No tenía ninguna intención de que eso ocurriera, pero realmente Dios tenía otros planes para mí esta noche. Todo lo que quería hacer era divertirme un rato con Carly y pasármelo bien por una vez en mi vida, pero no, Dios olvidó que había intentando hacer lo imposible para tener la suerte que nunca logré tener en mi vida. Si, dije que no tengo suerte, por esa razón mi vida es de esta forma.
Me llevó un tiempo unir todas las piezas juntas, para lograr entender y asumir de una vez lo que acababa de suceder. La conmoción sacudió mis venas en el segundo en el que la sangre emanaba de la cabeza del chico que yacía tumbado en el terreno sin moverse, su cuerpo estaba totalmente sin vida. Sintiendo un vuelco en mi estómago del horror, me mordí mi labio, un impulso involuntario hizo que mi mano subiera con rapidez hacia mi boca, para tratar de no gritar.
No podía respirar, no podía ni moverme ni apartar mis ojos de en frente de mi. Sentía como mis rodillas flaqueaban y mis pies se sentían como si me hubiera quedado pegada en el suelo embarrado en el que estaba.
Todo lo que podía hacer en ese momento era maldecir mi vida. Al menos de esa manera, estoy tranquila y puedo pensar en lo que acababa de ocurrir.
Al oír el rumor de las hojas de los árboles que me rodeaban, sentí una conmoción en mi cuerpo, me había dado cuenta en aquel momento que Danger se había girado para mirarme, podía sentir sus ojos sobre mi e inmediatamente el miedo se apoderó de mi.
Mi garganta se secaba mientras empezaba a sacudir mi cabeza, con ganas de decirle que no había visto nada, pero no funcionó porque el rápidamente susurró algo a unos chicos a su lado, antes de que él se dirigiera hacia mi sin que nadie lo notara. Estaba debatiendo sobre si debía correr o no, pero no podía arriesgarme a morir. Por lo menos, no ahora.
Llevó su brazo alrededor de mi cintura, me quedé sin aliento cuando llevó mi cuerpo sobre su hombro. Todo sucedió tan rápido que no pude procesar que había pasado hasta que me tiró al lado del pasajero en lo que parecía ser su coche.
Si tenía miedo antes, ahora estaba aterrorizada.
Sin saber que hacer, me quedé allí sentada, inmóvil, moviendo mis ojos hacia mí alrededor intentando buscar cualquier cosa que pudiera ser un peligro para mi vida. Un cuchillo, tal vez. Una bomba. Otra arma. Pero no vi nada de eso. Dejando escapar un suspiro de alivio, rápidamente la puerta del lado del conductor se abrió dejando ver como el se metía dentro del coche y la cerraba detrás de él.
No parecía muy contento.
Sin decir nada, empezó a conducir después de mirar atentamente la zona en la que estaba estacionado, y fue entonces cuando mi cuerpo se estremeció y mi cerebro empezó a trabajar. —¿A donde me llevas? ¿Me vas a matar? Oh, dios mío, no quiero morir… —Murmuré incomoda mientras los pensamientos inundaban mi mente… Mi cuerpo cortado en pedazos, mientras era dejado en medio del bosque para que nadie lo encontrara….
—¡Cállate!, ¿Quieres? —Me espetó, su voz con amargura causó que me detuviera rápidamente y me callara.
Sentía la tensión en el coche cuando empecé a jugar con mis dedos torpemente, me mordía el labio, no tendría que decir nada más, pero no lo pude evitar. Necesitaba saber que estaba pasando. —Hey!, hmmm, Danger? —Mentalmente me di una colleja de lo *beep* que sonaba lo que le decía. —Tío, sea cual sea tu nombre. Siento por meterme donde no me llaman, pero necesito ir a casa. Es tarde y si se enteran de que me escapé, moriré. Literalmente.
Todo lo que recibí de él fue una risa que me hizo arquear mis cejas por la confusión. —Que es tan gracioso?
—Tú, —continuaba mirando por su espejo retrovisor, mostró una sonrisa en sus labios cuando se volvió a mirarme durante un segundo, antes de girar de nuevo su cabeza para mirar la carretera.
—Yo? —Me rasqué la nuca con torpeza. —Yo que?
—Estas en un coche con alguien que acabas de ver cometer un asesinato y todo lo que puedes pensar es meterte en problemas…. Con tus padres? —Me miró ahora, toda su atención estaba puesta en mí, mientras yo tragaba saliva con dificultad.
—Hmmm, bueno, ya ves, mis padres dan mucho mas miedo que tu. Confía en mí, cuando digo eso, no tienes nada que ver con ellos cuando se trata de asustar a la gente. Además de que tienes razones para hacer lo que hiciste y esta bien. No me importa el tiempo que siga viva. Pero no lo estaré por mucho tiempo si mis padres descubren que me escapé de casa.
—Déjame decirte, que eres una chica confusa. —Se rió mientras arrastraba sus pies por el asiento, mirando el espejo retrovisor, una vez mas.
—Si, bueno, tu no eres todo lo contrario que digamos. —Murmuré para mis adentros, mientras me maldecía por decir aquello.
—Ni siquiera me conoces. —Protestó.
—Se lo suficiente y vi lo suficiente como para saber el que significa para ti un problema. —Admití mientras mordía el interior de mi mejilla.
—Supongo que has oído hablar de mi, entonces? —El arqueó una ceja cuando me di la vuelta para mirarlo de frente.
—Si, mas de lo que quería. Créeme. —Negué con la cabeza mientras ponía de nuevo la mano sobre mi regazo.
—Y les crees? —El frunció sus labios, sus ojos estaban en la carretera y ahora se desviaron a otro carril. El mantuvo su mano derecha sobre la parte inferior del volante, ya que su brazo izquierdo colgaba de la parte superior, metió su mano derecha en el bolsillo de su chaqueta de cuero.
—No… —Recordé rápidamente la conversación que había tenido con Carly en la fiesta. Pero, le vi matar a alguien…
—Bueno —Sacó un paquete de cigarrillos, abriendo la tapa de arriba mientras deslizaba uno de los cigarros, lo puso entre sus labios y lo encendió. Metió la caja en su bolsillo. —Porque estoy seguro, que la verdad es mucho peor. —El sopló un anillo perfecto de humo.