Habían transcurrido ya un par de días desde que Marceline llegó a la casa del árbol, nada fuera de lo común había sucedido, Finn y Jake seguían con su rutina, buscar aventuras y encontrar tesoros y Marcy en componer sus canciones y jugarle una que otra broma a sus amigos.
Ese día Finn se había quedado en casa y su perruno mejor amigo había ido a jugar cartas con los guardias del castillo.
Por lo tanto él y Marceline habían decidido matar el tiempo viendo la secuela de la película que habían visto la última vez.
Después de un rato Jake llegó e hizo la cena para los tres y continuaron viendo un maratón improvisado de cintas de terror.
—Yo me voy a dormir chicos estoy molido — comentó el buldog levantándose.
— Sólo di que tienes miedo — se burló Finn seguido de Marceline.
—Claro que no, pero mañana Arcoiris y yo quedamos de pasear temprano — refutó frunciendo el ceño con nerviosismo
— Ajá
Y ambos chicos se quedaron solos, a juicio de la reina esta última cinta no estaba tan entretenida como las otras y hasta le provocaba algo de sueño, cerro los ojos un segundo y se recargo contra el sofá, aún continuaba sentada en el suelo y Finn en el sillón.
Finn se percató de que Marceline se había quedado dormida y para asegurarse se acercó sigilosamente a ella, sin resistirlo pegó su frente a la de ella, cuidando no despertarla.
Repentinamente la compositora sintió algo cálido en la frente. Más no se molesto en averiguar la razón.
Sólo se quedó quieta.
Los iris azules contemplaron la mueca apacible de su mejor amiga, cada línea, cada curva, pliegue y cabello que conformaba y adornaba su rostro le resultaba atrayente.
Podía pasar una eternidad mirándola y no aburrirse de ello.
Estúpido.
La realidad le golpeó mentalmente y se apartó de la morena.
— Maldición ¿Que estoy haciéndole a Marcy? Soy un idiota, sí se despierta me matará — se reprendió el héroe levantándose y dando unas zancadas hacia la puerta.
Tenía que irse a enfriar la cabeza, no podía permitir que sus sentimientos salieran a flote tan fácilmente.
—Sólo una semana. Finn aguanta una semana — se decía mientras abandonaba la habitación.
—Pero en que diablos pensabas estupido Héroe— dijo en voz baja la reina al abrir los ojos cubriéndose el rostro, ya que de ser posible en ese instante podría hacerle competencia a una manzana.
Finn le había tomado con la guardia baja.
Recordó entonces lo que había encontrado en la caja y miro hacia el techo en busca de alguna respuesta para su proceder.
Sonrió con malicia una vez se hubo calmado y se levantó.
Buscó al humano dentro de la casa pero no lo encontró, sólo estaba Jake profundamente dormido y roncando .
Salió y lo encontró sentado en el pasto mirando hacia el cielo nocturno, flotó hacia él y lo observó sin hacer ruido.
Finn cerró los ojos y soltó todo el aire dentro de sus pulmones.
— ¿Realmente podré soportar vivir con ella, esta semana?— Se tumbó boca arriba sin abrir sus quinqués — ¡Dios! Es tan difícil, muy apenas puedo controlarme con ella lejos.
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Entre acordes y espadas.
FanfictionLos días en la casa del árbol jamás fueron tan divertidos y coloridos, bueno eso hasta que la antigua dueña regreso. -¡¿Marceline?! ¡¿Qué haces aquí?! -Ah, me quedaré con ustedes una semana a partir de hoy... (Finceline)