El Negocio

Capítulo 1

- Qué diablos pasa contigo!...- toda la paciencia que tenía está agotada, son tantos años de los mismo! Rogué, supliqué pero al parecer a él no le importa-...era el dinero para el alquiler Brandon! ¡Van a echarnos!

- Tú tienes la solución...- su mirada es tan fría, no hay ningún sentimiento en sus ojos-

- Cómo puedes decir eso! ¡Soy tu hermana!

- No dramatices es solo sexo! Piensa en alguien más y abre tus piernas...- mi mandíbula cae y mis ojos se abren al máximo, quiero llorar, Brandon sale por la puerta y me quedo de pie sola en medio de la pequeña sala-

Me siento en el sofá y miro a la nada, en el fondo lo sabía pero me negué a creer que le importo tan poco a mi hermano, es la única persona que tengo en el mundo! Las lágrimas caen por mis mejillas, miro el reloj, aún faltan un par de horas para que salga a trabajar, me pongo de pie y voy a mi habitación, cuando estoy en la puerta enciendo la luz, no puedo evitar suspirar con pesades, la imagen es deprimente, una cama pequeña y un archivero de 4 cajones que utilizo como armario, la diminuta ventana apenas deja entrar un poco de luz natural por lo que siempre debo encender la luz sin importar la hora, no hay color, las paredes tienen un blanco desgastado, quise ahorrar para comprar pintura pero mi padre dijo que era una mala idea.

Me recuesto boca abajo y abrazo mi almohada mientras dejo de llorar, en ocasiones no puedo evitar sentirme asfixiada, no es solo por este lugar, es por toda esta situación; cuando llegamos aquí papá dijo que sería temporal pero no fue así, cierro los ojos deseando poder dejar de pensar aunque sea unos minutos.

El tiempo pasa rápido, escucho la alarma, hora de ir a trabajar, me pongo de pie, me duele todo el cuerpo y no se si es por el estrés o por mi viejo colchón, voy a lavarme la cara y los dientes, el único espejo que hay en casa es uno pequeño que está en el baño, estoy pálida, con ojeras, demacrada, mi cabello esta seco y maltratado, me peino y hago un moño bajo, salgo y tomo mi mochila y mi chamarra.

Mientras camino hacia el trabajo pienso en mi hermano, tenía la esperanza que Brandon cambiara, que se alejara de esa pandilla, quería creer que podía dejar el alcohol, las drogas y esas mujeres que solo le quitan el poco dinero que le queda después de gastar en sus vicios, obviamente me equivoque; no es la primera vez que roba el dinero para el alquiler pero jamás lo había tocado cuando sabía que llevábamos tantos meses de retraso, apenas pude juntar el dinero y todo para qué?

No pienso acostarme con el dueño del edificio, no me importa que nos echen, estoy cansada de los comentarios y señas obscenas de ese tipo ¡ya no soporto esta situación! El recuerdo de todo lo que paso para que llegáramos a esto me pesa hoy más que nunca; mi padre perdió todo lo que teníamos apenas un año después de la muerte de mi madre, no teníamos a quien acudir, mis abuelos maternos fallecieron cuando era una niña y los de mi padre mucho antes de que yo naciera; ninguno de los supuestos amigos de mis padres nos ayudó y ni hablar de los míos o los de mi hermano, todos nos dieron la espalda y dejaron de hablarnos.

Por suerte yo me encontraba en el último año de colegio, pero fue más duro para Brandon, estaba en su tercer año de universidad y tuvo que dejarlo, ni con una beca completa podíamos permitirnos esa universidad, los libros eran demasiado costosos.

Mi padre se volvió alcohólico demasiado rapido como para que pudiéramos hacer algo, gastó el poco dinero que quedaba en prostitutas, odiaba cuando las traía a casa, en ese entonces Brandon y yo debíamos compartir mi actual habitación, dormiamos juntos en la pequeña cama.

Mi hermano consiguió un trabajo en un taller a las pocas semanas que llegamos aquí, todo lo que aprendió en los 3 años de su carrera de ingeniería electromecánica lo ayudó pero cuando mi padre falleció no tardo en repetir el patrón autodestructivo y empezó a darme el mínimo de dinero para ayudar con el alquiler.