Cuando nuestros cuerpos permanecían unidos como si fuera un vientre de una futura madre que estuviera a punto de dar a luz en tan solo en pocos días a su futuro y pequeño hijo.
Tus brazos delicados y casi como los de una bailarina sobre los míos, me hacían moverme al compás de una suave y relajante melodía.
Mientras ambos bailábamos al ritmo de la sinfonía pacífica, Tu mirada y tus ojos se depositaron en mí, como si yo fuera el único en danzar junto a tí.
Cuando el cd de la música y de nuestra unión finalizó, De pronto tomé tu brazo, te miré a los ojos fijamente y luego te dije te amo mi amor.
Tú, al mirarme sorprendida te me acercaste hacia mi y con un suave, largo e intenso beso, Me replicaste retrocediéndote a muy pocos metros sobre mí de nada mi seductor y de mi más bellísimo amor.