía estos pensamientos.

William es un joven de 19 años, tez clara, cuerpo ligeramente marcado y una actitud bastante agradable, pues es honesto, amigable, prudente y más que nada es divertido; así es, con él jamás estarás triste por más de diez minutos, pues él se encargará de sacarte un sonrisa ¿Por qué?, simple, él no tolera ver a los demás tristes, solos o aburridos, dice "La vida es muy corta para llorar, hazte amigo de la adversidad o nunca serás feliz" y es con este pensamiento que William ha logrado que los problemas que en algún momento le acongojan, se conviertan en sus mejores amigos, excepto uno.

Y con esta presentación, te preguntarás "¿Cuál es el único problema al que no le ha podido hallar el lado bueno?", eso es aún más sencillo. A este joven que parece haber nacido para los demás más que para él mismo, no le gusta la soledad. Esta es para él, la muestra de que algo anda mal en su vida, pues "¿Cómo alguien puede ser feliz sin tener gente con quien compartir?" era lo que pensaba William. Por eso mismo retrasaba lo que más podía la llegada a su actual hogar, siempre llevaba audífonos y procuraba salir con alguien. Solo que esta tarde fue diferente, pues al salir del colegio sus amigos ya se habían ido y se encontraba como menos le gustaba, solo.

Con muy pocas ganas echó a andar a su casa, en el camino vio a alguien que se le hizo familiar "Será de la Universidad" pensó. En cuanto le vio notó que sus ojos estaban rojos y su rostro pálido, sin pensarlo se acercó a aquel joven y le abrazó.

-¿Q-qué carajos hace?- Escuchó que decía el contrario mientras forcejeaba para deshacerse de aquel abrazo

-Te abrazo- Sonrió William- ¿No es obvio?

-C-claro que es obvio- Dijo el joven- P-pero no es el punto, suélteme- Insistió

-Lo haré cuando te calmes- Dijo con autosuficiencia William

-¿Q-qué?- Dijo el contrario, quien con un empujón logró deshacerse de aquel abrazo que le estaba haciendo sentir ¿incómodo?- A-aléjese de mi- Dijo con el tono elevado

-Esta bien- Sonrió -Me llamo William ¿Y tu?- Añadió el menor

-Di-Diego- Respondió el mayor- ¿Acaso me conoce?

-No- Respondió sincero William- ¿Cuántos años tienes?

-¿E-entonces por qu-qué hiciste eso William?- Cuestionó -21 años- Añadió

-Porque lo necesitabas- Sonrió

-¿Q-qué te hace pensar eso?- Cuestionó el mayor

-¿El hecho de que no puedas hablar correctamente por estar llorando, quizá?- Sonrió cálidamente al joven frente a él. Era alto, musculoso, ojos café claro, cabello oscuro, tez canela y tenía una voz profunda y aunque se encontrara cortada por el llanto era bastante agradable, el llanto que aún no comprendía William debía ser controlado, pues no se perdonaría el hecho de dejar a alguien en aquel estado.

-E-Eso es algo que no te incumbe- Respondió el mayor quien no comprendía la actitud del joven que se encontraba frente a él. No comprendía porqué este le abrazó y le habló, en lugar de pasar de largo como el resto de personas. Aquellas personas que pasaban, ajenas a su dolor y que al parecer trataban de esquivarlo como si él tuviera una enfermedad contagiosa o algo parecido, no lo comprendía, pero algo que debía aceptar es que aquel joven le había tomado por sorpresa y con su abrazo se sintió un poco reconfortado, aunque estaba claro que no se lo diría.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 06, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ONE SHOTS (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora