Prólogo

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Nicole no sabía como sería su vida a partir de ahora. Sus padres se habían divorciado y su hermano no volvería a estar con ella. Él iría a vivir con su madre a partir de ese día, en cambio, ella se quedaría con su padre. Era un cambio que ella no entendía por mucho que su padre le dijera lo contrario. Primero vinieron las disputas repentinas, y un día su madre decidió marcharse provisionalmente para aparecer en casa con unos papeles para el divorcio unos días más tarde. En ellos se podía leer que hasta próximo aviso cada uno se quedaría con uno de sus hijos. Andrew estaba a punto de entrar en la universidad y por ello decidieron que lo mejor sería que él se fuera con su madre ya que donde su madre iba a instalarse había un par de ellas con su trabajo deseado. Su padre la explicaba que cuando fuera mayor lo entendería, pero ella sabía que no era cierto. En fin, ya era mayor. Pero lo que más la costaba entender era el repentino cambio. Hacía un par de meses era impensable que sus padres fueran a divorciarse, y ahora...

Andrew, su hermano mayor, parecía igual de afectado. Aunque a veces peleaban, ambos sabían que se querían. Su hermano se acercó a ella y la abrazó durante minutos que parecieron horas.Después la soltó y derramó algunas lágrimas. Nicole se esforzaba por no llorar pero era imposible empezó a llorar como una loca, no iba a ver a su hermano en mucho tiempo. No sabía si iba a poder seguir con su vida si dos de las personas más importantes ya no estaban con ella.

Corrió hasta su madre y la abrazó fuertemente durante unos segundos. Su madre lloraba como una magdalena. Tras unos segundos más su madre la dio un beso y subió al coche. Su hermano entró tras ella. El motor arrancó y su madre y su hermano se alejaron por un estrecho sendero que daba a la ciudad. Nicole se rompió por dentro y salió corriendo hacia su habitación.

Se tumbo en su ancha cama y derramó varias lágrimas sobre los cojines rosas y morados que se apoyaban sobre su cabecero. Abrazó su osito de peluche. Un pequeño y viejo osito que sus padres la regalaron de pequeña. Llevaba toda su vida con él. Era su tesoro. Nicole lloró durante horas y pensó en cómo sería su vida a partir de ese momento. Pero eso la entristeció aún más. Una vida sin su familia, o la mitad de ella. Miró por la ventana y esbozó una sonrisa. Empezaba a atardecer y a Tara la encantaban los atardeceres. Pero por muy bonito que fuese, no la haría sentirse mejor, nada lo haría.

Sin titulo por ahora.Where stories live. Discover now