CAPITULO 1

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No tengo idea desde cuándo comenzó realmente esto, ni por qué solo me pasa a mí. Desde los seis años o antes, no estoy segura; veo sombras. Sombras que nadie más ve. Es curioso pero antes cuando era pequeña, esas sombras solo aparecían de vez en cuando y no tenían formas definidas. Pero con el paso del tiempo, mientras iba creciendo las sombras se volvían más y más constantes e iban tomando forma.
Cuando les comentes por primera vez a mis padres sobre esto, al principio me dijeron que eran producto de mi imaginación, es decir “amigos imaginarios”, pero yo no los sentía así, sentía que esas sombras no eran nada amistosas y hasta cierto modo eran malignas, pero mis padres solo creyeron lo de los amigos imaginarios.
Mientras iba creciendo deje poco a poco de comentar lo de las sombras, no tenía caso, mis padres creían que estaba loca o que solo lo hacía para llamar la atención. Con el tiempo deje de tener amigos y me volví “anti-social”, me fui aislando poco a poco de cualquier persona y con ello deje de mencionar lo de las sombras, hasta que conocí a Max, mi mejor amigo, no sé si me creía o no, pero no le importaba que hablara de las sombras, él de algún modo es igual de extraño para los demás, le gusta saber sobre vidas pasadas, los viajes en el tiempo, los sub mundos, etc.
Los dos asistimos a la misma preparatoria y hemos estados juntos desde la primaria, es nuestro último año en la misma escuela ya que pronto entraremos a la universidad. Por cierto me llamo Luna y vivo en San Francisco, pronto será mi cumpleaños número dieciocho y mis padres quieren organizar una fiesta de cumpleaños con la familia, con lo cual no estoy muy contenta pues todos en mi familia creen que estoy loca.
-Madre no quiero una fiesta de cumpleaños
-Hija pero son tus dieciocho y además en unos meses saldrás de la preparatoria y te iras a la universidad, eres nuestra única hija, tu padre y yo después de que te vayas… queremos festejarte hija
-pero madre…
- Sabes que te amamos mucho y que solo queremos verte feliz, por favor acéptalo ¿sí?
-está bien, pero… que no dure mucho
-Claro hija… vete a dormir que mañana vas a la escuela
-si buenas noches
-descansa
Me pare de la mesa de la cocina y me dirigí a mi cuarto, pero al mirar a las escaleras note que una sombra estaba ahí para hasta arriba como si estuviera esperándome (después de tanto verlas ya no tenía miedo, si no que a lo largo de este tiempo esas sombras me habían causa curiosidad), la observé por unos segundos pero esta sombra parecía diferente a las demás, está ya no era tan borrosa y tenía más forma que las que anteriormente había visto, subí un escalón de la escalera y la sombra comenzó a caminar con dirección a mi cuarto, la seguí pero al llegar a la puerta de mi curto esta simplemente desapareció , me acerque a la puerta, y tome la perilla, mi corazón estaba latiendo rápido  no sabía si abrir o no, gire la perilla poco a poco hasta abrirla y notar que en mi cuarto no había nada, suspire y fui a mi cama. Mientras traba de conciliar el sueño pensaba en porque habían vuelto, por un tiempo las deje de ver pero volvieron, y cada vez se acercan más a mí, antes las veía, sí, pero a distancia y no eran tan lucidas como ahora, no entiendo porque es que volvieron, pero no me da una buena sensación. Poco a poco me comenzó a dar sueño y con ello mis ojos comenzaron a cerrarse, los cerré y los abrí un poco, pero al abrirlos una sombra estaba a pocos metros de mi cama y se acercaba más y más, yo no sabía que me pasaba, quería pararme, gritar, moverme, pero no podía, lo único que hacía era abrir y cerrar mis ojos, hasta que no pude más y lo último que vi fue a la sombra parada frente a mí.
Abrí mis ojos pero no veía nada, estaba borrosa mi vista, parpadee un poco y cuando pude ver con claridad, no estaba en mi cuarto, estaba acostada en un montón de tierra.  El lugar en donde estaba no se me hacía conocido, ni si quiera lo había visto en fotos o visitado alguna vez, era realmente un lugar extraño para mí. El lugar era gris, es decir, no había sol, las casas estaban un poco viejas y casi por derrumbarse y los árboles estaban secos, todo con una visita pos- apocalíptica; camine por ese lugar tratando de encontrar una pista de donde estaba o a una persona que me dijera tan siquiera como se llamaba este lugar, pero no había nadie, ni perros, ni aves, ni personas, nadie. Las casas parecían estar vacías. Estar en ese lugar me daba miedo y no me sentía segura, pero después de un rato escuche algo.
-¡¿Hay alguien ahí?!... ¿¡HOLA!? …- no había respuesta alguna, voltee a todos lados pero no parecía haber nadie, ni nada que produjera algún sonido, pero no paso mucho tiempo cuando volví a escuchar algo de nuevo - ¿¡HOLA!?... disculpe no sé dónde estoy podría usted ayud…- cuando vi, una sombra salía detrás de un enorme árbol que se encontraba a pocos metros de distancia de donde yo estaba, me quede perpleja no quise moverme, no sabía qué hacer, solo podía mirar, esta se iba acercando a mi hasta llegar a unos dos metros de distancia de donde estaba. Me parecía aterrador.  Cuando quise moverme mi cuerpo no me correspondía. La sombra se acercó más a mi hasta llegar a donde estaba y acerco lo que parecía ser su cara a mi cara, no tenía ojos pero sabía que me estaba viendo, alzo su brazo y toco en medio de mi pecho. Al tocarme sentí el dolor más grande que nunca había sentido jamás, como si estuviera absorbiendo todo en mí, comencé a gritar con lo poco que quedaba de fuerzas, hasta que no pude más y cerré los ojos, mientras sentía todo ese dolor recorrer mi cuerpo.
Abrí los ojos y mi madre estaba llegando corriendo a mi cuarto, se sentó en mi cama y me abrazo.-Tranquila hija, todo fue un mal sueño – mi respiración era muy rápida, estaba sudando… me preguntaba si todo realmente había sido un mal sueño, el dolor que había sentido era muy real.
Al amanecer baje a la cocina y mi madre había preparado el desayuno, me senté y comencé a comer- Hija… ¿qué fue lo que soñaste?- no supe que decir, si le decía quizás creería por completo que estoy loca y me mandaría al psiquiatra o algo así- ¿Hija?
-No recuerdo madre, ya me voy si no llegare tarde a la escuela
-… bueno, con cuidado- me pare lo más rápido que pude y me subí a mi auto, mi Mustang, que había sido regalo de mis  padre a mis diecisiete años. Deje mi mochila en el asiento del copiloto y seguí mi camino para ir a la escuela; mientras iba en mi camino pensaba en lo que había pasado en mi sueño. De repente escuche sonar el claxon voltee y vi que un tráiler venia directo hacia mí, lo único que pude hacer fue desviarme hacia una calle, mi auto se derrapo un poco y después de apago. Quice prender el auto de nuevo pero por más que lo intente no encendía- Perfecto, justo hoy- tomé mi mochila y me baje del auto. Comencé a caminar hacia la escuela, de por sí ya iba tarde ahora iba a llegar más tarde- estúpido tráiler, ¿Qué no me vio?- seguí caminando pero una persona paso muy rápido de mi lado haciendo que las cosas de mi mochila se cayeran. Baje a recogerlas  y molesta voltee a ver a ese tipo pero ya no había nadie, se me hizo realmente extraño pero tenía cosas más importantes que hacer. Seguí recogiendo mis cosas y mientras lo hacía un perro apareció- ¡hey!, hola amiguito, ¿estás perdido?- estire mi mano para acariciarlo pero el perro gruño y me mordió- ¡AUCH!- vi mi mano y estaba sangrando, cuando voltee de nuevo el perro agarro las llaves de mi auto y salió corriendo- ¡esto no puede ser cierto! - agarre mi mochila y corrí tras del perro por unas cuantas calles hasta que se desvió y se metió a un callejón.
Se adentró un poco y dejo las llaves de mi auto enfrente de un edificio que se encontraba ahí, las agarre y el perro se metió corriendo al edificio. Mire al edificio algo intrigada,algo en el me insitaba a entrar. Cuando estaba a punto de meterme mi celular sonó.
- ¿bueno?
- Luna, ¿Dónde estás?... ¿sabes la hora que es?
-¿eh?, ¡oh! Cierto, ya voy para allá no tardo.- colgué y mire extrañada el edificio, algo realmente me intrigaba acerca de lo que había ahí adentro y porque el perro me trajo hasta aquí. Voltee para seguir mi camino y justo enfrente de la entrada del callejón estaba una sombra parada. Mi corazón comenzó a palpitar rápidamente, se acercaba nuevamente a mí, quería moverme pero no entendía porque cada vez que estaba enfrente de las sombras me paralizaba. Camino un poco más hacia mí pero una motocicleta salió detrás y paso a un lado atravesando a la sombra, esta se desvaneció y pude volver  a moverme, salí corriendo de ese lugar lo más rápido que pude.
Al llegar a la escuela busque por todos lados a Max, llegue a la cafetería y lo encontré sirviéndose de comer.
-¡Max!, me alegra encontrarte
-hasta que llegas, ¿sabes todo lo que tuve que hacer para que pudieras entregar tus trabajos con los profesores?
-¿enserio? ¿Los puedo entregar mañana?
-sí, ¿pero porque llegas tan tardes?, ¿Qué demonios te paso?
-ah… eso, es realmente extraño sabes, estaba en camino para acá pero de repente un tráiler y yo casi chocamos y entonces me tuve que meter a un callejón pero de repente mi auto ya no prendió y entonces tuve que venir caminando, pero un señor grosero paso rápido y choco conmigo y todas las cosas de mi mochila se cayeron al suelo y las recogí y apareció un lindo perro pero cuando quise acariciarlo, me mordió y entonces…
-espera, ¿Qué?, ¿te mordió un perro?
-sí, pero eso no es lo importante si no que después…
-¿Cómo que no es importante?, rápido muéstrame donde fue que te mordió
-¿eh? Sí, claro- le enseñe mi mano rápidamente pero... no había mordida.  Me miro extrañado y yo aleje  lentamente mi mano observándola.
-Luna… no tienes nada
-lose, pero…estoy segura que me mordió…
-¿te encuentras bien?
-sí, pero… te juro que si me mordió un perro… no lo entiendo
-está bien no te preocupes, saliendo de la escuela pasamos a ver tu carro ¿de acuerdo?- solo acerté con la cabeza mirando mi mano.
Estando en clases no podía dejar de ver mi mano, “¿Cómo carajos paso?, estoy segura de que me mordió”, seguía mirando mi mano tratando de encontrar una respuesta, pero realmente no tenía sentido todo lo que había pasado, “¿Qué demonios está ocurriendo?”.
Salimos de la escuela y Max y yo íbamos callados caminando por la calle donde había dejado mi auto. Al llegar a donde lo había dejado, me sorprendí, no se encontraba ahí.
-¿estas segura de que lo dejaste aquí?
-sí, aquí lo deje
-Luna, esta extraña, ¿realmente lo dejaste aquí?
- ¡YA TE DIJE QUE SI!
-está bien, tranquila, dame las llaves del auto
-sí, espera.-  busque las llaves del auto en mi mochila y en mis bolsas pero no estaban- Max, no las encuentro…
-tranquila… solo recuerda, ¿Traías el carro?- me quede pensando en cómo es que todo esto estaba pasando, mi auto no estaba, las llaves tampoco y la mordida, todo eso… ¿realmente había ocurrido?, de repente recordé el callejón donde el perro había dejado las llaves, y comencé a correr hacia ese callejón lo más rápido posible- ¡LUNA!... ¡LUNA!, ¡¿A dónde vas?!- Max salió corriendo de tras de mí y al llegar al callejón simplemente me pare y me quede en shock- Luna… ¿qué sucede porque saliste corriendo hasta aquí?... Luna...- Max volteo hacia donde yo estaba mirando
-no, no puede ser, yo no lo deje aquí…- camine hacia el carro con pasos lentos, tratando de explicarme las cosas que estaban pasando- ¿Cómo puede ser esto posible?,-me asome por la ventana del auto y vi que las llaves estaban puestas. Trate de abrir la puerta pero no podía abrirla, las puertas estaba cerradas con llave, me aleje y trataba de entender lo que había pasado, pero vi que algo se movió dentro del auto, volví a  asomarme. Nada está adentro. Me acerque lo más que pude al vidrio de la ventana y el perro que me había mordió salió de repente de la parte de atrás ladrándome, me asuste bastante y rápidamente me hice hacía atrás, el callejón era realmente estrecho, al hacerme para atrás mi cabeza golpeo contra la pared lo bastante fuerte como para abrirme un poco la cabeza.
Caí al suelo, no sé si el golpe había sido lo bastante duro como para que me desmayara o todo lo que había pasado ese día, solo abría y cerraba  mis ojos, vi a Max corriendo lo más rápido que pudo hacía  donde yo estaba, mi vista se empezó a  nublar, cerraba poco a poco mis ojos. Lo último que logre ver  fue a Max preocupado y detrás de él, una sobra estaba de pie.

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