Persiguiendo al Señor Darcy

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Hola, ¡¡he vuelto y en gloria y majestad!!... Nah, estoy jugando XD, Y como soy una mujer muy innovadora, decidí volver NO con un relato escrito POR mí, sino que uno ecrito PARA mí. Por lo que está de más aclarar que no es de mi autoría, aunque no está de más decir, que tengo la autorización de la autora para subirlo... ¡¡¡Gracias Mari!!! <3 Sin más preámbulo, he acá la historia (que poco y nada tiene que ver con orgullo y prejuicio XD)

PERSIGUIENDO AL SEÑOR DARCY

Un relato para Agu

 

“Algunas historias no tratan siempre de amor. Algunas veces es todo sobre… el acoso.”

Cuando Agu ponía su mente en algo, lo hacía de verdad. Sin embargo eran pocas las cosas que podían retener su atención por más de 5 segundos. Como los ponys, por ejemplo. Lamentablemente esta historia no trata de ponys (awww), sino del sexy sensual vecino que llevaba meses siendo foco de sus fantasías más sexosas e intensas. Las cuales eran realmente muy, muy intensas.

Sus amigas le decían que estaba loca, que aquella fijación suya no era normal, pero a Agu no le importaba. Nunca le había importado mucho lo que dijeran u opinaran los demás de ella. Agu lo había sabido desde el primer momento, lo suyo era amor. O una muy grave y perturbadora obsesión, lo que se acercaba bastante y en su caso era más o menos lo mismo.

¿Pero quién era aquel hombre que había osado capturar el corazón de nuestra queridísima Agu?

Su nombre era: William Darcy.

Sí, como el de Orgullo y Prejuicio. Y no, obviamente no se trataba del mismo Fitzwilliam Darcy. Seamos realistas, ese era un personaje ficticio, aunque el que se llamase igual que uno de sus protagonistas masculinos favoritos de una novela de romance le daba mucho morbo. Además su Señor Darcy era igual de encantador y mucho más violable, puesto que solo vivía a unas cuantas puertas a la derecha en el mismo complejo de apartamentos que ella. Tan cerca de su alcance.

Estate quieto, corazón mío, se dijo Agu dramáticamente desde su escondite en el pasillo, detrás de una pared, observándolo marcharse en su traje de vestir gris de rayitas y corbata negra que tanto le encantaba. Aun debajo de la tela, podía distinguir la musculatura de sus bien tonificados brazos al volverse brevemente para coger su maletín y cerrar la puerta tras de sí. ¡He dicho que te estés quieto, carajo!

Después de todo, su sola visión bastaba para que el pulso se le acelerara y el corazón le martillara el pecho con fuerza. Oh, lo que daría por desprender cada uno de sus botones con sus dientes mientras sus manos exploraban traviesas su cuerpo, acariciando sus pectorales y trazando con la lengua un camino húmedo desde su boca hasta su marcado abdomen y más abajo… uf, ¿era ella o de pronto estaba haciendo mucho calor? Seguro que al imbécil de su propietario todavía no pagaba para que les arreglaran la ventilación.

Una vez que se aseguró que el Señor Darcy se hubo marchado, emergió de su rincón y con su celular en mano, comenzó a teclear:

Queridos seguidores/secuaces/esclavos:

Hoy es el día.

Así es.

Hoy, después de 6 largos meses de meditarlo cuidadosamente, he decidido ponerle fin a esta insana obsesión. No puedo soportarlo más, desde que se mudó no ha pasado un día en que no piense en ultrajarlo.  Así que he elaborado un plan.

¿Y cuál es ese plan, se preguntaran? Bueno, es tan simple que es ingenioso.

Lo único que tengo que hacer es atraparlo en un momento de descuido. Cuando esté desprevenido y no me vea venir (y que de preferencia no haya nadie en la vecindad que pueda verme tampoco, ya que estoy consciente que mi intensidad puede resultar demasiado para algunos).

Entonces. Entonces será mío.

Sin embargo necesitaré de su cooperación, por lo que pongan atención:

Sí ven un hombre con las características mencionadas a continuación, acósenlo. No lo pierdan de vista. Tomen nota de todos con los que interactúe y lo que hace con ellos. Si pueden obtener fotografías mucho mejor. Repórtense aquí inmediatamente con sus hallazgos.

Objetivo: William Darcy

Edad: 24 años

Estatura: 186 cm

Color de ojos: Marrón intenso, ¡grauuuu!

Color de pelo: Castaño

Piel: Morena sensual

 

Esa será todo, ¡pueden retirarse!

Terminó de redactar el más reciente post en su blog con una risita malvada.

Ahora lo único que tenía que hacer era correr escaleras abajo y seguirlo hasta la empresa en la que laboraba, ubicada a unas cuatro cuadras de ahí, pasando el Bravissimo, una de sus heladerías favoritas, donde se sentaba en una de las bancas y pedía una de esas copas gigantes de helado de chocolate mientras esperaba a que el Señor Darcy saliera de su trabajo. El Señor Darcy era un hombre ocupado después de todo, por lo que a veces podían pasar horas.

Pero Agu ponía mucho empeño en lo que hacía, por lo que estaba dispuesta a aguantar. Después de todo era un hecho científico que entre mayor el displacer, mayor el placer que le seguía. Sin embargo, no podía andar por ahí en la calle en su pijama, no porque la otra gente fuera a mirarla raro ni nada, pero porque atraería demasiado la atención y entonces no podría acechar al Señor Darcy como quería. Así que volviendo a su habitación, se cambió la pijama lo más rápido posible y salió corriendo del departamento.

Las calles estaban atiborradas de gente, supuso a que se debía a que era la hora del almuerzo y todo mundo estaba afuera comiendo. Aunque aquello le dificultó el seguir al Señor Darcy entre la multitud, también disminuía sus probabilidades de ser descubierta.  Así que acomodándose su bolsa en el hombro, caminó a lo largo de la acera como cualquier otro transeúnte, sin despegar la mirada de la alta figura del señor Darcy unos metros más adelante.

Andaba con tal seguridad que todos aquellos a su alrededor se veían obligados a voltear a verlo, mientras él, se abría paso hasta adentrarse en el Bravissimo.

Agu se detuvo en seco, frunciendo el ceño extrañada. Esto era raro, ella había documentado y memorizado todo su itinerario y esta era una parada que no estaba acostumbrado a hacer. De igual modo decidió proceder con el plan, sentándose en una de las mesas paralelas a donde él se hallaba leyendo el menú. Al mismo tiempo que a su celular llegaban notificaciones de fotos del Señor Darcy, cortesía de sus seguidores. El 90% de ellas, sospechosamente, todas tomas de su glorioso y firme trasero.

Agu maldijo bajo su aliento, poniendo en silencio su celular tan pronto como empezó a sonar con una de las canciones de los musicales de Disney. Hundiéndose en su asiento y usando el menú para cubrirse la cara.

Lo observó de reojo pedirle al mesero no una, pero dos órdenes de helado. Y mientras esperaba lo vio meterse una mano en el bolsillo y sacar un lapicero, entonces agarrando una servilleta, comenzó a escribir algo en ella.  ¿Un número telefónico, quizá? Inmediatamente, Agu escaneó el lugar por cualquier chica lo bastante atractiva como para haber llamado su atención. ¡Esto no podía ser! ¡Su querido Señor Darcy la engañaba! ¿Cómo se atrevía? Solo ella tenía derecho a violarlo. Ese sexy, sexy desgraciado.

Sin embargo no se acercó a ninguna otra mesa, en vez de eso se puso de pie y se dirigió al baño.  Agu no perdió tiempo, en cuanto el Señor Darcy hubo desaparecido, se escabulló hasta su mesa con la intención de ver lo que había anotado en el maldito papel.

No era un número de teléfono, ni mucho menos. Pero al leerlo Agu sintió como su corazón daba un vuelco.

El mensaje era corto, breve y preciso:

Date la vuelta.

Y ahí estaba el Señor Darcy, esbozando una sonrisita socarrona.

Nuevamente, gracias Mari <3 Love youuuu <3

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2013 ⏰

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