II☁

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Siempre quise enamorarme de un chico de intercambio, de otro país, con un acento grave y varonil y unos preciosos rizos rubios. Que me hiciera reír cada día, que me diera leves caricias cuando me sintiera triste, que consiguiera dibujarme una sonrisa con sus bellos poemas.

Y en vez de encontrarme unos grandes y resplandecientes ojos verdosos, me quedé hipnotizada en los tuyos, marrones.

Muy marrones.

Yo pensaba;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora