Epílogo

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Estaba en mi despacho sentado detrás de mi escritorio con las manos sobre él, viendo hacia la nada, escuche la puerta abrirse y vi como una figura pelirroja atravesaba el umbral de mi estudio y se detenía junto al escritorio.

-Klaus, es hora de bajar, los invitados esperan- dijo ella apoyando una mano en la madera oscura, yo la mire y asentí.

-¿Hope?- pregunte, ella asintió y yo me levante de mi silla suspirando, cuando me dispuse a dirigirme a la salida ella me detuvo.

-¿Sucede algo?- cuestiono con una mirada penetrante, característica de la pelirroja mientras levantaba una ceja.

-Nada fuera de lo común, ¿Tu?- pregunte con fingida inocencia.

-Han pasado cinco años, Nik- suspiro.- Debes parar esto, debes encerrar los recuerdos de esa noche, es el cumpleaños de tu única hija, se lo debes- dijo Kalesy con determinación para después soltarme.

-Los recuerdos siempre están acechando en la oscuridad, no puedes esconderte de ellos durante mucho tiempo, deberías saberlo- dije dándome la vuelta, para irme a la habitación de Hope.

-No, los fantasmas acechan en la oscuridad, los demonios- dijo levantando las manos en un susto fingido, para luego dejar caer las manos de golpe y colocar un gesto serio.-Pero no creo en nada eso, lo único que acecha en la oscuridad son tus errantes de noche- dijo con su nota cortante y sarcástica como una hermana mayor hacia su hermano menor.

Mi boca se curvo en una media sonrisa, su humor cortante a veces era la cura para mi mal genio. Me encamine hacia la salida sin responder, Kalesy se había vuelto una constante en estos cinco años, su clan se asentó aquí, en Nueva Orleans, ahora que la ciudad era segura, para las criaturas sobrenaturales, y no debía vivir en la sombra ya que los vampiros y los hombres lobos conocían de su existencia y mantenían la paz tanto como la naturaleza de su propia especie se los permitiera.

Kol mantuvo a las brujas a raya durante tres años hasta que finalmente acordaron que ellas no serian las primeras en atacar, no es un acuerdo muy solido pero mantuvimos la misma promesa, mi hermano pequeño aun no supera la perdida de Davina, por supuesto no podría juzgarlo, yo cargo con las mismas cadenas desde hace cinco años.

Hayley y yo finalmente llegamos a un acuerdo con respecto a nuestra hija, no vivimos juntos pero ambos la vemos todos los días, tenemos derechos iguales con ella.

Hope a veces duerme en la casa Mikaelson o en la casa de Hayley, siempre entrenaba, no importaba en que casa, era una pequeña luchadora, empezó con la magia hace dos años solo para controlarse era sencillo, pero su fuerza vampírica empezaba a notarse y tenia el coraje de un hombre lobo.

Tenia muchos maestros para afinar sus habilidades, Elijah y yo, Freya y Kol, Hayley y Jackson, en algunas ocasiones su madre y yo trabajábamos juntos, después de todos eramos los únicos iguales a ella, los únicos híbridos, Marcel a veces se unía a su entrenamiento, y Hope le tenia un gran cariño a Camille, quien siempre le traía libros, entreno su mente, suele decir la psicóloga.

Hoy era su cumpleaños, toda Nueva Orleans estaba invitada, los últimos cuatro años habían sido intimo ya que era muy pequeña pero este año decidimos variar.

Busque a Hope en su habitación, donde estaba Hayley acomodando su peinado, colocando unos listones color blanco en su colas castañas que caían sobre sus hombros, tenia un vestido del mismo color con lunares negros, ella giro con una sonrisa resplandeciente.

-Es hora, bajemos de una vez, no deberías llegar tarde a tu propia fiesta- dije acercándome para tomar a la pequeña en mis brazos, quien me abrazo con fuerza.- Feliz cumpleaños pequeña Mikaelson.

Tu tienes el Control (Klaroline) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora