Parte Única

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El resplandor de la luz mañanera ya se asomaba intensamente por la ventana de aquella habitación. Podía decirse que, a pesar de ser invierno, el aire ahí dentro se respiraba caluroso. Pero era un calor agradable, tibio, que lograba mantener a Misaki con los ojos cerrados aunque ya estuviera despierto. Luego de tanto rato de hacer presión con sus párpados, decidió abrirlos lentamente y pensar en la situación que se encontraba.

Recordaba la noche anterior. Cuerpos chocando uno con el otro, sudor y jadeos incontrolables. Podía recordar todavía los gemidos de Saruhiko, jamás había pensado en el menor tan fuera de sí. Jamás habría pensado en el placer que le podría causar tocarlo y que se estremeciera de esa forma, el placer de ser él el causante de tales gemidos. Y aunque luego del orgasmo Saruhiko hubiese vuelto a ser la persona fría y sarcástica que solía ser, ya no había nada que esconder si Misaki había podido presenciar tal escena.

El pelirrojo volvió a la realidad cuando advirtió que el cuerpo dormido de Saruhiko se movía entre las sábanas, girando hacia su lado. Sin los lentes, sin ropa además de los bóxers y dormido. Otro lado del menor que sólo Misaki tenía el placer de presenciar. Acarició y corrió los cabellos negros que cubrían su rostro, sintió hasta un leve ardor en las mejillas mientras lo observaba detenidamente. La palidez de su piel era perfecta, angelical. Podía quedarse viéndolo horas siéndole imposible cansarse.

Todo era hermoso hasta que el ruidoso despertador del PDA de Saruhiko comenzó a sonar, acabando con el tranquilo y único momento. Misaki iba a apagarlo, pues el aparato se encontraba en la mesa de luz de su lado. Pero el brazo de Saruhiko, pasando sobre el pecho del mayor, llegó antes. Se había despertado, Misaki tendría que decirle adiós al lado angelical de Saruhiko como casi todas las mañanas. Pero, esta vez, no lo quiso así.

Tomó la muñeca del menor haciendo que no pudiera retirar el brazo que estaba sobre su pecho, obligándolo a quedarse a su lado. Misaki sentía sus mejillas cada vez más rojas. Esperaba algún que otro comentario sarcástico por parte de Saruhiko, era lo más probable. Pero aquello nunca sucedió.

En cambio, Saruhiko se aferró a Misaki e intentó seguir durmiendo, ignoraba el hecho de que tenía que ir a Scepter 4, cumplir con su deber. Quizás simplemente seguía en pleno sueño, Misaki lo veía de esa manera. Y aunque fuese extraño, ya que el menor nunca posponía su trabajo, sonrió porque otra vez veía un lado de Saruhiko que sólo él podía admirar.

Rodeó al menor cuidadosamente con los brazos, intentando no despertarlo, y le dio un beso fugaz sobre la frente. No quería soltarlo, sentía que todo era perfecto en ese momento; sin haber malentendidos, sin ser enemigos, sin sufrir. Ahora estaban como siempre tendrían que haber estado, juntos. Disfrutando del contacto entre sus cuerpos entrelazados, como si realmente ya no existiese nada que los pudiera separar.

[Drabble MiSaru] Despertares [K Project]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora