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Bueno, este fanfic es de Luquitas, un pendejo tarado que piensa que es mi fan número uno y se la pasa sonriendo, el mail dice así:

(Aclaro, cuando las letras estén así toa chotas es que escribo yo, cuando estén normales ya es lo que escribieron en el mail,aclaro porque es bastante obvio que no les da)

Querida Myryam:

No te das una idea de lo que tardé en decidirme para hacer esto. Soy tu fan número uno y por eso mismo te quería pedir que no me forrees, por favor, aunque ser forreado por vos es todo un honor. Te amo y te lo expreso en forma de esta historia del orto, como dirías vos :D, que esta basada en mi sueño más privado, íntimo y oscuro.

Lucas.

"El Ocupa"

Lucas caminaba triste por las calles de aquella ciudad chotera (estoy intentando incorporar tu vocabulario :D) llorando las múltiples penas de su vida. Intentando esconder sus muñecas con las mangas de la campera que llevaba puesta, no quería que nadie viera sus amados tatuajes "MM" uno en cada muñeca. Solían hacerle bullying por eso. Al fin y al cabo, sólo era un pibe tarado de veinte años.

Caminaba.

Caminaba con la cabeza baja viendo las baldosas todas hechas concha del piso hasta que algo le llamó la atención.

Las baldosas habían cambiado de color ¡Eran rojas! Eso solo podía significar una cosa...

¡Su amada Myryam!

Mucho más animado, levanta la cabeza y se decepciona cuando lo único que ve es una casa de mierda, con paredes de ladrillo todo picado.

Pero Lucas no perdió la esperanza y se acercó a la puerta. Tocó tres veces, esperó dos segundos, toco una vez y media (pregunto, cómo verga tocó media vez?) esperó diez días y tocó una última vez.

La puerta explotó y lo lanzó a la mierda. Mareado se levanto y volvió a ver hacia la puerta...

Mágicamente la casa de mierda de antes había desaparecido y ahora ante él había una enorme, perfecta, deforme y roja mansión. Es obvio quién es la dueña de esa maravilla arquitetónica (tetónica :D).

Emocionado corrió hacia la casa y se metió por una ventana.

-¡Myryam! -gritó.

Corrió por toda la casa, se robó una birrita de la heladera y se la fue tomando camino al segundo piso.

Se sacó toda la ropa, se clavó una zunga de leopardo del esclavo y se echó en el sillón a mirar televisión hasta que Myryam volviera a casa.

-¡Claudio y la re concha de tu hermana! Se nos metió alguien en la casa, mirá la puerta.

La puerta se abrió tan rápido que se soltó de las visagras y terminó en el sillón, al lado del pobre Lucas.

-¡Myryam! -gritó muy emocionado.

De un salto se levantó del sillón y corrió hasta el esclavo, le dio tremendo chape y le tocó el orto para después girarse a Myryam con lágrimas en los ojos, por la emoción del momento que siempre había soñado haciéndose realidad.

-Myryam... -susurró.

Se acercó y la abrazó. Myryam puso cara de asco e intentó sacárselo de encima.

-Salí, quién verga sos? Salí, delen (te escuché decir delen en vivo y en directo :D)

-Soy tu fan número uno y te adoro. Gracias por cumplir mi sueño Myry

-Ah re, salí de mi casa querés.

Lo agarró de un costado de la zunga y lo revoleó afuera de su casa.

Lucas jamás había sido más feliz en toda su vida... ahora podía morir tranquilo.

Flasheos de Fans MyryapódicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora