Recuerdo que antes solo bastaba con poner el lápiz sobre el papel, y las palabras brotaban solas. Hoy debo esforzarme más para escribir aunque sea solo un pequeño verso de pocas palabras.
¿Será que el tiempo ya secó lo poco de mi sentido creativo? O ¿solo soy yo quien suprime las palabras rebuscadas y los versos angustiantes?
El papel era mi desahogo, y mi lápiz mi arma, esperando a ser apuntada contra el odio, la desesperación y la frustración. Hoy solo se angustia y se oxida, esperando a ser tomado en cuenta una vez más.
Soñando con encontrar un propósito en su existir, desesperado por amar otra vez; no lo dejes caer, levántalo, revívelo, que escriba versos otra vez y que se sienta amado en sus últimos días, por ultima vez...