Confesión 2: El placer de Alexandra

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Siempre pensé que eso de los tríos y el sexo en grupo eran exageraciones del cine porno; que era imposible en la gente normal hacer esas cosas sin tener celos. Hasta que conocí a Alexandra y a su novio.(Historia de Omar)

Alexandra fue mi compañera en las prácticas laborales cuando terminamos la carrera de ingeniería y en esos meses platicamos mucho sobre cosas personales, llegando en una ocasión a hablar de sexo y fantasías eróticas.

Ella me habló de su deseo por estar con dos hombres, sentir las caricias y besos en diferentes partes de su cuerpo, que dos hombres la mamaban al mismo tiempo, pasar su lengua por dos penes y metérselos en la boca y al final sentir las dos vergas penetrándola, por delante y por detrás.

A medida que iba explicándolo se iba excitando y usando palabras subidas de tono. Esa vez igual me excité y por primera vez lo hicimos, algo que sabíamos que pasaría en algún momento, y pasó; estábamos solos en la casa que servía de hospedaje al grupo de externos ubicados en el proyecto donde hacíamos las prácticas y con facilidad terminamos compartiendo un 69 muy rico en el cual dejamos nuestros orgasmos.
Después de hacerlo conversamos un rato más y Alexandra habló de nuevo del sexo en trío y me preguntó si me gustaría hacerlo; le dije mi teoría, que los celos naturales de la especie humana hacían que eso fuera solo una ficción del cine porno y ella me dijo que si yo sentiría celos estando con ella y su novio; le dije que yo no, pero de seguro su novio sí.

No volvimos a hablar del tema hasta unos meses después; un día en que estábamos de vacaciones en nuestras casas, me llamó y me dijo que ella y su novio me invitaban a salir esa tarde, ir a una casita en la laguna de Apoyo, un lugar que les prestaba un amigo para quedarse a dormir; me puse nervioso, creí que era una de sus bromas, con su humor ácido, pero después oí en el teléfono una voz de hombre, su novio saludándome y diciéndome que me animara, que él no era celoso y Alexandra le había contado que ya lo habíamos hecho, que le diéramos gusto a Alexandra con lo linda persona que era.
Yo a él lo conocía de lejitos, solo de hola y adios, pero al final me animé y salí de mi casa empacando lo necesario para esa noche. Alexandra y Kelvin me esperaban en la terminal de autobus y salimos hacia Apoyo. Ellos llevaban unas botellas de licor para calmar mis nervios y llegamos a la casita ya cayendo el sol. Arreglar un poco, acomodarnos y ya al rato estábamos brindando por el placer a Alexandra , que lo primero que dijo fue "yo me encargo de todo esta noche, yo les digo que vamos a hacer".

Ella inventó practicar el jueguito de girar la botella y quitar algo de ropa a quien señalara la botella, además de un bailecito según la música que pusimos en el radio. Y así fuimos quedando sin ropa, al mismo tiempo que la excitación iba en aumento.
Alexandra se acercó a kelvin de espaldas y me hizo seña de acercarme, ella en medio de los dos y nosotros besándola y acariciándola, kelvin en el cuello y la espalda, yo en sus pechos, más grandes y más duritos con la emoción. Fui besándola hacia el vientre y de rodillas comencé a mamarselo, pasando mi lengua por su clítoris con muchas ganas, mientras su novio hacía lo mismo en sus nalgas y sus piernas. Alexandra se fue por primera vez con lo que le hacíamos, pero quería más y nos llevó al borde de la cama, se sentó y mientras nosotros de pie quedábamos frente a ella, agarró nuestros penes y comenzó a mamarlos, a meterlos en su boca, uno por uno, hasta que nos acercó más y se los puso juntos, abriendo la boca todo lo que podía para que entraran. "Mi amor, que tragona y deliciosa eres" le dijo kelvin y eso la excitó aún más, porque nos mamaba aún con más deseo hasta que quiso que la penetráramos; me empujó a la cama, para quedar acostado boca arriba, sacó el condón, me lo puso rápido y se enganchó sobre mi metiéndo mi pene en su vagina que estaba mojada y caliente; le dijo a kelvin que se quedara de pie, detras de ella, que se pusiera un poquito de lubricante en el pene, que se lo metiera por el culo y con sus manos se abrió las nalgas para que él la penetrara por detras de forma más fácil.

Lo que pasó después fue increíble. Alexandra gritaba, gemía y se movía con fuerza, apretándose hacia mi para sentir mayor penetración en su vagina, pero también pegándose contra kelvin para sentir su pene en el culo; no se cuanto tiempo estuvimos en eso, Alexandra gritaba y nos decía cosas, que quería sentir sus penes adentro, que nos viniéramos con ella; y así terminó varias veces en orgasmos muy ricos. Yo, aun después de terminar, seguí moviéndome al ritmo de Alexandra y creo que a su novio le pasaba lo mismo, porque nadie quería detenerse, con tanto placer que Alexandra estaba sintiendo en ese momento.

Después de un rato más, alexandra se empezó a mover más despacio y a reirse con fuerza, se acostó sobre mi y agarró a kelvin para que se mantuviera junto a ella, recostados los tres sobre la cama. Después nos reímos todos, con una risa de cómplices y nos quedamos acostados, Alexandra en el medio y los dos apretados a ella.

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