I remember you

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Me paseaba por los pasillos de madera, estaban tal y como recordaba todo, el hospicio no había cambiado, bueno, en realidad le hacía falta algo, lo más esencial, le faltaba tu sonora risa y tus escandalosos pasos. Cuando comencé este trabajo no pensé que tendría una experiencia tan fuerte, tan maravillosa y a la vez tan devastadora.

Siete reglas son las que seguimos los "ángeles" del hospicio.

1.- El bienestar, salud y felicidad de los pacientes es nuestra prioridad.

2.- Ser un hogar para todos aquellos que nos necesitan.

3.- Cumplir en la medida de lo posible sus deseos.

4.- Respetar si el paciente desea o no continuar con el tratamiento para alargar su vida.

5.- No mostrar lastima por aquellos próximos en dejar este mundo.

6.- Cuando el momento llegue despedirse con una sonrisa.

7.- Está terminantemente prohibido enamorarse de un paciente.

Son reglas sencillas pero yo ni fui capaz de cumplirlas en su totalidad, hace tres años trabajaba aquí, pero lo tuve que dejar, en aquel momento fue muy difícil para mí estar aquí, respirar era muy doloroso en este sitio, pero ahora puedo volver y demostrarte que puedo con esto y que cumpliré nuestra promesa.

Seguí caminando mientras miraba por la gran ventana del lado derecho ,el enorme jardín lleno de pacientes, sentí nostalgia al verlo, ese jardín fue donde pasamos mucho de nuestro tiempo, todo de este lugar me recuerda a ti, todavía te extraño, aún pienso que esto es una mentira, un sueño y pronto voy a despertar, mientras más lo pienso se que eso no pasará, tampoco te podre olvidar, porque no quiero hacerlo.

Seguí caminando hasta llegar a la habitación #177, miré su puerta unos momentos para luego llamar y esperar una respuesta que nunca llegaría, lo sabía, estaba vacía, ya no te encontrabas ahí... La abrí lentamente y espere ver tu pequeña silueta mirando por la ventana como la primera vez que te vi, pero no te encontrabas ahí, yo sé que eso es imposible, pero aún guardo una pequeña esperanza en el fondo de mi alma, desde el fondo de mi ser espero verte una vez más.

Recuerdo bien el día que te conocí, estaba llegando, era un novato recién graduado de enfermería, estaba nervioso por saber si estaba hecho para este trabajo. Castiel, me llevo a tu habitación y me dijo que sería tu encargado, también me advirtió que eres un "gorila" y le lanzaste un zapato que fue a dar a mi rostro, tenias tu carácter, cada vez que recuerdo ese momento no puedo evitar reír.

Al inicio todo era una relación de enfermero y paciente, nada más que eso, pero, fue inevitable no enamorarse, antes de darme cuenta apreciaba la cercanía que teníamos, empezaba a desear que esa terrible enfermedad abandonará tu cuerpo, aunque no dejabas ver que tanto te afectaba se que aguantabas mucho peso que poco a poco lo empezaste a compartir conmigo, sentía el deseo de protegerte, se convirtió en mi más grande anhelo.

Recuerdo tu sonora risa, tu apetito insaciable, tu mal genio, tu cara sonriente, tu cara molesta, todas esas cosas las amaba y aún las amo.

Eras tan hermosa, eres tan hermosa y siempre lo seras; esa piel suave y blanca, del blanco más puro que podría existir, esos ojos azules como los del mismo cielo, ese cabello plateado fino, como hilos de plata, largo que siempre estaban recogidos en una trenza; sin duda la chica más bella del mundo, Liraz, mi querida Liraz.

Parecías una chica sana, tan radiante, siempre alegre, me tomabas de la mano y me guiabas como un niño pequeño, yo sinceramente creí que te podría proteger pero fuiste la primera en partir, estaba consciente de que si estabas aquí era porque esperabas por un tranquilo final, yo lo había leído, sobre tu condición tenías una enfermedad : Fibrosis quística, un enfermedad común pero podría ser potencialmente mortal, en tu caso la enfermedad avanzó más rápido de lo esperado y solo tenias 17 años cuando te fuiste. Día tras día buscaba crear recuerdos contigo, hermosos recuerdos, quería pasar todo el tiempo contigo, ver tu cara sonriente cada mañana, tus pucheros por no dejarte comer dulces, escuchar todos tus deseos. Me volví codicioso, quería más de ti, quería abrazarte y curar tu enfermedad, quería estar en tu lugar pero se que tú no lo deseabas, me dijiste que estaba bien, que querías ver que tuviera una gran vida, que viviera por ambos, eso es lo que hago ahora mismo, todo lo disfruto el doble. El aire puro de este lugar, las risas de los niños, la cálida luz del sol, el canto de la aves, ver las flores crecer poco a poco, dormir bajo la sombra de un árbol... Todas esas cosas que en algún momento disfrutamos juntos.

I remember youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora