No juegues con fuego

CAPITULO 24

Ya ha pasado una semana desde el encuentro con Daniel, estos días me he inventado que me dolía mucho la cabeza, no he visto a Alli en estos días, el único que ha venido a visitarme ha sido Álvaro, todos los días, ha sido muy amable conmigo.

Tampoco he visto a Aaron en estos días, ni he hablado con Laura, basicamente he estado exiliada del mundo fuera de mi cuarto, Rocío me ha traído todos los días la comida y hemos estado hablando mucho, no le conté nada sobre lo sucedido con Daniel, solo sobre su relación con Laura, lo último que hizo fue reírse e irse por la puerta.

-¿se puede?- la voz de Rocío me saca de mis pensamientos, asiento con la cabeza y espero pacientemente a que se acerque y se siente junto a mí en la cama.

-bueno- empieza a hablar ella- ayer me preguntaste sobre Laura y Daniel- al decir el nombre de mi hermano baja la voz, seguramente porque si se enteran de que hablé con él estaríamos en graves problemas- sí, salieron hace unos tres años, según todos ellos rompieron por una pelea, fue muy fuerte, creo que fue porque Alex también estaba enamorado de Laura.

-espera- digo mientras proceso la última información que me ha dado- ¿a los dos les gustaba Laura?

-sí- dice ella con la mirada triste, ¿triste?- y una de las últimas peleas que tuvieron fue justo por ese tema antes de que Daniel se fuera.

-gracias- le digo a Rocío, me pongo en pie y me dirijo al armario- ¿sabes Laura? ya me encuentro mucho mejor, ya no me duele la cabeza nada- eso ha sido un poco mentira, no me ha dolido la cabeza en ningún momento.

-como si te hubiese dolido en algún momento- masculla ella por lo bajo, pero yo la puedo oir perfectamente.

-¿cómo lo sabes?- inquiero curiosa.

-digamos que no eres muy buena actriz y yo te conozco muy bien.

Mientras hablamos sobre temas triviales me visto con unos jeans cortos y negros y una blusa blanca suelta, me maquillo ligeramente y me recojo el pelo en una coleta.

-nos vemos luego Ro, tengo que hablar con Álvaro sobre un tema, al ver su sonrisa pícara digo- ¿qué?

-si claro, tu "habla" con él- dice mientras con los dedos hace unas comillas- ¿quieres un chicle de menta?

Al oír eso me giro y le lanzo una mirada entre una mezcla de odio y gracia.

Ando por el ancho pasillo hasta llegar a la habitación de Álvaro, llamo a su puerta y espero paciente a que abra, al ver que no lo hace, abro yo misma la puerta, lo encuentro tumbado en su cama boca arriba, con la boca ligeramente abierta y el pelo alborotado, se ve tan indefenso, tan natural, tan adorable...

Lleva puesto unos boxers y una camiseta de tirantes, le queda realmente bien, se le marcan los bíceps de debajo, me acerco lenta y cuidadosamente a él, no quiero despertarle, me siento junto a su cama y le miro su cara, es realmente guapo, nunca le había visto de tan cerca, tiene unas pestañas muy largas, su pelo parece muy suave, levanto la mano para tocarlo pero justo cuando lo iba a tocar abre los ojos, en vez de asustarse y gritarme por entrar en su habitación sin permiso me muestra su perfecta y blanca sonrisa.

-buenos días- digo sonriéndole- perdón por entrar en su habitación, había llamado y como no contestabas decidí entrar y...

-Becca no te preocupes- dice cortándome y salvándome de avergonzarme más a mí misma-¿qué te parece si me visto y bajamos a desayunar?

Sonrío y asiento, desayunar en la cafetería, parece que hace años no he hecho eso.

-¿y si luego no vamos a algún lado?- sugiero yo cuando salmos por la puerta.

Me mira con una sonrisa y dice- ¿cómo una cita?¡oh dios mío!- dice exagerando lo que acaba de pasar- ¡Becca me ha pedido una cita!

-si, como una cita- aclaro yo- pero te pongas chulo no salimos.

Niega con la cabeza divertidamente mientras nos sentamos en la mesa.

-¿y a donde vamos después?- pregunta él mientras se mete un cucharada de cereales en la boca.

-eso, ¿a dónde vais?- dice una voz por detrás de mí.

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Holiiii últimamente escibo mucho, ¿no creéis?

Una cita con Alvaro, los del #teamalvaro estaréis muy contentos.

¿quién será el o la de la voz?

besiiis