El pasado se revive.

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¿Alguna vez escucharon la leyenda del hilo rojo?, no importa él tiempo o él espacio ni cuales sean las circunstancias, si las almas desean su unión a todo corazón tarde o temprano se volverán a juntar cumpliendo aquel deseo tan caprichoso aunque eso signifique distorsionar el destino mismo

Después de todo sigue siendo una leyenda urbana ¿No?.

Después de años de andar fuera de mi hogar por culpa de los estudios, logre terminarlos a la edad de 22 años, me había ido de aquí cuando apenas era un niño, bajo la excusa de darme una buena educación, aunque la verdadera razón estaba oculta en lo mas profundo de mi subconsciente, sabia que en mi laboroso pasado había pasado algo importante, no seguro del acontecimiento me fui de mi hogar natal, Eridan Ampora por fin había logrado llegar a su querido hogar.

Había llegado hace un par de semanas desde mi largo viaje que había durado aproximadamente 14 años de mi vida.

Ahora me encontraba explorando las tranquilas calles de mi ciudad natal, sentía como cada lugar me llenaba de inmensos recuerdos de felicidad y tristeza que lograban quemaban mi mente, no recordaba mucho pero había algo especial en cada recuerdo, era una especie de esencia faltan-te de algo o alguien que mi inconsciente quería bloquear y esa esencia misteriosa invadía cada momento feliz que llegara a recordar.

Después de unos minutos decidí ignorar aquel sentimiento que estaba guardado en los recuerdos.

Pero en él proceso algo me llamo mucho la atención era una cafetería, no tenia nada en especial solo era una cafetería como cualquier otra sin importancia alguna para la sociedad, "Cafés Captor él mejor café para ti" era el lema barato que utilizaban, aun así entre, una especie de instinto me provoco hacerlo, no soy esa clase de personas instintivas pero no pude contenerme.

Camine hacia la primera mesa que veía desocupada, ciertamente no tenia nada que otra cafetería no tuviera pero para no tener nada en especial la cafetería tenía gran cantidad de clientela, después de reflexionar lo un poco llegue a la conclusión de que él menú debería estar exquisito, así que entre en lo mas profundo del territorio de aquel negocio.

Un chico de compostura delgada con piel blanca y rasgos bien definidos y sin olvidar mencionar llevaba consigo unas llamativas gafas multicolor, se me acerco, supongo que era él mesero.

-Buen día, idiota ¿Que quiere pedir?.- Dijo con arrogancia y su voz sonaba como un siseo.

-¿Disculpe me?.- Ese mesero había golpeado mi ego directamente.

-Solo un idiota llevaría una bufanda en pleno verano en esta ciudad.

-¡¡Oigame!!-. Antes de terminar mi reclamo vi como otro mesero un poco mas alto que este, le dio un golpe certero en su cabeza con su libreta, tenia un cierto familiar en sus rostros demasiado familiar, de seguro eran hermanos o algo así.

-¡¡Trata bien a los clientes imbécil!!.- El chico que le había regañado tenia una voz extraña y sus ojos eran tapados por su largo y rebelde pelo castaño.

-¡¡Eso dolió Mituna!!.- Él menor tocó su cabeza y en su cara demostró una mueca de dolor muy peculiar, cual me provoco gracia, cual oculte por respeto.

-Esa era la idea.- Dijo él otro mesero con enojo, acto seguido me volteo a ver y de la nada proyecto una sonrisa resplandeciente en su rostro.- Es bueno volver a verte Eridan.- Luego se dio la media vuelta y desapareció su silueta de mi vista ¿Como sabia mi nombre?.

-Ese idiota.- Se quejo ese Chico tan peculiar.

-¿Como sabia mi nombre?...- Repetí la pregunta, ahora oralmente, nunca había visto aquella persona, me pareció extraña su felicidad al verme, deje ese pensamiento en el olvido, de seguro lo vería en otra ocasión y podría preguntarle nuestra posible conexión que alguna vez debió suceder.

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