1. Te tengo una sorpresa.

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—Dulce Amber a despertar, la princesa del apartamento—dice Jack sobando mi mejilla. ¿Cómo no le dará asco? está toda baboseada.

—Soy la única chica de la casa, idiota, como no serlo—me destapé bruscamente, digamos que despertar temprano no era mi fuerte—Por cierto, mi mejilla tenía mi saliva.

—¡IUGH! maldita babosa— sonreí sin mostrar mis dientes—Umh, ¿Amy? Te tengo una sorpresa—dice rascando su nuca. Oh Oh, esto es malo.

—No me gustan las sorpresas, menos si vienen de ti— dije y este rodó su ojos.

—La cabra no era parte del plan— hizo puchero.

—Solo no me regales nada para el próximo cumpleaños. ¡LA CASA AÚN HUELE A SU EXCREMENTO—- lo fulmino con la mirada y este arrugó su nariz.

—Olvídalo—Contestó. Me persiguió hasta la cocina. Masqué mi manzana apoyada en la mesa esperando que me diga su "sorpresa".

—¿Cuál es la sorpresa?— dije mientras me preparaba para el bombazo.

—Ya no será sorpresa si lo di...

—Dímela— lo interrumpí haciendo que este rodé sus ojos.

—Bien— dice mirando sus manos. Estaba nervioso, te conozco tanto Jack.

—Alex, un muy buen amigo mío. Se quedará aquí por un tiempo—dijo arrancando hasta el baño.

—¡Alto ahí! Das un solo paso y te castro—advertí—¡TU ESTÁS COMPLETAMENTE LOCO!—dije arrancando sus pelos.

—Solo serán unos meses—dijo tratando de no estallar a carcajadas.

—¡¿UNOS MESES!? Corre por tu vida Jack, ¡CORRE!

Por su puesto que no dejaría que otra persona se quedaría aquí, con nosotros.

Jack y yo vivimos solos, somos mejores amigos, somos casi hermanos. Tal vez se preguntarán por que no vivo con mis padres, bueno. Los odio.

Son las personas más interesada que conozco en el planeta, solo le interesa el dinero, la educación y que su hija sea una persona con clase. Pero por su suerte yo salí completamente diferente a ellos. Solo les importaba que me fuera bien en la escuela, que sea educada. señorita... ¡Ay, ya me dio asco!. Obviamente yo no les dí ese estúpido gusto, porque como dije anteriormente,  yo soy completamente diferente a ellos.

Siempre quise tener una familia unida, quizás no con tanto dinero pero si que me den amor. 

Ellos creen que llenan el vacío de mi corazón con los cheques que me llegan cada mes. Pues no, no saben que paso casi todas las noches llorando, que cuando tenía trece años cortaba mis muñecas por que sufría de bullying por que tenía problemas con mi cuerpo, por que tenía sobre peso y mi madre me miraba con asco. Después de eso sufrí anorexia, Irónico.

Gracias a dios a mis quinces años de edad conocí a la persona más idiota del mundo, Jack. Gracias a el pude salir de todo mi sufrimiento.

Jack ya no vive con sus padres porque ellos no aceptan lo que le hace. Sus padres son casi igual que los míos. Pero no tenemos el uno al otro.

—Me amas, bebé—me guiña el ojo.

—Y yo me pregunto por que lo hago— dije mientras ponía mi sudadera.

—Por que soy totalmente hermoso— dijo—Lo miré aproximadamente unos treinta segundo sin ninguna expresión en mi rostro hasta que estalle en carcajadas.

—Eres una pesada—me fulminó.

—Y tu un idiota—dije tomando mi pequeño morral.

—¿Dónde vas?

—Hay escuela, genio—dije.

—¿Y en qué te irás?—me alzó una ceja.

—Mueve tu gigante trasero se ese sofá y llevadme a ese infierno—Dije haciendo que Jack se pusiera de pie y besara mi frente. 

Bajamos del edificio hasta llegar al estacionamiento, donde Jack tenía su carro. 

Hoy solo asistiría a la clase de historia donde tenía un examen. La verdad es que no me interesaba escuchar a unos par de maestros.

Cuándo llegamos a mi instituto por suerte no había nadie ya que todos tenían que estar en clases. Me despedí de Jake con un beso en la mejilla y entré al salón de química que solo estaría como veinte minutos.

Entré y rápidamente las miradas se derijeron a mi, no les duró mucho ya que están acostumbrado a que llegue estas horas.

—Señorita Amber, otra vez usted atrasada, que novedad—dijo dejando de escribir— ¿Cuándo será el día que llegue temprano?

—Maestro Calvin, otra vez usted regañándome, que novedad—sonreí y me apoyé en el marco de la puerta— ... y el día que llegue temprano a su clase será cuando sea un poco más entretenida y este salón no huela a asilo. 

El maestro calvo se puso rojo por la furia de inmediato.

—Entre a lo que queda de clases antes que la mande a detención.

Sin más caminé hasta donde me siento usualmente pero para el lado de la pared había un chico totalmente desconocido para mí. Estaba con sus auriculares escuchando música y dibujando cosas sin sentidos, este no me prestó ni la mínima atención.

Puse mi morral encima de la mesa y saqué mis auriculares con mi cuaderno de artes para escribir algunas frases sin sentido.

« Nunca terminarás de conocer a las personas, en ellas siempre habrá un secreto que los destruirá por completo»

Fue la primera frase que me inspiré para escribirla. Siento la mirada del chico que está a mi lado  por el rabillo de mi ojo, efectivamente noto que me estaba mirando.

—Estoy de acuerdo con lo que dice la frase— pude escuchar un poco lo que dijo y automáticamente miré su labios pero se tensó.

—¿A sí?— dije saliendo de mi trance. Este solo asintió y siguió en lo suyo.

Deoh meoh aiudame.

—Umh, ¿Cómo te llamas?—dije tratando no tartamudear.

—Alex, mi apellido no te importa— dijo seco.

—Okey, Alex mi apellido no te importa, ¿De dónde eres? —rodó los ojos al escucharme pronunciar su nombre. 

—De Los Ángeles.

—¿Y qué haces aquí?—sonrió por alguna extraña razón.

—Cambio de vida, supongo— de encogió los hombros.

—Umh, ya veo. ¿Dónde vives?— parezco la PDI.

—¿Dónde vives tú?—miró mis ojos buscando una respuesta.

—Cómo a quince minutos de acá, en un apartamento bastante hermoso y algo costoso. Por capricho de mis padres.—ruedo  los ojos recordando a mi madre mandando a sus secretarias buscando un gran edificio. Agh.

—Pues allí mismo— dijo parándose bruscamente.

¿kie?

Nota de autora:

Espero que les guste la novela, espero su apoyo y eso.

Saludos.

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⏰ Última actualización: Jun 09, 2018 ⏰

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Buenos días idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora