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estaba paralizada, no se como, pero de un momento a otro ya estábamos en la entrada del bosque, bajo la luz de un farol, los demás nos esperaban en la calle de frente.

camila y daiara venían arrastrando a martin como si se tratara de un simple muñeco de trapo incapaz de moverse por si solo.

el se soltó y callo de rodillas al suelo, ojos en blanco, palabras raras y dibujando símbolos.de nuevo.

desde la esquina julian me llamo y me dijo que nos íbamos, esta vez no lo contradije, no quería pasar ni un minuto

o mas cerca de ese bosque cerca de "el".

MartinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora