Capítulo I

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Abro los ojos lentamente, como lo hago cada mañana. Me levanto de mi cama, retiro las cobijas que cubren mi cuerpo intentando no destender la cama, aunque es un intento fallido. Dejo caer mi pies desnudo al suelo, busco algo en que apoyarlos y no tocar el suelo frio, aunque no hay rastro de nada. Cuando me pongo de pie mis bellos se erizan, una inmensa cantidad de frio se siente por todas partes. Agarro lo primero que encuentro al paso para cubrir mi cuerpo y no congelarme en este mismo momento. Una bata color menta es lo que tomo, es cálida y me aleja al instante del frío.

Me pongo frente a la ventana, abro las cortinas y ahora todo tiene sentido. Las gotas de lluvia que hacen pequeñas competencias unas contra otras corren por el vidrio empañado.

Creo que la mejor manera de entrar en calor es meterme a la cama y perderme entre mis sueños... Haría eso si no tendria que ir al colegio.

En cuanto entro al cuarto de baño abro la regadera y espero que se caliente el agua para comenzar a quitarme la ropa. No quiero terminar como una escultara de hielo humana.

En cuanto salgo de ducharme parece que el clima sa ha tranquilizado un poco, pequeños rayos de sol entran por la ventana. 'parece que el dia de hoy no va a ser tan bueno que digamos' pienso.

Camino aún con los pies desnudos hacía mi vestidor; al llegar el frío desaparece gracias a la alfombra que se encuentra en el piso.

No sé muy bien como va a ser el clima de hoy. Así que me decido por un jeans un poco desgastado, una playera holgada de manga larga, totalmente blanca a excepción de una pequeña bolsa de color negro, que se encuentra en la parte inferior derecha y mis converse blancos, mis preferidos, aunque están un poco desgastados los amo.

Antes de salir me doy una vista al espejo, llego a la conclusión que me he vestido un poco primaveral, así que regreso y tomo una chamarra de piel. No me la pondré en este momento, pero la llevaré por si el día se vuelve fresco.

Me pongo frente al espejo y estoy de acuerdo con mis aspecto.

Salgo del vestidor ahora ya sin frío y me dirijo hacía mi tocador. Tomo el rimel y lo paso por mis pestañas dejandolas chinas y negras, me decido por un labial rosa pálido y lo paso por mis labios dejando un rastro apenas visible.

Mi cabello sigue enredado así que tomo mi peine y lo deslizo entre él, con delicadeza. Me lo dejó suelto.

Bajo a la cocina a buscar algo de desayunar.
-Buen día señorita, ¿Le preparó algo?- Me dice la cocinera.
-Buenos días. Lo de siempre, gracias-Y le doy una sonrisa de agradecimiento.

-¿Hayle?- Dice mi madre cuando subo por mi bolso.
-Hola mamá, Buenos días. -le digo y planto un beso en su mejilla.
-Buenos días hija ¿Ya te vas?- Me pregunta.
-Si, sólo que olvide algo.
-Esta bien. Adios cariño.
-Adiós ma...
Y cierra su puerta.
¿Ni un que te vaya bien? Cuanta importancia.

Veo el reloj y veo que no me queda tiempo para desayunar. Sólo tomó el jugo de naranja y como una galleta.

Cuando llegó al colegió todos empiezan a saludar, maldita popularidad, pienso. Me encantaría ser una persona "x" y no tener que saludar a todos. Así que inclino la cabeza y hago como si no los viera.

-Hayle, te estaba buscando.-Dice Bea.
-Hola Bea-La saludo de beso.
-Llegaron los resultados para la universidad.-Dice y me toma por sorpresa.
-¿Que?.
-Que ya llegaron los result...
-Si, ya se ¿Te quedaste?-Le pregunto.

-Lamentablemente no-Y pone carita de niño triste.
-¿Y yo?.
-No se. Ve a ver, te acompaño.
Caminamos hasta que llegamos a una pizarra de resultados. Busco rápido mi nombre.
Hayle Stone. Sigo con mis dedos hasta que veo la respuesta.
Denegado.
140 de 150.
Tuve 140 respuestas buenas, ¡De 150!.
Por Dios.
Tantos desvelos a la basura. Tanto estudiar para nada. Tanto esfuerzo y me faltaron diez.
Mis padres podrían pagar la escuela pero... Eso yo no quiero, lo que quiero es estar ahí con mis propios esfuerzos.
Me echo a correr.
-Hayle, ¿Que haces?-Grita
Me volteo y le digo:
-Solo quiero estar sola.
-Esta bien. Ya no llores.

Llegó a un centro comercial sin ganas de nada, sólo veo gente pasar. ¿Para que tomó clases hoy? Si de todos modos no quede en la Universidad.

-¿Hayle?-Dice mi hermana.
-¿Que haces aquí, Emma? ¿No deberías estar en la escuela? -Le pregunto y limpio mis lágrimas.
-No le digas nada a mis papás ¿Si?
-Esta bien.
-¿Que te pasa? ¿Porque lloras?-Me da un abrazo mi hermana.
-No pase el examen para la Universidad-La abrazo más fuerte.
-Ya, tranquila. ¿Sabes? Mis padres pueden pagarlo.
-Pero yo no quiero eso, yo quería entrar por mi propia cuenta.
-Ya veremos la manera que entres a esa Universidad-Dice mi hermana dandome ánimos.
-No les digas nada-Le digo y dejó que las lágrimas caigan por mis mejillas, acompañadas de rímel y maquillaje.
-Esta bien.-Me abraza.
-¿Asi que no me van a decir?-Pregunta la voz inconfundible de mi madre.-¿Que hacen las dos fuera de la escuela? Ahora mismo a la casa.












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