A LOS PIES DEL MAESTRO
Por Krishnamurti
J. Krishnamurti y la Dra. Annie Besant
Digitalizado por Biblioteca Upasika 2003
www.upasika.tk
A LOS QUE LLAMAN
Conducidme desde lo ilusorio a lo Real.
Conducidme de las tinieblas a la Luz.
Conducidme de la muerte a la Inmortalidad.
PRÓLOGO
Estas palabras no son mías: son del Maestro que me enseñó. Sin Él no hubiera podido
hacer nada, pero con Su ayuda he puesto los pies en el Sendero. Vosotros también
deseáis penetrar en este Sendero; y así, las mismas palabras que Él me dijo os
ayudarán si queréis obedecerlas. No basta decir que estas palabras son bellas y
verdaderas; quien desee lograr éxito debe hacer exactamente lo que ellas entrañan.
Mirar la comida y decir que es sabrosa no satisfaría a un hambriento: ha de comerla.
Así pues, no basta escuchar al Maestro: debéis practicar lo que Él aconseja,
atendiendo a cada palabra y fijándoos en cada insinuación. Si no advertís una
indicación, si no atendéis a una palabra, queda perdida para siempre, porque Él no las
repite.
En este Sendero se requieren cuatro cualidades:
DISCERNIMIENTO
CARENCIA DE DESEOS
BUENA CONDUCTA
AMOR
Trataré de explicaros lo que el Maestro me dijo acerca de cada una de ellas.
A LOS PIES DEL MAESTRO
I
La primera cualidad es el DISCERNIMIENTO. Se denomina así, generalmente, a la
facultad de distinguir entre lo real y lo ilusorio, y la cual guía a los hombres para entrar
en el Sendero. Pero también es mucho más que esto, y debe practicarse no tan sólo en
los comienzos del Sendero, sino en cada una de sus etapas, diariamente, hasta el fin.
Vosotros entráis en el Sendero porque habéis aprendido que tan sólo en él pueden
encontrarse las cosas dignas de ser alcanzadas. Los que no saben esto trabajan para
adquirir riqueza y poder, pero esto dura a lo más una vida tan sólo y, por lo tanto, no es
real. Hay bienes mayores, reales y perdurables, cuando los hayáis alcanzado, ya no
desearéis jamás aquellos otros.
En el mundo hay dos clases de seres: los sabios y los ignorantes. Esta sabiduría es la
que nos interesa. La religión que un hombre profese, la raza a que pertenezca,
importan poco; lo realmente importante es que los hombres conozcan el plan Divino.
Porque el plan de Dios es la evolución. Una vez que el hombre realmente lo reconoce,
no puede sino identificarse con sus designios y trabajar de acuerdo con él, porque es