uno.

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Alex escuchaba la música gracias a sus auriculares, estaba lloviendo, y las gotas de agua caían en su cabello rosa, pero no le importó, porque ella seguía en esa banca, la cual se sentaba todos los días. Era una especie de parque, con mucho árboles, y césped bien cortado, le gustaba porque aquel lugar transmitía... tranquilidad.

Se sacó un auricular, para escuchar el ruido de la lluvia: se dio cuenta que las gotas de agua caían más fuerte, no tuvo más opción que pensar en ir a su casa.

Miro la hora en su celular; las cinco de la tarde, recordó que debía hacer la tarea de historia. Y eso la hizo rodar los ojos mientras iba camino a su hogar.

Abrió la puerta principal con mucho cuidado, miro la pequeña cocina, y observo a su madre, Sara, estaba leyendo el periódico, la mujer tenía puesta unas gafas, podía notarse algunas pecas en sus mejillas, y cuando sonreía también se podían notar algunas arrugas, sus ojos café se posaron en lo de Alex.

"hola Alex, ¿Cómo ha estado tu día?" dijo, dejando el periódico a un lado, en su rostro, había una pequeña sonrisa.

"muy bien" le respondí, asintiendo con la cabeza, solamente quería ir a su habitación y dormir algunas horas.

"el señor Williams, me comento, que no has ido a la sesión."

"oh, me he olvidado de ir." mintió, ¿cómo no recordaría la maldita sesión, si su madre se lo recordaba cada cinco segundos?"

"si te has olvidado, ¿cómo es que has salido de casa diciéndome que iras al psicólogo?"

Se olvidó aquel pequeño detalle, jugando con sus dedos, y evitando la mirada acusadora de su madre, respondió:

"mama, no necesito ninguna ayuda. Estoy perfectamente, no sé por qué dices que me ves mal, cuando en realidad estoy bien, lo estoy." dijo convencida " sé que me ves todo el día escuchando música, ignorando a las personas que me rodean, pero, no es raro de la mitad de los adolescentes. Te agradezco que te preocupes por mí mama, pero, ¿quién dice que no estoy feliz?"

Sara dio un largo suspiro.

"si tu... si tú dices estar bien, creo que no deberías ir más a las sesiones, al menos que tú quieras ir." Dijo con algo de esperanza, pero la joven negó con la cabeza.

"iré a mi habitación" informo "te quiero." menciono con un tono dulce.

Y así subió las escaleras yendo por el pasillo y encontrarse con su puerta, llena de dibujos que su hermana mayor les hacía, ella estaba lejos, se había ido a estudiar, su padre trabajaba, y no venía hasta tarde.

Entro e hizo la tarea, no solo de historia, de química, y matemáticas. No tenía buenas calificaciones, pero se esforzaba para tener promedio bueno.

Eran las diez de la noche, y mientras la luna iluminaba su ventana; cerro los ojos hasta quedarse completamente dormida.

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