El príncipe y yo

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España  15 de Marzo 2013

-Lía-

Era hora de despertar y aun tenia sueño, la noche anterior había sido muy cansada, me dolían las piernas y la cabeza, -prometo no volver a tomar de esa manera-. El despertados no dejaba de sonar y esta lejos para tomarlo y desactivar la alarma, después de mirar el techo por unos 7 minutos logre sentarme en la cama, mire hacia abajo y después a los lados y note un gran desorden en mi habitación, eso me dio aun mas flojera, así que decidí levantarme de la cama e ir a coger ropa de mi armario, necesitaba comprar uno o mandarle hacer, ya esta viejo y sucio y sin 2 cajones, las puertas rechinaban cada vez que se abría o cerraba y los espejos estaban rayados apunto de caerse al suelo, abrí el feo ropero, mire hacia un lado arriba del buro donde esta la “GRAN” televisión que me había regalo un gran abogado e inversionista, el tenia tanto dinero que de seguro le regalaba la misma televisión a cualquiera. tenia muchas empresas y miles de cuentas bancarias, tenia como 10 mansiones en diferentes partes de Europa y una guapa esposa, era un poco joven para el, no es que el fuera un anciano, pero si se llevaban unos 8 años mas o menos, lo gracioso es que el hombre me compra obsequios y me dice que me ama, que cuando yo se lo pida el deja a su mujer para casarse conmigo y convertirme en toda una mujer de clase, sociedad y en su multimillonaria esposa, que lo acompañaría a eventos de caridad, que saldríamos en revistas y periódicos casi todos los días y que pondría cuentas, carros, casas a mi nombre. Oferta tentadora, ¿cierto?, Lastima que mi Tía no me perdonaría bajarle a su esposo. Volví a echarle un ojo al ropero para mirar que me pondría hoy. Tome una blusa transparente y una minifalda que mas que falda parecía ropa interior, tome mi ropa intima y me eché un vistazo en el espejo, camine hacia el baño para darme la ducha de cada día. Olvide llevarme los jeans al baño, así que tuve que regresar, Salí de bañarme y me puse mis jeans y mi blusa. La falda la tome y la deposite en mi bolso junto con mis pinturas, zapatillas y las cajas del anti-transpirante y el perfume.  Termine de desenredar mi cabello, tome un pan de la cocina junto con un baso de leche y lo bebí mientras buscaba desesperada mi cartera, la tome la eché a mi bolso y saque mis gafas, termine de “desayunar” lave mis dientes y Salí de mi departamento. Mientras estaba en el ascensor subió mi odiosa vecina, era la persona mas criticona, metiche y fijona que había en todo el edificio, parecía escáner cuando miraba a las personas esta no fue la excepción y me escaneo completa, creo que se dio cuenta hasta del tatuaje que tenia en mi cintura a través de mi blusa transparente azul.

 Salí del ascensor y pase por el vestíbulo como todos los días Martin el recepcionista me regalo una rosa blanca, pues el siempre decía –Lía esta flor blanca representa la pureza de tu corazón- .

No entiendo que pureza puede tener alguien como yo –jajaja- pero ni hablar si el así le pensaba yo no podía hacer nada, el sabia todo sobre mi y si este hombre pensaba eso de mi “tenia que estar muy loco”, en fin camine hacia afuera y seguí mi camino, que ya iba un poco tarde al trabajo.

España  15 de Marzo 2013

-Dominik-

-Príncipe Dominik, le acompaño a alguna parte-

Reconocía esa voz chillona y molesta trate de no voltear y seguir caminando pero esto no parecía funcionar, se acercaba con mas prisa y solo escuchaba las taconazos de las zapatillas finas de mi futura esposa.

–¿Que pasa Lizz?-.

 No puede evitar la molestia que sentía  al no dejarme pasear solo y feliz o salir a respirar, etc. Estaba arto, todos en el palacio me seguían de un lado a otro, no me dejaban ni a sol ni a sombra, necesitaba mi espacio, mi lugar pero dentro del palacio no se encontraba, en el único lugar que tenía privacidad era en el baño y no faltaba quien me interrumpiera. Ya era de noche y necesitaba salir pero Lizz era como el chicle que se pega bajo la suela de tus zapatos carísimos y no te deja de molestar cada vez que das un paso.

- Dom, solo quería saber hacia dónde te dirigías, recuerda que la boda es en 2 meses y tienes que ayudarme, no puedo hacer esto sola- puso cara seria y molesta, la cual no le quedaba.

Todo mundo aquí sabia que no era por eso por lo que quería que estuviera cerca de ella, aun no supera que en medio de una cena familiar le dijera que ni siquiera yo la había elegido como mi esposa, y que no me gustaba como mujer, que quizás buscaría a alguien mas, se que estuvo mal de mi parte, que no me porte como un caballero y menos como un príncipe pero estaba harto de que todos opinaran y tomaran decisiones por mi, ella aun tenia miedo de que saliera y me enamorara de otra mujer, pues su familia era millonaria pero no lo suficiente y necesitaba dinero, algo que mi familia podía darles por la mano de su hija.

 Así es aquí, aquí todos se compran y frente a la revista y la cámara se cuenta historias de mentiras de cómo se enamoraron y mil mentiras mas, pero que horror ser un príncipe.

 La mire por un segundo y con gran enfado solo le volteé la cara y Sali corriendo por los pasillos hasta escabullirme al jardín directo a la calle, donde iba a buscar un taxi para ir al centro de la ciudad a despejarme, claro que tenia que disfrazarme un poco, para que nadie me reconociera o me encontraran en el palacio, tome una gabardina negra larga de un diseñador italiano y un sombrero de los que usaba mi padre, el mas sencillo que mire, utilice mi “kit” de barba y lentes de contacto y los utilice, cada vez que salía era interesante como la gente no me reconocía y esta vez no seria la excepción.

Logre escabullirme de los guardias, ya tenia un lugar por donde escaparme, camine hacia afuera y conseguí un taxi, todo era tan sencillo.

–a donde lo llevo joven- pregunto el conductor de mala manera.

 – al centro de la ciudad joven- el conductor continuo manejando hasta que llego al lugar donde el dije que para el auto.

Le pague y me baje, camine por la acera, de camino por la acera note que el cielo estaba un poco nublado, mas bien aprecia que las gotas ya iban a caer, decidí apresurar el paso pero una ola de viento se origino y sostuve mi gabardina con una mano y con la otra tome mi sombrero agache la cabeza y así seguí caminando. De pronto sentí como choque con algo, de seguro no mire una puerta y mi cuerpo se estampo contra esta, cuando subí mi cabeza para mirar que había golpeado, mire mas adelante el cuerpo de una mujer tirada en la acera, era bellísima tenía una piel un poco bronceada y las curvas hermosas de su cuerpo estaban a la vista de todos al igual que sus bastantes “amplios” pechos, no es que sea un pervertido y la escanee en vez de levantarla, pero es que con ese atuendo cualquiera se daría cuenta, tenia un pantalón entallado hasta la cintura y una blusa con un tipo de tela un “muy” transparente color azul que deja ver su abdomen perfecto y su sostén color azul turquesa, era realmente extraño ver a alguien vestido de esa forma, pero a decir verdad a la vista de un hombre es placentero, el cuerpo de la mujer comenzó a moverse y a quejarse por el impacto y eso distrajo mis pensamientos, corrí a levantarla y me di cuenta que tenía el rostro más dulce que había visto en toda mi vida, tenia un piel clara y liza, sus labios eran pequeños pero delicados con un tono rosa viejo, sus nariz era refinada y pequeña, sus ojos eran medianos color azul claro, y esas pestañas y cejas le hacían el marco perfecto, no pude evitar verla y acercarla a mi, ella miro mi rostro y solo sonrió, no podía dejar de pensar la belleza de mujer que había encontrado, en mi cabeza solo pensaba eso pero necesitaba preguntarle como se sentía.

–¿se siente usted bien, señorita?

Ella comenzó a reír y después de un momento se aparto, se puso nerviosa y solo se sacudió. Comenzó a caminar pasando por un lado de mí.

No pude evitar caminar hacia ella y decirle –Exijo saber tu nombre-, ella me miro nerviosa y mire que su semblante cambio.

–Soy Lía, Listo ahora déjeme pasar que tengo prisa, y por tu culpa no alcance el autobús y llegare tarde a trabajar-

Me empujo y empezó a correr yo corrí tras ella y la tome del brazo.

Eres hermosa, me ha encantado conocerle, pero para remediar mi mal, estoy dispuesto a tomar un taxi con usted a su trabajo-

Ella asintió y caminos a un taxi no entendía porque una chica hermosa y joven tenía que trabajar tan noche, quizás tenía dos trabajos o más bien era una niñera

Espero les guste. Comenten que les ha parecido. Bendiciones!<3. 

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