Capitulo 1: Miradas

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¡Dani, ya levantate! fué la frase de su madre el primer día de escuela. Ella empezaba el tercer año de secundaria. Daniela se levantó, se alistó y salió de su casa. Ella estaba emocionada por ver otraves a sus amigos y por que cada vez se acercaba mas quinto año. Llegó al salón y se encontró con Alexandra, Romina, Elizabeth y otros amigos mas. Ese dia fue bueno para todos, un reencuentro. Al tercer dia, la profesora cambió de sitios. Daniela se sentó con Franco, y adelante de ellos se sentaron Alexandra y Fabian.

De ahí comenzó todo, Dani y Alexandra ya se conocian pero Franco y Fabian eran nuevos. Con el pasar de los días,  se hicieron amigos y siempre se divertian. Habian dias en el que Fabian volteaba y miraba a Daniela para molestarla pues a ella no le gustaban que la miraran fijamente. Por alguna razon, a Daniela le empezó a gustar eso, esa mirada. Asi sucedió hasta acabar el primer bimestre.

Entrando al segundo, la profesora tuvo la magnifica idea de cambiar los sitios, otraves. A Daniela, Franco y a Alexandra no los cambiaron, pero si a Fabian. A el lo mandaron mas adelante, al lado de Romina. Ella y Dani era las mejores amigas, junto con Renzo. Ellos siempre se divertian y pasaban momentos exelentes. 

Como ya era costumbre, Fabian volteaba a verla, y Daniela le respondía con una sonrisa. 

¿Por qué la miras tanto, ah? - le preguntó Romina, con una mirada de curiosidad.

Jaja es solo un juego, no es nada. - le respondió Fabián.

''No es nada'' pura mentira, pues Fabian empezó a sentir algo cuando la veia y cuando esta le sonreia. Del mismo modo se sentia Dani, a ella le encantaba cuando él la miraba, y hasta sentía que lo extrañaba pues ya no podia hablar mucho con él.

Obviamente, Romina se daba cuenta de lo que pasaba pues ella era muy lista y sabia cuando alguien le ocultaba algo. 

Dani, dime la verdad, ¿te gusta Fabian? - le preguntó, con un tono de dulzura

No Romi, en serio. Lo de las miradas solo es un juego entre el y yo - le contestó, sabiendo que en su interior no era asi.

Le pregunté lo mismo a él pero me dijo que no, aunque riéndose, por eso no le creo. - Dijo Romi, esperando una respuesta sincera de su amiga. 

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