— No te vayas, —Rogué— por favor.
— ¿Por qué debería quedarme?—Preguntó sin esperar una respuesta válida.
— Porque dijiste que tenías miedo a perderme.
Él suspiró y se dió la vuelta— Quizá sea hora de enfrentar mis miedos.
— No te vayas, —Rogué— por favor.
— ¿Por qué debería quedarme?—Preguntó sin esperar una respuesta válida.
— Porque dijiste que tenías miedo a perderme.
Él suspiró y se dió la vuelta— Quizá sea hora de enfrentar mis miedos.