Suspiros desde una ventana. (Ladrien One shot)

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Marinette se encontraba enfundada en su traje de Ladybug, saltando de tejado en tejado con la ayuda de su yo-yo, apunto de dirigirse a la casa de Adrien. 

Horas antes la chica había visto a su querido compañero de clase un poco decaído, pero no se había atrevido a preguntar, como Marinette no tenía suficiente confianza para hacerlo, así que decidió hacerlo en forma de la Ladybug que tanto adoraba Adrien. Ella era consciente de lo mucho que el chico admiraba a la superheroina, por eso decidió que una visita suya podía alegrarlo.

Desde donde estaba podía ver la ventana del rubio, incluso podía verlo a él sentado en su silla, con la cabeza gacha. No esperó más, respiro profundamente y se lanzo a la ventana. Ya delante del fino cristal que los separaba podía ver con más detalle al chico, lagrimas corrían por sus mejillas. 

Adrien estaba tan sumergido en su tristeza que no se dio cuenta de la chica de rojo que estaba en su ventana, observándole con tristeza. Ladybug se quedó así unos minutos, no se atrevía a llamarlo. ¿Y se no quería dejarla pasar? ¿Y si se enfadaba con ella por inmiscuirse en sus asuntos? Mientras se debatía si había sido buena idea ir a visitarlo Adrien giro su rostro y se dio cuenta de su presencia. 

El chico quedó perplejo al ver a su querida Ladybug observándole a través de la ventana. En cuanto volvió en si, se seco las lagrimas de sus mejillas y se acercó para abrir a la superheroina. La chica entro dudosa, observando al detalle el sencillo pero hermoso cuarto de Adrien. 

- Tienes un cuarto precioso. - Sus ojos iban de un lado a otro, nerviosos.

- Gra-gracias. - 

Después de esas palabras se quedaron en silencio. ¡Vamos Marinette, háblale!  gritaba su consciencia. Estaba enfrente del chico pero era incapaz de soltar alguna palabra coherente, solo conseguía hacer ruidos raros cada vez que lo intentaba. Por suerte, Adrien decidió adelantarse y hablar él.

- ¿Por qué estas aquí? ¿Como sabes donde vivo? - El chico estaba lleno de intrigas.

- Bueno... Yo... Había venido para animarte, se que estas triste. ¡Los superheroes lo sabemos todo!  - Intento decir lo ultimo con un tono más animado para aligerar la situación.

La cara de Adrien se entristeció al oírlo. No, no lo saben todo. No tiene ni pizca de idea de lo que Adrien siente por ella, de lo mucho que la quiere y lo que le duele cuando la rechaza como Chat Noir.

- Gracias por venir para animarme, pero no creo que puedas hacer nada. - Se sentó en el borde de su cama. 

Si que podía hacer algo, y ese algo era quererle, pero eso no es algo que se pueda pedir. Los sentimientos no se piden, nacen.

Ladybug se sentó tímidamente a su lado. Quería gritar de emoción por estar sentada en la cama de Adrien, pero este no era el momento, ya chillaría y daría saltitos como una loca cuando llegara a casa.

- Vale, los superheroes no lo sabemos todo, así que si no me lo cuentas no puedo saber si puedo ayudarte o no. - 

Sonrió dulcemente con intención de relajar al chico, pero esa sonrisa produjo el efecto contrario. El corazón de Adrien latía tan rápido que tenia miedo que sus latidos pudieran escucharse, y un ligero sonrojo se asomo por sus mejillas. Bajo la cabeza intentado ocultarlo.

Al no obtener respuesta, Ladybug decidió volver a preguntar, no se quería rendir.

- Y bien ¿Que es lo que te pasa? - Coloco su mano en los hombros del rubio. - Puedes contármelo, confía en mi.

No es que no confié en ti, es que el problema eres tú y tu maldita perfección. Eso es lo que le hubiera gustado decir, pero sus labios sacaron otras palabras.

- ¿Sabes lo que es amar a alguien, pero que esa persona no haga caso de tus muestras de amor? - La voz de Adrien nunca había sonado tan triste y apagada.

A Ladybug le dolió escuchar eso por dos razones, porque el chico que tanto amaba estaba enamorado de alguien y porque sabía muy bien como era ese sentimiento.

- Si que lo sé, hace tiempo que mi corazón le pertenece a un chico, pero hace poco me he enterado de que el suyo le pertenece otra persona. - Su voz fue disminuyendo a medida que decía cada palabra y sonrió amargamente ante el pensamiento de quién podía haber enamorado al rubio de ojos esmeralda que tenia a su lado.

Se quedaron callados. El silenció era tal que casi se podía escuchar como sus corazones se resquebrajaban por las palabras antes dichas. Creían que la persona que tenían justo al lado amaba a alguien que no era ellos, por eso sus pechos dolían y sus lagrimas estaban a punto de brotar. La primera en soltar un sollozo fue Ladybug, fue muy leve, pero Adrien, gracias a sus habilidades felinas pudo notarlo. Sin saber que hacer se guió por un impulso y abrazo el cuerpo de la chica con delicadeza, que había empezado a temblar al intentar contener las lagrimas. 

Los brazos cálidos de Adrien lograron calmarla un poco, dejó de temblar y sin darse cuenta correspondió lentamente al abrazo del chico. Adrien dio un pequeño respingo al notar los brazos de Ladybug acariciar su espalda y la abrazó un poco más fuerte. Los minutos pasaban y ellos no se separaban. Ladybug tenia su cara enterada en el cuello del Adrien pudiendo sentir su olor, y Adrien acariciaba suavemente la espalda de Ladybug mientras su pelo le hacía cosquillas en la nariz. 

Después de una eternidad, como si se hubieran puesto de acuerdo, los dos empezaron a deshacer el abrazo lentamente, sus brazos recorrieron los del otro hasta que sus manos se juntaron y sus ojos conectaron. 

- Te quiero. - Esas palabras escaparon de los labios de Ladybug en un susurro casi inaudible.

Pero Adrien pudo escucharlo, y casi sin darse cuenta junto los sus labios con los de la superheroina. El beso fue tierno y lleno de dulzura, cuando sus labios se separaron no tardaron ni un segundo en volver a juntarse, una y otra y otra vez. Perdieron la cuenta de cuantas veces sus labios se juntaron, pero no importa, no era momento para ponerse a contar. 

Cuando sus besos cesaron no hacían falta las palabras. Adrien ahora sabía muy bien de quien estaba enamorado Ladybug, y Ladybug sabía muy bien de quien estaba enamorado Adrien. 

Se despidieron con otro dulce beso y un "Volveré mañana" de parte de Ladybug. 

Adrien se quedo observando desde la ventana como la ladrona de su corazón se marchaba para volver mañana, y lo único que pudo hacer fue suspirar.

Suspiros desde una ventana. (Ladrien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora