Capítulo 1

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  • Dedicado a Mi unicornio rosado♥
                                    

Advertencia: Por si no lo había dicho antes,yo escribo capítulos LARGOS.Sépanlo :3

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Cric, crac, cric, crac...

El ruido de las ramas secas que Scarlett pisaba la estaban volviendo loca poco a poco. El silencio total del bosque nocturno le daba a la muchacha de cabellos rojos la oportunidad de oír las cosas más insignificantes de su entorno, como los latidos de su corazón.

Mientras caminaba, no se le movía un pelo de sitio. Hacía un frío que pelaba, pero ni la más mínima brisa se sentía. Era como caminar a oscuras en un refrigerador industrial. Sin embargo, la medianoche le parecía algo casi perfecto. Sus ojos verdes se habían acostumbrado a la oscuridad y su cuerpo no se inmutaba ante el frío glacial del bosque. Estaba acostumbrada a días y noches como ésta.

Scarlett sintió una repentina brisa que le heló los huesos y se quedó petrificada por un milisegundo, como si hubieran pausado el tiempo. Luego se volteó y vio, a unos escasos metros, al ser más extraño que hubiese visto jamás.

Era un hombre vestido de traje y anormalmente alto, pálido como la cal y delgado. Pero eso no era lo extraño. La cosa era que no tenía rostro, y tentáculos negros salían de su espalda. Scarlett se quedó donde estaba. No sentía repulsión, asco o miedo hacia ese ser, como una persona normal hubiera sentido de estar en su lugar en ese momente. Era extraño, por supuesto, pero, de hecho, a Scarlett hasta le parecía interesante. ¿Qué o quién era?. No lo sabía.

Un husky siberiano salió de detrás del ser alto, se acercó a ella con la cabeza levemente gacha y se sentó frente a ella. Scarlett no supo si acariciarlo o no. Quién sabe, quizás la mordería. O quizás no. ¿Qué perdía con intentar?. Exacto. Nada. Alargó su brazo sin temor alguno y acarició al animal entre las orejas. El perro movió su cola en señal de agrado y ella se acuclilló. Sólo entonces reparó en su hocico. Tenía una extraña boca llena de dientes afilados que parecía algo así como una sonrisa tétrica. A ella, en una extraña manera, le pareció cool. No siempre veías un husky siberiano con una sonrisa en el rostro, ¿verdad?

Oyó un silbido. El perro giró la cabeza hacia el origen del sonido.

-¡Smile, ven aquí, chico!- dijo la voz de un muchacho. Scarlett habría jurado que hacía un segundo no estaba junto al ser sin rostro.

Era un muchacho de unos quince años, con cabello largo negro como la noche, ojos negros y piel pálida como la del ser a su lado. Vestía unos pantalones negros y una sudadera blanca manchada de sangre. En su mano, tenía un cuchillo de cocina, también manchado de sangre. Pero lo espantoso no era nada de eso. Era su boca. Una horrible sonrisa estaba tallada en su rostro, que se extendía desde las comisuras de sus labios hasta sus mejillas. Era espantosa.

Sin embargo, a ella no le intimidaba en absoluto. También lo encontraba interesante.

El perro no se movió de su sitio, y se rascó la cabeza con los zapatos de Scarlett. Ella se paró y se metió las manos en los bolsillos de su chaleco de cuero negro. Levantó las cejas brevemente.

-Bueno. ¿Ahora van a matarme?- preguntó sin denotar la menor pizca de miedo.

-Podríamos, pero Slendy no quiere- dijo el muchacho de la sonrisa con aire aburrido, limpiando el cuchillo que sostenía con su sudadera, y luego preguntó con total naturalidad -. ¿Vienes con nosotros?

Ella no supo qué la hizo sentir que podía confiar en ellos tanto como para asentir y camiar hacia él y el ser. Probablemente nunca lo sabría.

-Muy bien. Entonces camina- dijo el chico. Él y el ser a su lado se voltearon cuando ella y Smile los alcanzaron, y Scarlett los siguió mientras caminaban. Después de un rato de silencio, ella empezó con las preguntas.

-¿Quién es?- preguntó, señalando al ser sin rostro.

-Es el capo de la mafia- bromeó el chico de la sonrisa -. Hablando en serio, tú dile Slenderman. Odia que lo llamen Slendy, ¿verdad, Slendy?- dijo, golpeando ligeramente al ser en el brazo. Slenderman esperó a que no lo viera para darle una palmada fuerte en la cabeza. El chico se frotó la zona del golpe y miró a Slenderman, enojado -. ¡Ey!

Scarlett se mordió el labio para no reír. El chico seguía sin parpadear.

-Oye, ¿por qué no parpadeas?- preguntó, sin poder resistir la curiosidad.

-No puedo- dijo él. Ella no entendió, pero le alcanzó. De todos modos, la cosa no terminaba ahí.

-¿Cómo te llamas?- le preguntó Scarlett

-Jeff- contestó él.

-¿Cuántos años tienes, Jeff?

-Quince.

-¿Adónde vamos?

Él la miró y le siguió el juego.

-¿Cómo te llamas?

-Scarlett.

-¿Cuántos años tienes, Scarlett?

-Quince.

-¿Tienes alguna idea de adónde vamos?

Ella negó con la cabeza. Jeff señaló la mansión a la distancia y Scarlett se pellizcó para averiguar si lo que veía era de verdad.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2013 ⏰

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Melancolía (Creepypasta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora