Capítulo único.

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¿Algodones de azúcar?

Una dulce adicción, un dulce que hostiga en cierto punto. Deja tus dedos, lengua y labios manchados pero con un rico sabor.

o eso pensaba Jimin mientras saboreaba los rosados labios de Yoongi.

Acarició con sus dedos el cabello rosado que no tenía demasiado tiempo de tener aquél color, unos 4 días y aún se mantenía igual de rosado que la vez que se echó la tintura en su rubio cabello.

Ambos estaban besándose y acariciándose, contra la puerta de copiloto del auto de los padres de Jimin.

El de cabellos anaranjado, acariciaba con lentitud su cadera. Metiendo su mano fría por debajo de la camisa que llevaba Yoongi.

Esté comenzó a acariciar sus mejillas mientras besaba aún más rápido a Jimin.

Deseoso de más, Yoongi paró de besarle. Suspirando sus labios e intentando acumular más oxígeno en su interior.

Estaba apunto de comenzar otro beso cuando escucho un silbido y luego un grito masculino que decía que se consiguieran una habitación.

Avergonzado, el de cabello rosa, se escondió en la curva entre el hombro y cuello de Jimin.

Jimin agarró sus caderas y lo alejó un poco de la puerta, procediendo a incentivar al mayor a subirse al auto.

Con la radio prendida, comenzaron su viaje. Alejándose del parque de diversiones donde habían ido por el día de enamorados.

Yoongi no era una persona que le gustará las citas comunes, al contrario. Entre menos común sea la cita, más disfruta.

Pero todo aquél que conociera a aquél bajo ser humano lleno de mal humor, sabía que el parque de diversiones era el lugar favorito de él.

Le recordaba a la mejor época de su vida, su infancia. ¿La mejor? Claro que lo fue.

Nunca hubieron insultos, nunca hubieron competencias entre familias y nunca hubo un distanciamiento de parte de sus padres.

La noticia de que su hijo menor era gay, los impresionó pero lo aceptaron. Lo defendieron ante las malas palabras que salían de la boca de su tía de la isla jeju.

Yoongi recuerda muy bien cómo se declaró homosexual, a los 15 años. Había dudado una gran parte de su vida y cuando fue capaz de aceptar sus preferencias sexuales, sintió un gran alivió.

Jimin al contrario, nunca se declaró oficialmente gay. Él no era gay, simplemente le gustaba Yoongi.

Siempre fue un hombre con novias, admiradoras detrás de él y todas decían que su belleza debería ser admirada por ellas.

Le subieron el ego de una manera rápida, muy rápida.

El día que conoció a Min Yoongi fue gracias a amigos comunes de la universidad. Jimin se dijo que no podía ir detrás de una persona que tenía novio

pero ¿aquello que importaba? si era jodidamente lindo.

Una belleza humana que no podía dejar pasar porque tenía novio.

-Planeta Tierra llamando a Jupiter, ¿Hay un tal Jimin por ahí?

Su suave voz lo sacó de su ensueño, mirando a su derecha donde su amado lo miraba con ojos felinos.

-No quiero tener un accidente así que si fueras tan amable para mirar al frente.

-Oh, amo esta canción.

Extendió su mano a la radio, subiendo al máximo el volumen.

-Everybody say NO! Deoneun najungiran mallo andwae. Deoneun namui kkume gatyeo salji ma.

-We roll,We roll,We roll.

Cantaron a la par, riendo al final.
-Jimin-Ah.

-Diga princesa.

-Vayamos a tu casa~

-¿Qué?

-No me vayas a dejar a casa, mi amor. Vayamos a la tuya...¡Anda! ¡Di que sí!

-Pero.. ¿Por qué?

-Por esto.

Sintió un apretón del ya abultado pantalón, gimió despacio pero asintió.

************

-¿Pasarán la noche acá?

Jungkook, su mellizo, dejó una bolsa llena de palomitas a un lado.

Taehyung, su novio, se encontraba desparramado en el sillón con su cabeza puesta entre sus piernas.

-Si, la pasaremos acá.

-Esta bien~ Omma y Papá llegarán mañana por la noche.

-Ya lo sabía pero gracias por avisar. Min, ¿vamos a dormir?

-Vamos.

Su pequeño llegó dando saltitos con una barra de chocolates en mano.

-¡Hey! son míos.

Tae, que no se había asomado, grito subiendo su mano derecha.

-Buenas noches.

Subió las escaleras con su animado novio, guardó una nota mental de no darle nunca más dulces a su pareja.

********

Sus labios comenzaron a atacar los labios ajenos, sintiendo que podría darle diabetes con sólo besarlo.

El sabor a Algodón de azúcar con chocolate, lo tenían mal.

Amaba sentir lo dulce de sus labios, amaba poder tocar todo sin tener que detenerse.

Yoongi mordió su labio, mientras agarraba los dobladillos de su camisa para quitársela.

Así lo hizo, dejó el pecho descubierto del hombre de su vida.

Sintió como su boca se hacía agua al ver aquellos bíceps que lo llamaban a pasar su lengua por ahí.

Pero se contuvo y siguió besando aquellos labios que siempre le habían encantado. Su grosor y su sabor.

Jimin cayó de espalda, dejando a Yoongi tomar el control de la situación.

Labios juntos, gemidos, movimientos y dos parejas disfrutando de tocar con sus manos la piel ajena.

-Te adoró.

Susurró antes de entrar en su interior, viendo como se retorcía bajo suyo.

El sexo era lo mejor, pero era aún mejor hacer el amor.

Ver los ojos brillantes de Yoongi, observar como abría su boca y las palabras que salían de su boca lo eran todo.

Su mal humor por las mañanas, su sonrisa cuando le hacía un cumplido, sus abrazos.

Amaba cada cosa que tenía aquel hombre pequeño.

Amaba su trato, sus caricias, sus manos, sus gemidos, su blanca pie.

Pero sobre todo amaba su adicción por los Algodones de azúcar.

Algodones de azúcar↬YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora