Untitled

16 3 2
                                    

Cuando era pequeña mis padres me regalaban libros, decían que debo nutrir mi imaginación. A los 13 años empecé a escribir mis propias historias, hablaban de magia y fantasía, dragones y brujas, sirenas y criaturas místicas que con el tiempo empezaron a parecerme reales. Yo no era antisocial es más creo que era un poco "popular" me invitaban a fiestas y citas pero prefería pasar el día inventando un mundo en el que me sintiera mejor, un mundo en el que nadie era perfecto ni fingía serlo, simplemente era un mundo en el que me sentía libre.

Desde que conocí el fantástico mundo de la imaginación y el poder de la escritura, mi vida se veía relatada cada noche en una historia que deseo con todas mis fuerzas se convirtiera en realidad, cada noche relataba todo lo que sucedió en aquel día en forma de una nueva aventura.

 Mi único deseo era terminar la preparatoria junto a mi mejor amiga Evolet, una chica alta de un hermoso cabello largo color morado y sus ojos contenían la mirada más bella e incierta de toda la preparatoria, se destacaba por su habilidad para el dibujo, yo encaminado tengo estatura normal, cabello rizado de color cielo y ojos color chocolate, una simple chica promedio que amaba escribir. Ambas nos distinguimos por nuestra falta de interés por la realidad, ella siempre dibujaba toda figura mística y héroe redactado en mi historia, lo cual nos hacía un gran equipo, todos solían decir que nuestra imaginación era grande y que soñar era parte de un hobby, pero ambas sabíamos que era parte de mi forma de ver la vida y su manera de representarla. Ella era la única que conocía cada aventura descrita en mi libro.  

  

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mis AventurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora