Capítulo 9: Quiero salir

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Capítulo 9

Narra Mandy

Daba vueltas y vueltas por esa sala, desesperada. ¿Cuánto llevaba allí? ¿Quizás 10 días? Bueno, a lo mejor no tanto, solo dos, pero se me habían hecho eternos. Las ventanas estaban selladas, mi teléfono destrozado en el suelo y la puerta cerrada con llave. Me coloqué la sábana alrededor de mi cuerpo para no sentirme desnuda. Ya he descubierto donde estoy. Por la ventana puedo ver un surtidor, así que con mi mente privilegiada he deducido que es una gasolinera; lo que no he adivinado es donde está esa gasolinera. Me agaché junto a los pedazos de mi móvil. Al menos, la batería se encontraba intacta; sin embargo, la pantalla estaba rota y el botón del volumen se había desplazado algunos metros. Coloqué la batería, cerré la tapa del teléfono y recé por que funcionara. Comenzó a hacer un ruidito y, a través del cristal destrozado, pude ver la pantalla de inicio. En esos momentos era la felicidad personificada, pero este estado se marchó enseguida cuando escuché como abrían la cerradura de la puerta. Me apresuré a guardar el aparato bajo el colchón y tumbarme en la cama, esperando lo peor. La puerta se abrió y apareció con un zumo y patatas fritas. La verdad es que moría de hambre.

-Toma gatita.- Le había dado por llamarme así, y no tenía ni idea de por qué. Me tendió la comida y le miré fríamente, mientras que él sonreía con satisfacción.

-Esto no va a durar mucho. Alguien vendrá a la gasolinera y lo verá todo.

-¿Gasolinera? -rió.- No soy tan estúpido bonita. Me aseguré de que en esta habitación no se escuchara nada y que la gente no se acercara.

-¿Cuándo saldré? -me llevé una patata a la boca.

-Nunca. No me arriesgaré a que alguien se entere. Y gracias a ti, tus queridos amigos se han enterado y se lo contarán a la policía.

-¿Qué pretendes decirme con eso?

-Correrán peor suerte que tú.

-¿Los matarás? -asintió- Já, ni tú te lo crees. Tienen guardaespaldas por todos lados.

-No pueden protegerse a todas horas.

-Hablando de horas...¿qué hora es? -dije tomando un sorbo de mi zumo y descubriendo que me lo había terminado. Pues sí que tenía hambre tras 48 horas sin ningún alimento en el cuerpo.

-Las 4.45 de la tarde. -abrió el armario y sacó un despertador azul marino que colocó sobre la silla junto a la cama. La verdad es que no había abierto aquel mueble; con suerte, podría haber algo que me sacara de este infierno. -ahí dentro tienes comida, una manta y folios, por si te aburres. Además tienes un baño aquí al lado.

-¿Hay lápices para dibujar en esos folios?

-Si claro, para que escribas un mensaje de auxilio.

-¿Y que pretendes que haga con unos simples papeles?

-Papiroflexia.

-Vete a la mierda. -le hice un gesto obsceno con la mano y me dio una bofetada, dejando marcada su gran mano sobre mi mejilla derecha.

-Ten cuidado. -me miró amenazante y salió cerrando con llave.

-Papiroflexia...Será capullo. -susurré con rabia.

Fui al armario y observé su interior. Mierda. Nada que pudiera ayudarme. Cerré sus puertas resignada y me fijé mejor en la habitación. ¿Por qué solo tiene una ventana? No es una sala muy pequeña, necesita más iluminación. En ese preciso momento, algo se accionó en mi cerebro. Eso es, iene que haber otra ventana. Me acerqué al mueble de madera y lo empujé con todas mis fuerzas. Un pequeño rayo de luz empezó a colarse a medida que lo empujaba. Bingo. Una vez que estuvo apartado del todo, me asomé al vidrio. No estaba en una gasolinera, ya que ésta se encontraba enfrente. Entonces, ¿dónde estaba? Abrí la ventana con facilidad, ya que esta no la había sellado. Era un hueco perfecto para escapar, pero no podía arriesgarme, ya que no reconocía este sitio y podría volver a atraparme; castigándome y quitando cualquier posibilidad de salir con vida de aquí. Coloqué el armario en su sitio para pensar un buen plan. Recordé mi preciado teléfono y lo saqué de su escondite. Me acerqué a la ventana sellada y vi como Conor abandonaba el lugar en su coche negro. Vía libre. Rebusqué entre mis contactos y llamé a Emily. No tuve que esperar ningún tono, ya que contestó enseguida.

Promesas (Louis Tomlinson Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora