Cómo todos los días, me transportaba en un atestado colectivo, lleno de gente, lleno de mil vidas sin contar.Metida en mi galaxia, en mi mundo, en mi ser y con los auriculares puestos miraba a mi alrededor. El señor colectivero escuchando a Sandro, caras largas, sonrisas tristes, niños llorando, llamadas por teléfono (a los gritos), ejemplares de 50 sombras de Grey y personas como yo (Si. Soy una persona).
Tenía la certeza de que sería un gran día, en el que disfrutaría el simple hecho de tener una rutina (y ser un robot más). ¡Qué conformistas somos!¡Ojalá algún día nos satisfagan cosas más extremas, que sacudan nuestros días y nos hagan sentir VIVAS!
En fin, mañana, colectivo, hambre, sueño, vivir, respirar. Oh, la vida del ser humano. Deseaba con locura que sucediera algo, la permanencia de un vendedor ambulante que genere muecas en los pasajeros, un niño cayendo por las escaleras, alguien qué no sepa como pagar el boleto, yo cayendo. En fin, mis gustos son esos que hacen a las personas como mínimo alejarse cien metros.
Eh, siempre fui así. Es 50% potencial heredado y 50% buscar irremediablemente ser diferente a los demás. Responsables son mi amor por la lectura y el deseo de oponerme a todo tipo de moda.
Tengo qué dejar de racionalizar cosas cómo esas. Siempre buscando explicación a algo tan inexplicable cómo la vida misma. Empezar el día con tantas preguntas abruma mi cerebro en este lunes gris, húmedo, caluroso.
Linda forma de empezar ¿Eh?Vuelvo a tierra al ver a un niño que miraba mi mochila de Pokemon, e inmediatamente fijaba su rostro en los dos rodetes que llevaba sujetados. Me dio verguenza por un momento. Con una mirada complice, sacó de su mochila de jardín un pequeño plato que tenía el dibujo de Pikachu y Chikorita. Sonreímos. Me agradó. Mucho.
Alzo mi mirada con la esperanza de que otra persona comparta con nosotros tan glorioso momento. Nada. Resignada y con una pizca más de odio a nuestro mundo, aumento el sonido de mi reproductor de música. Recorro nuevamente con la mirada el colectivo. Cuando lo veo. Dios. Ojos verdes, pelo suelto, un poco largo, desprolijo, barbudo, distraído, perfecto. El momento se tornó épico ya que sonaba You de Radiohead (https://www.youtube.com/watch?v=5tYJUaY7eHU). . Me sentía como Edward Cullen viendo a Bella Swan, como Mr. Darcy derritiéndose en palabras de amor para Elizabeth Bennet, como Jane Eyre escuchando las palabras apasionadas de su amado Sr. Rochester , como Peeta Mellark... Bajar a tierra. Imposible. Ya estaba en el cielo. ¡Exagerada!. Uh, está mirando. Nunca fui buena disimulando, y sentía como mis mejillas se tornaban melocotón, bordo, el rojo del logo de Youtube. En mi intento de regresar a la normalidad y fingir que no había colisionado mi mundo, me solté del barandel del colectivo. Gracias a la ayuda de la frenada mundial del colectivero caí como un millón de hojas, caí rodando hasta la escalera de salida. Caí en la cuenta de que no era un día normal. Caí en que estaba cayendo.
Mierda.
- ¡Ayuda! Se golpeó la cabeza -gritó desesperada una voz desde lo lejano
- Eh, no estoy bien - respondí- Re bien, muy bien. Un poco bien. Bien.
Dos señoras me ayudaron a erguirme mientras otra sostenía mi amada mochila, el niño Pokemon agarraba mi celular y yo deseaba que el maldito chico no esté riendo ante tal escandalosa escena. Intentaba buscarlo con la mirada pero se me habían caído los anteojos, Dios mio ¡¡¿Por qué me has hecho tan míope?!!
- Che, tomá, creo que esto es tuyo, ¿Estás bien?
- Si.
Me vuelvo a poner mis amados anteojos de Nerd y aclarándose mi mirada veo su figura. Mucho más bello (y mucho más cerca) que antes. Enseguida miro que en mi mano había un pequeño corte y sangre, uh, chica impresionable a la sangre. Caí, sangre, lunes, calor. Todas mis fobias.
- Gra...
Mierda.
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Teen Fiction".. Recorro nuevamente con la mirada el colectivo. Cuando lo veo. Dios. Ojos verdes, pelo suelto, un poco largo, desprolijo, barbudo, distraído, perfecto. El momento se tornó épico ya que sonaba You de Radiohead (https://www.youtube.com/watch?v=5tYJ...