[Eunhae] Tú....solo tú +17

Capítulo 6

¡Lo bese!.....

No podía creer que me atreví a hacerlo pero no me arrepiento, esto lo estaba deseando desde el mismo momento en que lo conocí, muchas veces he soñado con él y hoy.......hoy por fin, mi sueño se ha cumplido, bueno por lo menos una parte.

Hyukjae tenía unos labios perfectos y me estaba besando tan bien, tan perfecto, su deliciosa y traviesa lengua acariciaba mi paladar, se enredaba con la mía y yo lo estaba disfrutando al máximo.

Yo no tenía mucha experiencia en nada de esto, nunca tuve un novio mas allá de agarrarnos las manitas y uno que otro beso pero nada, absolutamente nada como esto....... - ¡mmmh! - solo esos pequeños soniditos salían de mis labios, yo quería darle pelea pero ya me di por vencido.

Nos separamos porque el bendito aire nos estaba faltando pero cuando su boca me soltó se llevo mi labio inferior con sus dientes y al soltarlo me lamío con la punta de su deliciosa lengua.

-  mmmh, tu boca es deliciosa  -  baje la cabeza totalmente avergonzado al escuchar la declaración de mi profesor, y es raro ya que, yo comencé el beso pero quien iba a decir que mi querido maestro sabía besar tan bien.

-  Perdón  -  solté, me sentía caliente, pero no se si era por la vergüenza o por las emociones que Hyuk me despertaba con su beso.

-  Pero porque te disculpas, el beso lo comenzaste tú pero, si no me hubiera gustado lo hubiera parado pero no fue así, el beso me gustó, me encantó de hecho y me satisface enormemente darme cuenta que no tienes mucha experiencia.......lo que....... lo que me provoca ser yo quien te enseñe.....  -  y escuchar eso solo hizo acrecentar la pena que sentía.

- Hae......se que......., se que esto va a sonar extraño y.....y no quiero asustarte pero........ me..... -  y no lo deje terminar porque me abalance de nuevo sobre él en el sillón y volví a pegar mi boca con la de él.

Ahora yo era quien acariciaba sus labios con mi lengua, quería volver a saborear su boca, su lengua, ahora era yo quien tenía el mando. Me acomode entre sus piernas abiertas y sus manos me abrazaron y acariciaban mi espalda. Yo tenía mis manos apoyadas en el brazo del sillón para sostenerme pero aún y así nuestros cuerpos estaban muy, muy pegados y claramente podía sentir el bulto entre sus piernas y, al igual que el mio, estaba despertando y creciendo cada vez mas.