Noche de San Valentín - MikaYuu

Capítulo 1 - "Mi regalo eres tú"

Febrero 14.
Había trabajado muy duro este mes. Todo para sacarle una sonrisa a Mika con un bello regalo. Pedí permiso a mi jefe para que me deje el día libre hoy. Para la desgracia de Mika, Él debía pasar la noche en el hospital. Aun así, Ambos decidimos pasarla juntos. Es el día de San Valentín después de todo.

El cielo de a poco se iba tornando un juego de colores rosas, Señal de que la noche estaba viniendo en camino. Me encontraba caminando algo apresurado, Sosteniendo mi maletín y mirando de vidriera en vidriera. Hasta que me detuve en una. Ésta era una lujosa joyería. Al alcance de mis manos por el dinero que llevaba en mis bolsillos. En ella, Se encontraba un reluciente collar. Bañado en oro, y tallado muy delicadamente. Ese color combinaría perfecto con el cabello de él. Ingresé al lugar. Una señora muy amable me atendió. Luego de pagarle, Me encontraba dirigiéndome a la puerta de salida.

-"Ese collar es uno de nuestros más valiosos objetos que tenemos en venta. Su mujer estará muy feliz. "

-Muchas gracias, Le respondí. -Llevábamos ni mucho ni poco tiempo saliendo. Pero a reacción de las personas, Podía causar incomodidad hacerles saber que no era una mujer de quien se trata. Es triste saber, Que el mundo no quiere aceptar que dos hombres o dos mujeres se amen. Lo rechazan e intentan destruirlo a toda costa.

Yūichirō se despidió amablemente de la mujer. La noche ya se había adueñado del momento. Los negocios estaban cerrando. Un grupo de chicas jóvenes caminó por el lado de este. No le quitaban la mirada de encima, Pues. ¿Quién no? Era una persona muy atractiva. Su cabello tan negro hacía resaltar esos ojos tan verdes. Y por el trabajo, Se veía obligado a vestir elegante. Con zapatos y pantalón de vestir más una camisa blanca y corbata. Puesto que, Su traje de enfermero la había guardado en su maletín. Se encontraba pasando por el lado de un callejón oscuro. Que para su mala suerte un mensaje de Mika lo hizo detener. Tomó su celular y lo leyó.

-"Yuu-Chan, ¿Estás bien? Ya está oscuro. Ten cuidado en el camino, Por favor.

Pensó un momento. A veces le molestaba esa actitud sobre-protectora de su novio. Celaba todo hombre o mujer que entre en contacto con él. Recordó aquella vez en una fiesta que organizaron para año nuevo en la gran plaza de la ciudad. Donde una chica, de vestimentas muy provocativas se le acercó y comenzó a hablar con Yuichiro. El objetivo de esta era llevarlo a la cama. Pero no lo logró. Ya que Mikaela regresó de buscar una bebida para tomarlo por la cintura.

-"Feliz año nuevo, Yuu-Chan" Dijo, Antes de tomarlo de la barbilla y darle un cálido y dulce beso. Acto que dejó helada a la mujer. Cuando Mika lo soltó, Volteó quedando cara a cara con ella. Con su mirada de felino a punto de atacar a quien esté por tocar su presa.

-"Voy en camino, En unos minutos lleg-

Antes de terminar de escribir, Una mano sale del callejón y lo toma por sorpresa arrastrándolo hasta aquel lugar. Cinco hombres contra uno. Tres tenían por los brazos a Yuu, Mientras que los dos revisaban su maletín. Cuando desenvolvieron el paquete que contenía el regalo de Mika. Él detuvo su resistencia. Pero al ver que estos se lo estaban guardando comenzó a tironear de nuevo. Eran fuertes. Y estaban armados. No quedaba otra.

-"Llévenselo. Sólo, Déjenme ir. -Dije. Cabizbajo.

Estos al ver que una patrulla andaba por esa calle salieron corriendo. Dejándolo a Yuichiro en el piso. Cansado por resistirse y limpiándose las lágrimas.

-Maldita sea. Trabaje tan duro... ¿Para esto? ¿¡Y ahora que le daré a Mika!? Tks... ¡Los odio! Lo arruinaron.

Por el asalto, Yūichirō se había retrasado mucho.

Mikaela estaba comenzando a preocuparse. Pero no podía dejar el hospital. Ya que se estaba controlando que todos los niños de la planta alta estén durmiendo sin problemas. Comenzó a caminar de lado en lado. Hasta volver a su oficina y llamar al celular de Yuu. No atendía. Antes de terminar de pronunciar su maldición nota que su novio se encontraba en la puerta de esa habitación. Todo despeinado, Desarreglado y sin su maletín. Con su rostro colorado, señal de que estuvo llorando.

Mikaela muy asustado se lo quedó mirando. Y de un salto corrió a él abrazándolo fuertemente.

-¡Yuu-Chan! ¿Qué te sucedió? Llamé muchas veces a tu celular... ¡Me tenías muy preocupado! ¿Te caíste? ¡Cuéntame que te sucedió!

-Yo...-Dije sin mirarlo al rostro- Fui asaltado. Te compré un regalo muy caro...y me lo robaron. ¡Lo siento! No pude con todos. Eran muchos...Realmente quería darte un reg-

El ojiverde no pudo terminar de hablar. Ya que Mikaela lo volvió a abrazar contra su pecho. Besándole la cabeza. -Lo importante es que estás bien...Lo material no importa. A mí solamente me importas tú. Tú eres mi gran regalo...

-Pero aun así...Yo quería darte un regalo... dime que puedo hacer, Por favor. -Le respondió. Presionando contra él.

-mmm. Antes que nada. Toma una ducha caliente. Está fresco y siempre te olvidas de abrigarte.

-Está bien. Pero no tengo otra ropa...

-No te preocupes, Yo iré a buscarte algo que poner.

A veces, Mika parecía una madre más que un novio.

Pasaron los minutos, El ojiverde se encontraba secando su cabello con una toalla entre todo el vapor de aquel baño. Pero se detuvo cuando sintió que la toalla que llevaba alrededor de su cintura se cae.

-No pasa nada. Estoy sólo después de todo.

-Wow. -Dijo una voz que venía de un rincón, Limpiándose la sangre que salía de su nariz. Este volteó a ver y estaba Mika. Apoyado en una pared observándolo.

-¿¡Ahhhhhhh!? ¡Qué haces aquí! -Dijo de un salto. Levantando la toalla y volviéndosela a poner. Más rojo que un tomate.

-Vine a traerte la ropa Yu-

-P-Pe-Pero puedes dejarla a fuera...o al menos ¡¡tocar la puerta!! -Pisoteando el piso y haciendo puchero.

-Pero sí soy tu novio... Es más. Quería bañarme junto a ti pero es obvio tu respuesta.

No. Dijeron ambos a coro. Yuu ya se había calmado.

-Cómo te conozco...Yuu-Chan. -Dijo, Entre risas.- Toma la ropa. -Fue lo último que dijo antes de salir del baño. Se sentó en su silla a esperar tranquilamente. Hasta que el grito de su novio se volvió a escuchar. -¿¿¿¿¿QUEEEEE??????

-Oye, Oye. ¿No quieres despertar a los niños o sí? -Dijo Mikaela. Golpeando la puerta.

-¿E-Estas jugándome una broma cierto? ¿Pretendes que me ponga esto? -Dijo el ojiverde desde el otro lado de la puerta.

-Es lo único que conseguí. -Mentira- Salvo que quieras estar desnudo. Por mí, No hay problema. -Le respondió el rubio con su voz tan dulce.

-Eres un pervertido y lo sabes.

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