No juegues con fuego

Rebecca

El sonido me despertó, la alarma, la puñetera alarma, alargo mi brazo y la apago.

Pffff que pereza, miro el reloj, las 6:32, me levanto con mucha pereza, me estiro, pienso en lo que tengo que hacer hoy y ¡mierda! Pienso mientras abro mucho los ojos. Alexis. Me visto a toda prisa, pantalones largos y rotos por las rodillas y una camiseta negra de manga corta es lo que me pongo hoy, aunque sea Mayo me gustan los pantalones largos, rara lo sé.

Hoy estoy de muy buen humor, raro porque mi estúpida mejor amiga Alexis me obliga a levantarme a las 6:30 y porque sea lunes, pero estoy extrañamente feliz.

Bajo las escaleras y veo a mi madre en la cocina, le doy un rápido beso y me voy. Mi madre es rubia, con los ojos azules, y mi padre moreno con ojos color avellana y soy hija única, un royo... Pero en fin lo que ha tocado, mi madre es Alemana y mi padre estadounidense, y vivimos en España, un poco raro lo se pero bueno... No se sinceramente de donde he sacado el pelo rojo... De mis abuelos supongo no conozco a ninguno, no están muertos eso lo sé un día a mis padres se les escapo que mi abuela se había puesto mala luego lo intentaron arreglar pero se que me mienten, mentirosos.
Como de costumbre llego tarde veo a Alexis en la entrada,al verme grita. Alexis es muy gritona pero es guapísima, morena de unos ojazos verdes y muy social. No como yo, yo también tengo los ojos azul verdosos pero no soy guapa, comparada con Alexis no soy nada...

-¡Rebecca Robbinson!- Dice con un toque de gracia.- ¿otra vez llegando tarde?

Me río y le doy un beso, cogemos nuestro café y nos encontramos en la esquina de siempre con Noah nuestro otro mejor amigo, Noah es el típico chico moreno de ojos azules que enamora a cualquiera, y luego la deja plantada como el buen gilipollas que es, pero si lo tienes como amigo no como pareja puede estar muy bien.

Mientras andamos por la calle vemos a un grupo de 4 chicos altos, uno de pelo marrón y ojos muy parecidos a los mio me empuja y se me cae todo el café en la camiseta, ¡menuda mancha! y él sigue andando como si nada. Menudo gilipollas.

-Eh tu gilipollas, ¡mira lo que has hecho!- grito con mala leche.

El chico se quedo parado dispuesto a girarse y me da que a empezar una pelea con migo.