Más que un sueño...

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     —¡Suéltalaa!— le grito desesperadamente —tú eres solo mío, de nadie más, así que ¡suéltala!— ya no sabía que otra cosa podía hacer para impedir lo que estaba presenciando, la tenía entre sus brazos, le acariciaba el rostro de una forma tan delicada, tan afectuosa, que hasta en cierto instante me provocó ternura, claro esta, un instante muy corto, demasiado. Realmente quería estar estar ahí, donde estaba ella, recibiendo esas caricias, sintiéndome amada.
Nunca había deseado algo con tantas ganas.

     Despierto.
     Una sensación extraña recorre todo mi cuerpo, por primera vez en 17 años recuerdo con exactitud todo lo que ocurrió en mis sueños anoche, estaba él, besándola, abrazándola, demostrándole cuanto la quería, yo simplemente era una expectadora celosa e ignorada, era alguien más de la clase. En el momento que desperté me sentí desorientada, sabía que estaba pasando algo totalmente fuera de lo normal, como si algo en mí hubiera cambiado, pero sinceramente no sé qué.
Lo único en que pienso, es en lo extraño que fue ese sueño, ¿Por qué rayos le gritaba eso a Adam?¿Por qué le hacia esa vergonzosa escena de celos en frente de todos mis compañeros de clase? ¡¿En qué estaba pensando?!
Luego me siento tonta por darle importancia a algo que sencillamente no fue real, fue una pesadilla, pienso, eso es todo.
     —Vas a llegar tarde,¡Levántate!— escucho a mi mamá decir al otro lado de la puerta —son las seis de la mañana y ni siquiera te has bañado, ¡date prisa! Ya sabes que si vuelves a llegar tarde a la escuela no te dejarán entrar, o aún peor, te suspenderán, vamos Sami, ¡levánta...— abro la puerta impidiendo que termine la frase.
     —Si mamá, ya lo sé, ¿Cómo amaneciste?— le digo con la voz aún adormilada. Mi mamá suele estresarse mucho por nuestra culpa, Rosa y yo la hacemos poner de mal humor cuando alguna de las dos se retrasa para la escuela. Mi hermana cursa octavo grado y yo con orgullo puedo decir que este año es mi graduación, aún no puedo creer que el otro año daré mis primeros pasos en la universidad.¡Que emoción!

***

     —Hoy llego un poco tarde, tengo un trabajo de ciencias e iré donde Cami a terminarlo— dice Rosa mientras quita el seguro de la puerta e intenta abrirla.
     —Esta bien, me alegra que hayan arreglado las cosas y sigan siendo amigas— escucho decir a mi madre mientras me cepillo los dientes lo más rápido posible.
     Salgo corriendo del baño, tomo mi bolso, le doy un beso a mi mamá y le digo que también he quedado con una amiga, que llegaré a las cinco o tal vez un poco más temprano. Cruzo rápidamente la puerta.
     —Cuídate, te quiero— dice finalmente cuando me alejo y tomo el autobús.

***

     Cuando el bus se estaciona veo inmediatamente a mi amiga esperándome en la entrada principal, esta molesta, la conozco lo bastante bien para notarlo desde lejos, odia que la haga esperar. Pero sé que después se le pasará. Me acerco para saludarla, pero ella de forma un poco brusca me toma del brazo y me lleva corriendo hasta el baño, mientras subíamos las escaleras a toda prisa, escucho a Manuel diciéndole a Andrés que Adam no podrá venir hoy, pero por culpa de Jess no alcancé a escuchar por qué.
     —Te dije que no te fueras a demorar hoy, tenía que decirte algo importante, pero vamos retrasadas, te lo diré en cambio de clases, ¿Ok?— me dice en un tono suave pero molesto. Ayer cuando estábamos haciendo fila para comprar las boletas de la última película de nuestra saga favorita 'Un amor para siempre', me susurró al oído que tenía que contarme algo urgente, tuvo que decírmelo así, pues detrás de ella estaba una chica de la escuela que nos miraba como si fuéramos enemigas de toda la vida o algo así, y no quería que ella la escuchara. Cuando estuvo a punto de contarme, el joven guapo del cinema nos interrumpió para preguntarnos qué película queríamos ver. Jess me dijo que después de verla me lo contaría, pero lo olvidó.
     —Ok, yo también quiero contarte algo, no te imaginas lo que soñé anoche— le digo con tono burlesco, pero de un momento a otro ya no me parece gracioso.

***

     El profesor de física deja el salón tres minutos después de que suena el timbre que indica el cambio de clases, Jess coje una silla y rápidamente se sienta a mi lado. Me impresiona la velocidad en que hizo eso, en verdad debe ser muy importante lo que tiene que decirme.
     —Es Adam— me dice muy preocupada.
     —¿Adam?— no puedo creer lo que estoy escuchando, siento un nudo en la garganta.
     —Si, Adam, esque...esque— miraba para todos lados, como si temiera que alguien estuviera prestándole atención a lo que decia —mmm creo que le gusto.

     Adam es un compañero de clases que tengo desde que ingresé a la escuela en séptimo grado, es alto, su cabello es tan oscuro como sus ojos y su piel es morena; hasta el día de ayer era como todos, un amigo común y corriente, mmm espera un momento Samanta, ¿Era?¿Qué quieres decir con eso?acaso...¡no!¡no! Y ¡no! Ni pensarlo. No voy a negar que él es un chico muy inteligente, y eso en algo que para mí debe tener un hombre para volverlo atractivo, pero jamás, jamás lo he mirado con otros ojos diferentes a los de un buen compañero de clases. Pero ahora creo saber lo que esta pasando y espero realmente estar equivocada. ¿Será posible que alguien que nunca me llamo la atención, pueda hacerlo ahora y aún peor de la noche a la mañana por un simple y estúpido sueño? Eso es algo imposible, ilógico, o eso es lo que yo creía.
     Cuando Jess me habló sobre Adam esta mañana, no sabía como reaccionar, hubiera pensado que era una broma si tal vez yo le hubiera contado mi sueño antes, pero no fue así. Me dijo que él se estaba comportando diferente con ella, de modo que era más caballeroso, más respetuoso, además de que no paraba de hablarle por chat y decirle cosas bonitas, yo le dije que estaba exagerando las cosas, pero sabía que le estaba mintiendo, Adam nunca actúa así con ninguna de las mujeres del salón y no seria raro que estuviera enamorado de mi amiga, ella es muy linda y nunca le faltan pretendientes, sin embargo le seguí insistiendo en que estaba equivocada, le dije que seguramente necesitaba algún favor urgente, pues bien sabíamos que es la única forma en la que él se porta bien con las chicas, pero ella lo negaba, estaba totalmente segura de lo que decía.
     —¿Por qué te empeñas en decir que no?...dime ¿qué pasa Sami?— me dice con el ceño fruncido, y la verdad ni yo misma estaba segura de la respuesta —Ahora que recuerdo— continuó —ibas a contarme algo de tu sueño— me quedo callada unos segundos, pienso rápido en algo para responderle, hasta que finalmente le digo que no era nada importante, que inclusive ya lo había olvidado.
     ¿Qué?, no podía decirle que soñé que ella y Adam estaban besándose, que estaban enamorados, no ahora que ella me confiesa eso, Jess lo tomará como una señal o algo así y terminara enamorada también.
     ¿Pero qué es lo que pasa conmigo? ¿Por qué habría de importarme? Definitivamente mi pensamiento no es nada diferente al de alguien con celos, con bastante celos. Ahora estaba más que segura. Estoy empezando a sentir mariposas en el estómago.

No Quiero AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora