Caminaba sola por la calle, era un día nuboso y extraño, no había un alma y era poco más de las cinco de la tarde. Al llegar cerca de un parque pasó un desconocido en bicicleta que casi me atropella, cuando le pregunté si no miraba por dónde iba me dijo "Mira adelante, esa mujer va a morir" y siguió su camino.
Volteé delicadamente para ver a la supuesta mujer que en definitiva, estaba ahí, esperando cruzar la calle, miró a ambos lados, ni siquiera pasaban los autos pero cuando puso un pie en la calle, un auto dobló la esquina a toda velocidad atropellándola. Murió.
No entendía absolutamente nada, salí corriendo de la escena, intentando olvidar a la mujer llena de sangre saliendo de sus oídos, nariz y boca, la abolladura del auto, el cuerpo volando por los aires hasta caer en seco... Seguía corriendo, hasta que me serené un poco y caminé normalmente, esta vez llegando a un puerto, cuando nuevamente me encuentro con el tipo de la bici "Mira hacia atrás, esa niña va a morir. Ten cuidado, va por orden de etapas", sin entender esas últimas palabras giré sin dudar para divisar a lo lejos a una niña pequeña, que caminaba por el muelle con un osito de peluche, tal vez buscando a su mamá. Cuando de pronto a unos pocos metros más arriba, veo que se está por caer un gran contenedor sobre la niña, grité para advertirle pero fue demasiado tarde porque al mirarme, el contenedor cayó sobre ella, ahogando un grito sordo en el cual lo único que se pudo divisar, fue la sangre saliendo desde debajo del contenedor.
Extremadamente asustada salí corriendo.
¿Quién rayos era el tipo de la bici? ¿A caso era una especie de vidente? ¿Un profeta? ¿Qué carajos estaba sucediendo?
Estaba llegando a casa, faltaba poco cuando el chico de la bicicleta me detiene por el hombro "Mira a tu derecha... Esa chica es un año menor que tú." Susurrando esas palabras en mi oído, giré lenta y miedosamente la mirada hacia el lugar indicado, una chica sentada en un banco bajo un farol es rodeada por un grupo de chicos que parecían violadores, le dieron un tiro en la cabeza y otro en el corazón.
No podía más, quería llegar a casa, estaba a unos pasos y el rubio de la bici se detuvo ante mí.
-Al fin nos vemos las caras- Sus ojos eran verdes esmeralda, tan profundos como una gema, llevaba un canguro gris, pantalones negros y unos Converse azules.
-¿Qué quieres de mí? ¿Por qué? ¿Por qué haces esto? ¿Por qué me muestras esto?- Mi voz temblaba, tenía miedo.
-¿Meditaste mis palabras?- Pensé un momento. –Las que te advertí, junto con la niña del puerto-
"Ten cuidado, va por orden de etapas." La última era un año menor que yo en ese momento así que deduje...
-No... No, no, no yo, yo no puedo... Yo no puedo morir- Su mirada era seria y paciente.
-Yo te lo advertí, no me hiciste caso- Advirtió severamente.
-¿Y qué rayos querías que hiciera? ¡No sabía qué hacer! Yo no quiero morir- Me arrodillé en el suelo, llorando desconsolada, el tipo seguía aún sobre su bici.
-Solo debías correr hacia atrás... Pero los humanos son tontos, tardan en deducir, se creen las criaturas superiores en el mundo, pero son simples mortales indefensos con mente débil- Dijo despreciablemente en gesto de desaprobación. –Ahora levántate cobarde, ve y entra en esa casa, enfrenta tu miedo como es debido o muere-
-¿Qué enfrente mi miedo?- Se fue en su bici, dejándome tirada en el suelo, no sabía qué hacer, estaba asustada ¿Debía entrar? ¿Y si moría al hacerlo?
Tuve la sensación de ser observada, miré hacia atrás y un hombre con un facón se acercaba lentamente a mí, al verlo, aceleró su paso hasta correr. Me levanté rápidamente del piso y corrí hacia mi casa, la puerta estaba cerrada, no abría. No tenía las llaves y no tenía tampoco un escondite para llaves de emergencia como una alfombra o lo que fuere.
El tipo me alcanzó y yo corrí, quería salir a pedir ayuda pero de pronto mi campo de visión fue afectado por un fondo blanco, de repente la única cosa que se veía era la casa y su pequeño terreno. ¿Qué rayos? Era como un sueño, no entendía nada, el tipo seguía tras de mí, y yo corría sin sentido alrededor de la casa.
Encontré una ventana abierta y entré por ella, recordé que bajo la cama de mi padre, se encontraba un arma, corrí escaleras arriba y la tomé, el tipo llegó al cuarto, disparé repetidas veces matándolo en el acto.
Me limité a salir de la habitación y al querer bajar las escaleras, pisé el cordón de mi zapato y caí escaleras abajo despertándome de un salto. Mi visión era totalmente blanca, pero no por quedar ciega, sino porque estaba en un hospital, las luces me cegaban y a mi lado estaba mi madre quien al verme despertar lloraba de felicidad.
Luego de unos cuantos acontecimientos, llegó la policía directo a interrogarme.
-Señorita ¿Recuerda usted a un hombre con un facón en su mano?- El que había disparado, pensé yo.
-¿Un hombre? Bueno... Sé que le disparé, me venía siguiendo en la calle- El policía me miró con asombro.
-Pero... Si usted cayó en coma por un golpe en la cabeza cuando huía de él, testigos afirman que mucho antes de que pudiera apuñalarla aprovechando el momento, un chico que pasaba en bicicleta lo noqueó- Amplié mis ojos.
-Oh... Bueno, debió ser en mi sueño entonces que, le disparé...-
-Necesitábamos pruebas, pero al parecer realmente la atacó, solo que alteró los recuerdos durante el coma-
Luego de un par de preguntas más, se marchó a cumplir con su deber.
-Tiene visitas señorita- Dijo la enfermera. Palidecí cuando desde detrás de ella apareció el tipo rubio de ojos verdes de mi sueño, la enfermera se fue dejándonos a solas y él se sentó a mi lado.
-Tienen buena atención aquí ¿No crees?-
-¿Quién eres?- Me puse nerviosa.
-Sólo vine a decirte que tienes suerte de haber sido salvada por mí, normalmente me llevo a las personas de éste mundo, no las dejo que vivan más tiempo.- Su sonrisa se amplió maléficamente.
-¿A qué te refieres?-
-Ustedes los humanos nunca entienden nada... Y suelen ser maleducados y malagradecidos.- Hizo un gesto de repugnancia. –Espero y aproveches, porque no sucederá de nuevo-
Se marchó al fin dejándome pensativa, porque en el momento en el que se había sentado a mi lado ese muchacho, sus ojos ya no eran verdes sino rojos, tan rojos como las llamaradas mismas del infierno.
Y en ese momento lo entendí, había sido salvada de la muerte, por la muerte misma o por el diablo en persona.
Fin.

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El Rubio De La Bici
Mystery / ThrillerElla era una chica tranquila, que caminaba sola en un ambiente extraño... Hasta que se encuentra con un chico misterioso.