Capítulo 7

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Capítulo 7


La policía había llegado justo cuando lo terminé de apuñalar, dejé la abeja sobre su frente. El chico había peleado, trató de descubrir quién era, pero no lo logró. Tomé una fotografía antes de irme. Sabía que Reymond morirá pronto.

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Corrí por el hospital. Cuando vi a mi hermano y a sus amigos, me detuve con incertidumbre. Grant volteó a verme, sus ojos estaban rojos. Susana y los gemelos me vieron con enojo. Mi hermano me tomó del abrazo y me alejó de sus amigos.

– ¿Dónde has estado? – me reprimió en un susurro–. ¡Despareciste desde el jueves! Mañana es el estúpido juicio y tú... –Mi hermano me tomó de la cara y me revisó los ojos. Me empujó lejos de él–. Estás drogada. No puedo creerlo.

–No pienso disculparme por lo que hice. Fue mi manera de combatir a los abuelos. Además, ya estoy aquí, ¿no?

–Estas aquí porque atacaron a Rey, y ahora está en coma. No finjas que te preocupas por él, cuando no lo haces. ¿Por qué no te largas con tu novio? Desaparece de nuevo.

–Vete a la mierda, Grant, estoy aquí por Reymond, es mi amigo también.

– ¡No, no lo es! – Grant me señaló –. Solo te acostaste con él, eso es todo.

Nos quedamos en silencio, traté de no seguir peleando. Pero era inevitable. De cierto modo, Grant tenía razón, solo me había acostado con Rey. Mi hermano sacó su teléfono, ignorándome, después subió su vista y me empujó de nuevo.

–Los abuelos ya están aquí– susurró con hastío–. Este castigo te lo ganaste tu sola, hermana.

Grant se dio media vuelta y regresó con sus amigos, cuando yo ya iba a caminar para alcanzarlo, mi abuelo se posicionó a un lado mío, mientras que el chofer al otro. Quise replicar, me quedé callada y los seguí al carro.

El viaje de regreso a la casa fue silencioso. Estaba abrumada y cada sonido me hacía querer gritar, sabía que al llegar a la casa sería castigada. Mi hermano me entregó al Diablo, y aun así, no lo culpaba.

La abuela nos esperaba en la sala de estar. Al llegar, me dio una cachetada, no me queje. Aunque si quise golpear a la señora.

– ¡Lo que hiciste fue una insolencia! Desparecer con el niño Harris y fingir que estabas con Smith, ¡cuando no era así!

Volvió a levantar la mano para golpearme, pero me encogí en mi misma y me cubrí la cara. La abuela me tomó por la oreja y me obligó a ir a mi habitación. Nos encerró a las dos. Me arrinconé a un lado de mi cama.

Estaba temblando, sabía que me castigarían, pero no que la abuela se comportaría de aquella manera, parecería que un caballo la había atropellado en medio de una carrera, y, aun así, ella estaba dispuesta a terminar conmigo.

–Tú no saldrás de esta casa sin chofer– me señaló con un poco más de calma, pero aún seguía furiosa–. De la escuela regresarás aquí, y no saldrás. Me aseguraré que no vuelvas a ver al niño Harris en tu vida, ¿me entendiste? Y esta vez, no podrás fingir una relación con Smith, saldrán y punto.

–No pienso hacer eso– susurré.

– ¿Que dijiste? – me gritó la señora.

Me quedé callada, mi abuela me vio triunfante, la vi salir de mi habitación. Escuché como ponía seguro en la puerta. Me derretí en la pared y comencé a llorar. Ahora yo era la enojada. Mi hermano les había dicho a los abuelos que estaba en el hospital, y ahora me harían terminar con Nate. No iba a permitir eso.

Amor Obsesionado © [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora