Capitulo 29

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Vanessa: estas nerviosa? 
Tu: si un poco nada más
Vanessa: yo estoy ansiosa
Tu: si, ¿quién besara a uno de los chicos más codiciados del colegio?
Vanessa: yo –soltó una risita nerviosa- y tu besaras a Niall


Narras tú:


La obra era romántica, así que teníamos que actuar como los típicos enamorados, tanto para mí como para él iba a ser difícil la escena del beso pues nos besábamos unas tres veces. Habían obras muy buenas en las que se notaba que habían practicado y unas que daban mucha risa como la de Chris y Vanessa, creo que fue la más divertida de todos los grupos, no podíamos dejar de reír, hasta que por fin la profesora nos llamo a Niall y a mí, quería que esto terminara lo más rápido posible 

Ya habíamos hecho unas escenas pero al final estaba las mas importante, el beso, la escena consistía en Niall y yo bailando suavemente al ritmo de la música…


Romeo: Si profanara con mi mano indigna este sagrado altar, el amable pecado venial serían mis labios, dos ruborosos peregrinos que están listos para suavizar con un tierno beso tan rudo contacto…-dijo Niall interpretando el papel
Julieta: Buen peregrino, eres demasiado injusto con las palmas de tus manos, que bien muestran tu devoción. Los santos también tienen manos con las que tocan a los peregrinos y cuando enlazan palma con palma, es como un beso santo de los peregrinos… -seguimos bailando lento y suave mientras nos mirábamos a los ojos 
romeo: ¿Y acaso, los santos, no tienen labios? ¿Tampoco los peregrinos?
Julieta: Sí, los peregrinos tienen labios para decir sus oraciones…
romeo: Entonces, santa adorada, deja que los labios hagan lo que las manos: que recen y que la fe no desespere.
Julieta: Los santos no se mueven, aunque acceden a las plegarias.
Romeo: Pues no te muevas, mientras recojo el fruto de mis plegarias… -me beso y en cuanto se separo agrego- y que tus labios limpien a los míos del pecado. 
Julieta: Venga a mis labios el pecado que los tuyos tenían –puse entre mis manos el rostro de Niall para darle otro beso-
Romeo: ¿Un pecado?, ¿de mis labios? Oh, dulce urgencia del pecado, dame otro pecado, dame… -dijo besándome
Julieta: ¡Besas como dios manda…! 



Durante la escena nos imagine a nosotros en esa misma situación pero era estúpido hacer eso así que seguí con el papel, me parecía tan real todo lo que me decía, pero tendría que bajarme de mi nube. Después de la escena todos aplaudieron y recibimos las felicitaciones de la profesora, al final fuimos los mejores de la clase…

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