Despertó de manera sobresaltada, tenía el cuerpo cubierto de sudor, y temblaba a pesar de que la temperatura era elevada.
No podía recordarlo todo con claridad, pero el sueño fue muy intenso y realista.
Miró a su alrededor, todo en orden, se encontraba en su habitación, recién decorada con sus nuevos gustos, acordes a su edad.
Sus padres le habían decorado la habitación cuando ella tenía 3 años y a sus 14 ya era hora de un cambio. Fue el regalo que deseó para su cumpleaños. Paredes pintadas de gris claro, nuevas estanterías cuadriculadas, un cuadro con las legendarias cabinas londinenses y lo más importante... había quitado por fin las estrellitas fluorescentes del techo de su habitación.
Ya no era la niña pequeña de sus papas.
Miró el reloj y eran las 3 de la madrugada, aun su respiración estaba agitada, debido al inquietante sueño que había tenido. Se levantó, caminó hacia el baño y entró de manera sigilosa para no despertar a sus padres ni a su hermano pequeño.
Se refrescó la cara con agua y se miró al espejo. Ya estaba más relajada y comenzó a recordar parte del sueño. Todo estaba confuso en ese momento, solo recordaba lo real que había parecido todo mientras dormía y una cara algo difusa. Era la cara de un joven, no podía recordar exactamente los detalles, solo recordaba que era de piel morena, pelo castaño y tenía la sensación que muy atractivo ya que solo de intentar recordarlo, se estremeció.
Ya se sentía más alejada del sueño y mucho más relajada. Volvió a su cama, se acomodó y se durmió sin nada más que perturbara sus sueños hasta que sonó el odiado despertador.
Eran las 7 de la mañana, tocaba levantarse para acudir a las clases, era un día como otro cualquiera, y la sensación de angustia que le había invadido durante la noche estaba ya muy difuminada, casi olvidada.
Se levantó de malas ganas, otro día de rutina, sin nada que destacar. Se aseó y bajó a la planta baja para desayunar. Desayunó, preparó su mochila con los libros y cuadernos que necesitaría ese lunes de clases y miró el reloj, ya iba con la hora justa, como siempre, así que empezó a acelerar, dijo un rápido adiós a su madre y se dirigió hacia la puerta.
Sintió que la agarraban del brazo, y sin motivo ninguno se sobresaltó, era su madre que solo quería un beso antes de que se fuera, pero ella tuvo un deja vu... en su sueño, en algún momento, alguien la había agarrado del brazo así, pero no consiguió recordar nada más. Le dio el beso a su madre y salió camino al instituto, oyendo la voz burlona de su madre, simulando la de una niña pequeña... —"Adiós mami, te quiero mucho, te extrañaré, hasta luego, muack, muack "—. Thais volvió la mirada hacia su madre y no pudo evitar una sonrisa cómplice, que tenia la misa despedida implícita que la frase que había parodiado su madre.
Su instituto se encontraba a tan solo unos 15 min de su casa, por lo que hacía el trayecto caminando todos los días. Era un recorrido muy transitado por chicos y chicas con destino parecido o similar al suyo, algún instituto de la zona.
Thais era una chica de estatura media, pelo castaño y cara redondeada, muy bien proporcionada. Sus bellos ojos marrones destacaban en su carita salteada de acné. Tenía carácter tímido y sociable a la vez, por lo que solía caminar cabizbaja, intentando pasar tan desapercibida, como todos lo hacían para ella.
Caminaba ensimismada en sus pensamientos, mirando como sus pies entraban y salían de su campo de visión, cuando de repente oyó una voz que gritaba su nombre. — ¡¡¡¡ Thais, cuidado!!!! —.
Thais se sobresaltó al levantar la cabeza y ver como un coche se aproximaba a ella a gran velocidad. Dio un brinco hacia atrás en el momento justo que el vehículo pasaba delante de ella. El corazón se le aceleró a su máxima velocidad, junto a su respiración. Había estado tan absorta en sus pensamientos que no se había percatado que el semáforo que hacía un momento había visto en verde para peatones, había pasado a ámbar y a continuación a rojo.
Había respondido de manera refleja a la voz que la había advertido del peligro, la percibió como una voz familiar y en la que podía confiar. Ya había pasado el peligro y aunque aun se encontraba sobresaltada, miró a su alrededor buscando a la persona de la que procedía la voz salvadora. En una primera apreciación no vio nada, pero después de recorrer con la mirada todas las direcciones, se detuvo en una figura algo difuminada al otro lado de la calle. No sabía si el sobresalto le duraba aun, pero no podía ver con claridad a la persona, solo tuvo la total seguridad de que lo conocía y que era la misma cara que recordaba de su angustioso sueño, a los pocos segundos, la figura del chico se fue difuminando cada vez más, y lo único que pudo percibir antes de que desapareciera totalmente fue una leve sonrisa en sus labios mientras no dejaba de mirarla a los ojos.
No volvió a recordar su perturbador sueño y lo ocurrido esa mañana hasta el día de su decimoctavo cumpleaños.
Espero que os haya gustado. Tengo toda la historia en mi cabeza y me ayudaría mucho a ofrecérosla de la mejor manera posible, si dejáis comentarios, tanto si os ha gustado, como si tenéis alguna crítica o sugerencia. De todo se puede aprender y mejorar, si viene desde el respeto.
Muchas gracias y no olvidéis votar si estáis disfrutando con el relato, eso anima mucho :D
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CONEXIÓN (PAUSADA)
FantasyThais es una chica de 18 años, inteligente, racional y con una vida de lo más normal o eso creía ella hasta que el pasado que su mente le había ocultado durante años, volvía a su vida, convirtiendo sus peores pesadillas en realidad...